sábado, 28 de diciembre de 2013



Adiós al Petróleo
por: Alejandro Aldana Sellschopp.

La reforma energética de Enrique Peña Nieto se convierte en un excelente ejemplo de la crisis en la que se encuentra el estado de cosas en nuestra república moribunda, la evidente crisis del sistema político mexicano, la vulgar manipulación de la información de los medios masivos de comunicación, el oportunismo de una izquierda que vive hoy una de sus peores etapas de su historia, la derecha imponiéndose sobre los postulados más elementales de la democracia, y una población que en el mejor de los casos, se encuentra ajena al acontecer nacional.
A los ciudadanos medianamente informados les queda el premio de consolación, generosamente cedido por Peña, de burlarse de las pifias de pronunciación del ejecutivo, sus recurrentes confusiones geográficas y su extraordinaria ignorancia en temas por demás conocidos. Más allá de ese espectáculo mediático, Peña Nieto operó una estrategia cuasi perfecta para lograr sus objetivos en un tiempo record.
El 12 de diciembre, fecha consentida para asestar duros golpes contra la nación, recordemos que el FOBAPROA también se llevó a cabo el día de La Virgen de Guadalupe, la estrategia del PRI logró coronar, y permítanme el adjetivo que usan los narcos en Colombia al momento de cerrar una operación. La reforma pone fin a 75 años de nacionalización de hidrocarburos, se abrieron todos los candados para que se puedan realizar cualquier tipo de contrato con particulares, permitiéndose con ello la posibilidad de que el petróleo quede bajo el control de empresas extranjeras. La exploración, explotación y comercialización de hidrocarburos pasará a manos de empresas nacionales o extranjeras, perdiéndose así nuestra soberanía energética.
Es indudable que la reforma sólo fue posible gracias a la complicidad de los principales partidos políticos del país. Peña convenció al PAN y al PRD para que se sumaran al pacto por México, a partir de ahí, el aparato del gobierno modificó el artículo sexto de la Constitución , posteriormente reglamentó el 35 para evitar que una consulta popular fuese un impedimento para la realización de la reforma, y coronaron modificando los artículos: 25, 26 y 27, abriendo a intereses particulares el control del sector energético.
En el artículo cuarto transitorio se encuentra lo perverso de la reforma. El artículo menciona que existirán varias clases de contrato. Unos son los de Servicio, otros son los de Utilidad compartida, en los cuales se deberá retribuir un porcentaje de la ganancia que se obtendrán en la comercialización del petróleo o gas. También están los de Producción, mediante el cual se le pagará a la empresa privada con un porcentaje del hidrocarburo antes de procesarse. Y finalmente tenemos los contratos de Licencia, es decir que se concesiona la explotación y por lo tanto el control. Lo interesante del asunto es que la renta del petróleo, que algunos estiman en 85 mil millones de dólares, disminuirá y será compartida. PEMEX pasa a convertirse en una empresa contratista de la Secretaría de Energía.
El PRD se convirtió en una fuerza política que contribuyó a generar un clima propicio para la realización de las reformas de Peña, su participación en el Pacto por México se convirtió en un requisito indispensable para que el gobierno de Peña coronara su excelente plan, sin la participación del PRD no hubiese sido posible la estrategia de reformas operadas por el PRI. El PRD podrá decir que no apoyó la reforma energética, pero no podrá negar su directa participación para propiciar que la reforma se realizara. El gobierno jugó piezas básicas con el PAN y el PRD, sabía de antemano que necesitaba de cada partido y simplemente se dedicó a operar en ese sentido. Es absurdo pensar que tanto el PAN como el PRD no sabían lo que Peña necesitaba de ellos.    


Adiós al Petróleo
por: Alejandro Aldana Sellschopp.

La reforma energética de Enrique Peña Nieto se convierte en un excelente ejemplo de la crisis en la que se encuentra el estado de cosas en nuestra república moribunda, la evidente crisis del sistema político mexicano, la vulgar manipulación de la información de los medios masivos de comunicación, el oportunismo de una izquierda que vive hoy una de sus peores etapas de su historia, la derecha imponiéndose sobre los postulados más elementales de la democracia, y una población que en el mejor de los casos, se encuentra ajena al acontecer nacional.
A los ciudadanos medianamente informados les queda el premio de consolación, generosamente cedido por Peña, de burlarse de las pifias de pronunciación del ejecutivo, sus recurrentes confusiones geográficas y su extraordinaria ignorancia en temas por demás conocidos. Más allá de ese espectáculo mediático, Peña Nieto operó una estrategia cuasi perfecta para lograr sus objetivos en un tiempo record.
El 12 de diciembre, fecha consentida para asestar duros golpes contra la nación, recordemos que el FOBAPROA también se llevó a cabo el día de La Virgen de Guadalupe, la estrategia del PRI logró coronar, y permítanme el adjetivo que usan los narcos en Colombia al momento de cerrar una operación. La reforma pone fin a 75 años de nacionalización de hidrocarburos, se abrieron todos los candados para que se puedan realizar cualquier tipo de contrato con particulares, permitiéndose con ello la posibilidad de que el petróleo quede bajo el control de empresas extranjeras. La exploración, explotación y comercialización de hidrocarburos pasará a manos de empresas nacionales o extranjeras, perdiéndose así nuestra soberanía energética.
Es indudable que la reforma sólo fue posible gracias a la complicidad de los principales partidos políticos del país. Peña convenció al PAN y al PRD para que se sumaran al pacto por México, a partir de ahí, el aparato del gobierno modificó el artículo sexto de la Constitución , posteriormente reglamentó el 35 para evitar que una consulta popular fuese un impedimento para la realización de la reforma, y coronaron modificando los artículos: 25, 26 y 27, abriendo a intereses particulares el control del sector energético.
En el artículo cuarto transitorio se encuentra lo perverso de la reforma. El artículo menciona que existirán varias clases de contrato. Unos son los de Servicio, otros son los de Utilidad compartida, en los cuales se deberá retribuir un porcentaje de la ganancia que se obtendrán en la comercialización del petróleo o gas. También están los de Producción, mediante el cual se le pagará a la empresa privada con un porcentaje del hidrocarburo antes de procesarse. Y finalmente tenemos los contratos de Licencia, es decir que se concesiona la explotación y por lo tanto el control. Lo interesante del asunto es que la renta del petróleo, que algunos estiman en 85 mil millones de dólares, disminuirá y será compartida. PEMEX pasa a convertirse en una empresa contratista de la Secretaría de Energía.
El PRD se convirtió en una fuerza política que contribuyó a generar un clima propicio para la realización de las reformas de Peña, su participación en el Pacto por México se convirtió en un requisito indispensable para que el gobierno de Peña coronara su excelente plan, sin la participación del PRD no hubiese sido posible la estrategia de reformas operadas por el PRI. El PRD podrá decir que no apoyó la reforma energética, pero no podrá negar su directa participación para propiciar que la reforma se realizara. El gobierno jugó piezas básicas con el PAN y el PRD, sabía de antemano que necesitaba de cada partido y simplemente se dedicó a operar en ese sentido. Es absurdo pensar que tanto el PAN como el PRD no sabían lo que Peña necesitaba de ellos.    

lunes, 2 de diciembre de 2013

UNA PRAXIS DE LA PSICOLOGIA COMUNITARIA EN CHIAPAS


UNA PRAXIS DE LA PSICOLOGIA COMUNITARIA EN CHIAPAS
la verdad de los pueblos latinoamericanos no está en su presente de opresión, sino en su mañana de libertad; la verdad de las mayorías populares no hay que encontrarla sino que hay que hacerla”.
I g n a c i o M a r t í n B a r ó, 1 9 9 8.
Autor: Rodrigo Gustavo Utrilla López
Facultad de Psicología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Contacto: rodrigo_utrilla@live.com.mx

En este ensayo se tratara de contar brevemente la experiencia del trabajo de tesis que se realizó desde la praxis de la psicología comunitaria con un enfoque latinoamericano, trabajando colectivamente con la cooperativa artesanal CASA TIERRA IXIM de la comunidad de San Martín Abasolo del Estado de Chiapas hacia la autogestión1. Donde los socios de esta cooperativa de forma autónoma y libre están ejerciendo sus derechos como indígenas establecidos en el artículo 2 de la Constitución Política Mexicana, haciendo conciencia crítica de la situación de desigualdad y pobreza que viven muchas familias indígenas y campesinas de su comunidad y en el Estado, han decido organizarse y movilizarse para el bienestar de sus familias, las familias de su comunidad y de su entono.
Nuestra praxis como psicólogo comunitario en esta intervención-investigación será el de un agente de cambio social, en la tarea de fortalecer las capacidades de los actores sociales y movilizar los problemas y las necesidades en acciones, para que ellos mismos puedan construir su propia historia, controlar su propio entorno y destino.
Los socios de esta cooperativa artesanal están dedicados principalmente al oficio artesanal de joyería en plata y ámbar. En la actualidad cuentan con un Taller-Escuela de Joyería en su propia comunidad siendo la primera en su tipo, con el fin de enseñar este oficio artesanal dando las herramientas y los cursos en la medida de lo posible en forma gratuita a las/los jóvenes de su comunidad. Dado que hace más como una década de este año, familias de la comunidad se han vistos obligados abandonar su hogar por falta de oportunidades y desarrollo para el sostén económico de sus integrantes; por lo tanto los jóvenes se ven obligados abandonar también su escuela. Y dado a este problema psicosocial en su comunidad está puesto en marcha este Taller.
A su vez bajo este mismo escenario en el Taller-Escuela de Joyería, se encamino actividades de construcción en ecotecnias que “es un instrumento desarrollado para aprovechar eficientemente los recursos naturales y materiales y permitir la elaboración de productos y servicios, así como el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y materiales diversos para la vida diaria”2. Tales fueron la elaboración de bloques ecológicos para la construcción de viviendas ecológicas con el apoyo de una máquina de tierra compacta se construyó este taller, a su vez se construyeron un baño seco, una regadera ecológica, una lombricomposta para las actividades de un pequeña huertita. Y dado que en su comunidad los habitantes por usos y costumbres practican el temazcal de forma habitual, se construyó un temazcal para ocho personas para perseverarla y fomentarla al interior de la comunidad. También se realizaron actividades de comercialización para la venta de las piezas para sostener los gastos de operación para la realización de las actividades, y a su vez se participó en ferias y eventos de municipios de la región.
En la actualidad las artesanías es un sector privilegiado y monopólico por su alto valor agregado que adquiere la materia a ser transformado como producto, que es atribuido por la dinámica del comercio y el turismo internacional. Las artesanías indígenas y los artesanos populares y auténticos es un sector bastante desvalorado y desvaluado por consumidores, comerciantes y el Estado. Este es un sector que se encuentra bastante afectado por el mercado global capitalista en alta producción en serie, por la etiqueta de calidad y por las normas aplicables de seguridad respecto al producto para su comercialización internacional y nacional; además que se encuentran con obstáculos de apoyos para financiamientos económicos, asesorías para mejorar su producción y comercialización. En su mayoría estos artesanos populares y auténticos son indígenas y analfabetas que viven con situaciones de pobreza, desigualdad y sin oportunidades para el sólido crecimiento económico para sus familias y para sí mismos; y últimamente depende en mayor medida de la actividad del turismo nacional e internacional. Situaciones concretas tenemos en el estado de Chiapas el caso de los artesanos tseltales de ámbar de CASA TIERRA IXIM; pero sobre todo con aquellos artesanos que día a día trabajan en forma constante transformando la materia prima en una creación artesanal, atribuyendo a sus piezas como valor atributivo, el tiempo, el valor humano, la identidad cultural, el material utilizado; no son valorados por el sector empresarial y consumista; y dado a sus necesidades económicas sus piezas son desvaluadas y se venden con menos-precio en el mercado. Siendo esto un mecanismo monstruoso que impera en el capitalismo actual que se refleja en nuestra sociedad deshumanizadora, porqué despersonaliza al artesano, su pieza, su persona, su cultura, su comunidad, su familia. Y como resultado de esto, los artesanos populares y auténticos se obligan en la creación de artesanías fetichistas-estéticas anclados en el mercado de moda deshumanizando el valor de la pieza, la materia prima, su precio autentico, su creatividad imaginaria; y esto como consecuencia hoy los artesanos sobre-viven y el dinero obtenido de las ganancias solamente les alcanzan para solventar los gastos domésticos, necesidades familiares, y en la compra de materia prima; por lo que se encuentran en esta despersonalización atroz de su ser como persona y como artesanos auténticos, libres y pensantes. Además, los artesanos al dejar el oficio artesanal, abandonan a un lado la continuación cultural de una comunidad y de una familia; que culturalmente la empobrece; esto por consiguiente hace empobrecer nuestra historia e identidad cultural.
Bajo esta reflexión y conforme a la experiencia de praxis comunitaria con nuestra psicología obtenida en la autogestión con los artesanos tseltales de la cooperativa CASA TIERRA IXIM, sustentada desde la Filosofía de la Praxis 1967 de Adolfo Sánchez, de la psicología de la liberación 1998 de Ignacio Martín-Baró de la pedagogía del oprimido 1970 de Paulo Freire y con el esfuerzo comprometido de interpretar y actuar nuestra realidad para transformarla en este mundo desigual, de responder la emancipación psíquica y social de los actores sociales para su autonomía y libertad, al desarrollo productivo y creativo de sus habilidades y capacidades, y que a través de las acciones con los hombres en comunión, para el hombre con los hombres en su mundo para el mundo hacia su liberación; se acontece, se hace posible y necesaria para un quehacer en nuestra praxis en psicología; principalmente bajo el enfoque de la Psicología Comunitaria, de la Liberación, y Política: la praxis artesanal como estrategia de cambio.
1 La autogestión en Psicología Comunitaria señala Maritza Montero (1994): “es la acción de los integrantes de la comunidad a través de la organización y la participación. Implica que el grupo asume la conducción de sus decisiones, la determinación de sus prioridades, erradicando pasividad, desarrollo de iniciativa, discusión crítica autoevaluación y asumiendo la responsabilidad para su logros y fracasos”.

2 Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Disponible en internet: http://www.cdi.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=698

lunes, 28 de octubre de 2013

La reforma hacendaria un revés contra la clase media




Por: Alejandro Aldana Sellschopp.


Para: Emiliano y Luz.

Este viernes 18 de octubre finalmente se aprobó la reforma hacendaria, complejo y arduo proceso en el se pusieron en juego un sin número de mecanismo para, por un lado, evitar que fuera aprobada en los términos que la presentaría el PRI, y por el otro, para que el Secretario de Hacienda saliera triunfante.
El sector de empresarios inmediatamente se puso manos a la obra al enterarse que la reforma que proponía Luis Videgaray vulneraba varios de sus privilegios. En los medios de comunicación, cuyos dueños pertenecen a éste sector, se quejaron, criticaron y reclamaron al gobierno por sus posturas agresivas contra ellos. Un ejército de cabilderos se encargó de negociar con algunos diputados, los resultados de dichas tareas fueron positivas, de pronto el PRI se encontró en un escenario que muy probablemente no había previsto, el PAN se oponía a la reforma tal cual la presentaba el PRI, con lo que al Revolucionario Institucional no le quedó más que buscar una alianza con el PRD.
Es de todos sabido que Jesús Zambrano ha fortalecido dentro de las filas perredístas una actitud oficialista, muy cercana a Peña Nieto. El PRI consiguió que el PRD le cediera los votos que necesitaba para que la reforma finalmente se aprobara; sin embargo, fue necesario realizar algunas enmiendas y ajustes, con lo que el PRI no alcanzaría sus objetivos planteados originalmente, hacienda tan sólo recaudará 56 mil millones de pesos de los 240 millones que se tenían estimados.
La reforma tal cual se aprobó tiene puntos que llaman la atención: Se elimina el régimen simplificado para el sector primario, en cuanto al ISR se baja la deducción en la compra de automóviles, así como en la renta de coches. Se incluye un aumento progresivo del impuesto sobre la renta, que afectara a los miembros de la clase media que ganan hasta 500 mil pesos en el año, es decir, todos aquellos que ganen menos de 500 mil pesos al año, serán afectados con el ISR progresivo, lo cual se hace aún más problemático para los trabajadores, ya que será más difícil que se les aumente el sueldo, ya que será gravable. En materia de impuestos para personas físicas las cosas se vuelven más difíciles, el gobierno de Peña pretendía que la tasa marginal de 32% para ingresos superiores a 500 mil pesos en el año, hasta esa cifra se pagaría una tasa máxima de 30%; sin embargos los diputados estipularon que aquellos que ganen más de 500 mil pesos al año tributen una tasa de 31%.
En cuanto al IVA en zonas fronterizas tributarán una tasa general de 16%, ya no de 11% como se pagaba ahora, lo que provocará que la vida de estas zonas del país se encarezca.
El PRD sostiene, como una irrisoria bandera, que logró que se impusiera un impuesto de un peso por litro en las bebidas azucaradas y el 5% en los alimentos chatarra. Hay que señalar que el gran triunfo perredísta lacera gravemente a la Cooperativa Pascual, empresa mexicana, que en un esfuerzo para apoyar al campo de nuestro país utiliza para sus refrescos fruta y azúcar mexicanas. Las empresas transnacionales de bebidas no usan azúcar, sino jarabe de fructuosa que compren fuera del país.
La reforma aprobada dista mucho de ser estructural, y deja de ser la gran jugada de Videgaray para recaudar una fuerte cantidad que le permitiera a las finanzas públicas sobrevivir sin la necesidad de los cuantiosos activos que aporta PEMEX, así las cosas el gobierno de Peña sufre un fuerte revés en su estrategia de reformas para, según ellos, mover a México.        

jueves, 10 de octubre de 2013



La magia del Circo V
(El circo de Oskar Chon).

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.

Para: Luz y Emiliano.

Las funciones del circo se celebraban a las cuatro de la tarde. La hora en que el sol comenzaba a despedirse de la selva, justo en esos minutos en que las garzas abandonaban los potreros y partían al nunca, al siempre. Tiempo de circo. Horas y minutos sin tiempo. Los tordos y zanates armaban su algarabía en los árboles del parque, mientras las familias: padres, hijos y abuelos, avanzaban por la calle del campo como una procesión de la alegría. Ricos y pobres nos mezclábamos, ahí los hijos del dueño de las avionetas y cinco hangares, allá los hijos del padre Rangel, más allá el dueño de la paletería La Michoacana, el zapatero, el tortillero, el cacique y todos sus hijos. Todos vestidos con sus mejores ropas, caminando codo a codo hacia la tierra de los sueños.
A lo lejos se escuchaba la estridente música de Chico-che: “Los nene con los nenes, las nenas con las nenas...”, interrumpida por momentos por la voz de Edmundo Piler, quien invitaba al respetable a tomar su localidad. El espectáculo comenzaba en las inmediaciones del campo aéreo. La pobreza del circo no era impedimento para soñar.
La hilera de focos de colores se encendía, con su tímida luz opacada aún por los rayos de sol. Largas mesas ofrecían: mangos verdes con chile, naranjas, palomitas en diminutas bolsas de plástico, chicharrines, paletón corona, Halls, Mamuts, chicles Yucatán, Motita, Bombero, Sugus, Palelocas, Salvavidas, Chupirules, y los infaltables algodones de azúcar. El olor de aquel circo es indescriptible: combinación de palomitas recién reventadas, orines de chivo y perros, sudor, perfumes: Siete machos, Lavanda, Siete brujas, Mujercitas, Charissma, Topaze, Old spice, Willy contry, todo lo que se imaginen de Avón, Colbert, Patrich, más los humores del río que estaba a escasos metros, el aroma de viruta, aserrín, cascabillo y hasta juncia que se tendía en toda la superficie del circo.
El circo era sin dudas la puesta en escena de nuestro imaginario colectivo. El espectáculo tenía mucho de fiesta, carnaval y algarabía. Todos los que asistíamos a las funciones sabíamos que formábamos parte de un juego: el de la risa.
Lejos estábamos de saber que en tiempos prehispánicos se realizaban representaciones de lo que hoy conocemos como pantomimas, cuadros teatrales y acrobacias, en los patios de los palacios o en los momoztli. En esencia, el espectáculo había cambiado poco. Al igual que los mexicas, nosotros veíamos estupefactos una combinación de lo terrible y lo amable, un guajolote siendo obligado a bailar en un comal al rojo vivo, al ritmo de nuestras palmas, reírnos a carcajadas de una gallina pintada de colores que infructuosamente trataba de caminar por el alambre.
En plena pista se nos revelaba lo grandioso y lo pequeño, El Mago Hugo de Karma hipnotizaba a tres muchachos de la secundaria, no podíamos dar crédito, aquellos jóvenes, a quienes conocía todo el público, no podían prestarse a una estratagema. Quizá uno de los trucos más sorprendentes de Edmundo Piler, fue la noche cuando mandó colocar un televisor de bulbos, con un corte de mangas hizo apagar todas las luces, de pronto se encendió el televisor, unos pases mágicos y listo: se comenzó a ver un programa de televisión, la pantalla no parpadeaba, ni subían o bajaban líneas negras, una imagen nítida, extraordinariamente clara, recuerdo muy bien que se traba de un episodio de los Dukes de Hazzard, ahí iban, en impecable blanco y negro, Bo y Luke en su General Lee, el Dodge Charger, con el número uno pintado a sus costados, a toda velocidad, saltando puentes a medio terminar y levantando tremenda polvareda, atrás los perseguía Rosco en una patrulla que no dejaba de aullar.
El número de Edmundo Piler dejó sorprendidos a todos. Fue la primera vez que vi a un pú
blico aplaudir de pie y durante largos quince minutos, Piler salió tres veces de la cortina, para agradecer las muestras de admiración y cariño. Años después nos enteramos que varios propietarios de televisores, incluso el presidente municipal, visitaron esa misma noche a Edmundo Piler en su carromato, para que les develara el truco. Piler que era un buen mago, jamás develó su secreto.

martes, 17 de septiembre de 2013

El circo de las gallinas.


HOLA ALEJANDRO TE COMPARTO ALGO QUE ESCRIBI SOBRE EL CIRCO.
El circo de las gallinas

Emilio Gómez Ozuna
Como ya les conté, frente al barrio instalaban los circos que llegaban al tranquilo pueblo del Jovel, algunos muy rimbombantes y caros, montones de animales con filas de camiones, como hormigas en unas noche convertían el campo de fútbol en un paraíso de colores, animales, olores y vendimias de la región.
Los vecinos de los barrios, sin prudencia se instalaba alrededor con sus mesas, se alumbraban con quinqués, sus braceros y fogatas, algunos hasta con sus petates y taburetes cargaban, toda la familia, como feria, los altavoces anunciaban la carne, la moronga, el chorizo y la chanfaina de Cuxtitali, los de San Ramón con sus trastes y adornos de barro, los de Mexicanos sus telas de azul añil para las naguas de las mujeres de Chamula.
No podían faltar los cueteros de Santa Lucia y San Antonio, los juguetes de madera del cerrito de Guadalupe y los confites de colores de la garita, mocas, dulces de duraznos pasa con su cajita de tejamanil, obleas de turrón y rompope de almendras. Algunos coletos “finos” en su carro ofrecían pierna ahumada, butifarra y queso de puerco.
Pan de San Ramón y herrería forjada del cerrillo, los Chamulas con sus elotes y chayote hervido, de Tenejapa cacahuates y guax guinda, de Zinacantán las ciruelas y manzanitas, cervecita dulce del centro, chalupas y empanadas.
Pero un día llego un circo sin techo, del tamaño de una casita, con la carpa como ánimas flotando, un carrito que apenas aguantaba la carga y sonaba como matraca, una bailarina percudida, casi una niña, un payaso que brillaba de sucio y el hombre más fuerte del mundo apixcahuado de tan viejo.
Un borrego, cuatro chuchos y seis gallinas.
Solo la Caguama y sus algodones rosados de azúcar y el taquero Funes se atrevieron a vender, uno que otro niño contratado por el circo ayudaron a instalar.
Un tostón costó la entrada, pocos fuimos a la función, el anuncio de las gallinas, atrapaba la atención.
Resonaron los tambores que tocaba el apixcahuado, al borrego lo toreaba el payaso tan chorreado, a los perros tras el hueso y la niña bailarina, las gallinas en la pista una a una se trepaban, por los lazos empinados a subirse a su costal.
De ese circo si me acuerdo, por que entristecieron mi niñez. 

lunes, 16 de septiembre de 2013

La magia del circo



La magia del circo IV

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.

Para: Luz y Emiliano.


El Circo de Edmundo Piler era el único que llegaba al pueblo. Nuestros abuelos contaban que en los años cincuenta, del siglo pasado, había llegado un circo cuyo redondel, la parte del costado, estaba constituido de petates, el nombre del aquel singular circo lo habían olvidado.
Al llegar al campo aéreo quisimos sumarnos a los muchachos de la secundaria que ayudaban a levantar el circo. Edmundo Piler se veía en la necesidad de “contratar” a hombres de las localidades que visitaban para los trabajos de izar el redondel y levantar la galería, entre otros trabajos pesados. Al tratarse de un circo pobre, la única bonificación era un pase de entrada para alguna de las funciones y claro, tener el honor de ser parte del espectáculo, aunque fuese por una horas.
Nosotros, niños de tercer año de primaria, simplemente observábamos, ya que nunca nos dejaban “trabajar”, debíamos conformarnos con juguetear con las sogas, ver a Edmundo Piler dirigir las labores, estar cerca de los artistas: payasos, domadores, alambristas, trapecistas y magos. Ahí los veíamos sin camisa levantando fierros y lazos, acarreando tablas, trayendo aserrín y virutas de las carpinterías del pueblo.
El circo de Edmundo Piler no contaba con zoológico, así llama la gente de circo al lugar donde están los animales, simplemente amarraban a una estaca al cerdo que hablaba, el guajolote que bailaba el jarabe tapatio sobre un comal caliente, tres famélicos perritos amaestrados, dos cabras y un chivo negro.
Cuando teníamos un poco de suerte, los niños, hijos de los hombres y mujeres del circo, accedían a jugar con nosotros, era fantástico verlos hacer marometas, contorciones y saltos mortales con gran facilidad.
Instalar al circo en el campo aéreo tenía sus desventajas, como aquella tarde en que una avioneta, que no pudo aterrizar en uno de los ranchos dedicados al cultivo de café, regresó al pueblo para aterrizar en medio de la función circense. A penas tuvimos tiempo de salir corriendo, los hombres del espectáculo alcanzaron a desatar lazos y correas, salvando la mitad del redondel, la avioneta aterrizó llevándose una parte de la lona sobre el parabrisas. Esa tarde el payaso Rabanito no atendió a nadie, ya que fue él quien salió volando sobre el graderío y requirió que lo trasladarán al hospital del pueblo.
A partir de ese día las funciones se cambiaron de lugar, ahora se utilizaba un terreno a un costado de la pista de aterrizaje. Nunca más un avión interrumpiría la función de circo.

miércoles, 4 de septiembre de 2013


La magia del Circo III
(El circo de Oskar Chon).

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.


El día en que arribaba el circo al pueblo era extraordinario. En la escuela primaria las horas pasaban con una lentitud exasperante, las clases se hacían aburridas y vacías. En el recreo preguntábamos a las vendedoras de melcochas, que se ponían en una hojita de naranja, si era cierto que el circo había llegado, ante su respuesta afirmativa la ansiedad crecía aún más. Las tres horas que seguían al descanso eran las peores, el sol se empeñaba en carcomer los muros de adobe de las casas, el río corría con lentitud inaudita, no se escuchaban ruidos desde las calles, parecía que el pueblo dormía o estaba poblado por fantasmas cuyo infierno era el silencio. Es la hora del diablo, nos dijo Panchito Quevedo, uno de mis mejores amigos de aquellos tiempos, y quién siempre tenía una teoría para todo, A las doce del día se detiene el mundo, y reina el diablo, es la hora de los suicidios, remató Panchito, haciéndose el interesante.
Al sonar la chicharra nos reuníamos en el campito de la Iglesia: Panchito Quevedo, El Quijote, que en realidad se llamaba Miguel, pero que nuestro maestro comenzó a llamar Quijote por su triste figura, alto, desgarbado y estar siempre en la luna, Joaquín El Gato, que tenía gran parecido con el felino, sobre todo los ojos claros, como de miel. Hacíamos planes de cómo ayudaríamos a los hombres del circo a levantar el graderío, las lonas, las estacas, los tensores, y demás.
El circo se instalaba en lo que llamábamos grandilocuentemente el campo aéreo, que en realidad es una pista revestida de grava donde las avionetas aterrizaban en su diario trajín en la comercialización del café, en sus mejores años el tráfico aéreo del pueblo fue tan nutrido que se llegó afirmar que en los años sesenta fue el tercer “aeropuerto” de mayor movimiento aéreo de esta república moribunda, claro que jamás creímos en esas historias, inventadas por los viejos para tener algo de qué sentirse orgullosos.
Caminamos por toda la calle del Campo hasta llegar a la pista. En efecto ahí estaban los hombres del circo en sus trabajos de levantar el graderío. A principios de los años ochenta, del siglo pasado, a nuestro pueblo solamente llegaba un circo: el de Edmundo Piler. El señor Piler era oriundo de nuestro pueblo o de alguno cercano, en realidad nunca supimos mucho sobre él y la gente que trabajaba en su espectáculo. Es muy probable que quienes actuaban en la pista eran su propia familia. Un circo familiar o de familia. El circo era muy pequeño, pero en aquellos años nos parecía enorme, la galería era de cuatro pisos, no tenía tubería, ni la carpa superior, por lo que la parte de arriba quedaba al descubierto, las funciones de la tarde eran hermosas, veíamos a los trapecistas hacer sus números con el cielo tornasolado al fondo, y en las noches se veía el cielo tachonado de miles de estrellas.
No tener carpa era una invitación para que muchos espectadores sin dinero y atrevidos subiesen a los árboles cercanos a para observar desde ahí la función. En muchas ocasiones más de uno cayó de los árboles, y la función se suspendía, ya que los mismos trabajadores del circo los auxiliaba, pues las autoridades municipales responsabilizaba a Edmundo Piler por cada uno de los accidentados. Ahí veíamos correr al payaso Rabanito, que se decía era médico, con su botiquín para atender a los caídos.

miércoles, 28 de agosto de 2013

La magia del circo II (El circo de Oskar Chon).


La magia del circo II
(El circo de Oskar Chon).
Por: Alejandro Aldana Sellschopp.

Para: Luz y Emiliano


El pueblo, con casas de adobe y calles empedradas, puentes techados y molinos de maíz en cada barrio, con su iglesia y su santo montado a caballo matando eternamente al mismo moro, se encuentra entre dos altas montañas, allá abajo esta el caserío, la quietud, el silencio. Gracias a esa situación geográfica en los años ochenta del pasado siglo, no se podía ver televisión, faltaban costosas antenas; sin embargo, los ricos del pueblo, para no sentirse fuera de la modernidad, tenían sendos televisores que a lo más transmitían ruido blanco, rayas que bajaban a una velocidad exorbitante, y de vez en cuando alguna que otra sombra se dibujaba se prestaba para mil elucubraciones por parte de ese remedo de televidentes.
La gente asistía puntualmente a misa de siete de la mañana, de doce del día y seis de la tarde, dios era la única diversión, sin contar claro está las cantinas y el billar. De vez en cuando aparecía una caravana de húngaros, así llamábamos a los gitanos, aparcaban en algún terreno baldío, izaban una pequeña carpa de lona, y salían a recorrer las calles ofreciendo sus servicios como adivinos y nigromantes. Leían las cartas y la palma de las manos, y de paso, decían nuestros padres, se robaban a los niños. Por las tardes exhibían películas en los terrenos donde se habían instalado, a pesar del miedo que nos provocaban, asistíamos sin falta a la función de cine, bien bañados y perfumados.
Los húngaros se iban como llegaban, sin hacer mucho ruido, generalmente partían al anochecer o en las madrugadas, los adultos decían que era para que no viéramos a todos los niños y niñas que se robaban.
La llegada de los gitanos era un acontecimiento especial, nos dejaban escucharlos cantar y bailar con sus perros amaestrados, adivinaban el futuro y proyectaban películas en una roída sábana atada con cables. Sin embargo, la magia no se hacía presente, teníamos que esperar largos meses hasta que algún compañero de la escuela primaria nos decía casi en secreto, que finalmente había llegado el verdadero espectáculo de magia y fantasía: el circo.

domingo, 18 de agosto de 2013

El circo I (El circo de Oskar Chon)



La magia del Circo 1
(El circo de Oskar Chon).

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.


Mi niñez transcurrió en un pueblo perdido de la selva chiapaneca. Estábamos rodeados de la más variada y exuberante vegetación, las copas de los árboles se entrelazaban con enredaderas formando una cubierta que impedía el paso de los intensos rayos del sol, ahí abajo, en la frescura húmeda crecían los cafetos repletos de cerezos rojos, telas de araña y una calma milenaria donde el tiempo se detenía para contemplarse en el agua de algún arroyo de aguas cristalinas. Estábamos rodeados de selva: arbustos, lianas, bejucos, orquídeas volando sobre la semioscuridad del cafetal. La selva era un animal omnipresente, su lenta respiración la sentíamos todos en el viento caliente de la mañana, en la humedad de la tarde, en las torrenciales lluvias que caían sobre un pueblo durmiendo su edad de oro. Ahí la caoba, el roble, el cedro rojo, el cacao, las anonas, la guanábana goteando su interminable miel, los platanales y su frescura, el palo de Campeche, el mulato, el corcho donde crecen los gusanos zatz, delicia de exigentes paladares. Estábamos rodeados de selva. Veíamos ardillas, comadrejas, el sabin, los tlacuaches, perros de agua, mapaches, sobre las palmeras del parque central lechuzas blancas construyeron su nido, en los naranjos de los caminos se posaban los quetzales. En los tulipanes rojos y amarillos de la escuela primaria revoloteaban los colibríes, que nosotros llamábamos chupamirtos, si tenías un poco de suerte, de camino al rancho de algún amigo observábamos un tucán bajo el esplendor del día. Estamos rodeados de selva. Las lagartijas y los tolocs hacían sus nidos en nuestros refrigeradores o estufas, las coralillos aparecían en las bañeras, las ratoneras en los trasteros. La selva caminaba como un mastodonte prehistórico, se metía a las casas, crecía en los tejados y tapaba los tubos de agua, se colgaba de los árboles de toronjas y mandarinas, llovía hasta el panteón anegando las tumbas para dejar al descubierto algunos cuerpos y huesos de difuntos. La selva reptaba de noche, robaba las gallinas de los gallineros, degollaba patos, se comía el maíz y el frijol, se escurría por los corredores y ventanas, entraba a las habitaciones y lentamente iba penetrando nuestras bocas y fosas nasales, hacía su nido en nuestros cuerpos, en nuestros huesos y en nuestra sangre.


viernes, 21 de junio de 2013

El ensayo en Octavio Paz: Poeta con vocación crítica 4


El ensayo en Octavio Paz: Poeta con vocación crítica 4

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.

Para: Luz y Emiliano




Muchos fueron los temas abordados por Paz en sus ensayos, estudios críticos a escritores de diversas posturas estéticas y políticas como: Rousseau, Sade, Breton, Marx, Sartre, Baudelaire, etcétera, así como: el tiempo lineal, el fin de la modernidad, la vanguardia, las drogas como crítica de la comunicación, ser ateo en Occidente, etcétera.
En los ensayos de Paz el lector es seducido por el estilo, un lenguaje bellamente construido, que arroba y nos pierde, los datos más que pesar se convierten en verdaderos artilugios del mago del lenguaje, las referencias y citas se mimetizan con el discurso en un ritmo único: “La noche de Sor Juana no es la noche carnal de los amantes. Tampoco es la de los místicos. Noche intelectual, altiva y fija como un ojo inmenso, noche construida a pulso sobre el vacío, geometría rigurosa, obelisco taciturno, todo fija tensión hacia los cielos” (Paz,1983:40), sirva de ejemplo este bellísimo pasaje.
Heriberto Yépez ha comentado: “Para ocultar sus remakes, variantes, robos y préstamos, Paz contaba con un aparato retórico –reconocible y frecuentemente imitado- en el que las ideas eran adunadas poéticamente hasta que lograba apropiárselas vía arrobos y tropos”. En los ensayos de Paz siempre queda un vacío, casi nunca es concluyente. Su discurso es un conocimiento que tiene dudas y no teme expresarlas, por el contrario, hace de la duda una metodología, un recurso. “Hay que dejar caer una gota de duda en lo que se dice, la sombra de la incertidumbre debe acompañar a nuestras afirmaciones” (Paz,2003:34).
Paz entiende al ensayo en su concepción moderna, como algo vital, habla de cosas existentes y ya discutidas; sin embargo, nos lo presenta desde ángulos inesperados, mediante una conciencia crítica, y por ello incómoda, no se casa fácilmente con lo canonizado, busca eliminar la máscara para encontrar el rostro, aún cuando máscara y rostro puedan ser lo mismo. Paz critica desde su subjetividad, su personalidad se apodera del discurso, se olvida de la objetividad, opina, juzga apasionadamente, se repite y se contradice, pugna por la pasión reflexiva, por la libertad informada, la intuición poética, en franca lucha contra cualquier postura pretendidamente científica. Paz ilumina con sus posturas estéticas, políticas, históricas, devela un rostro del problema estudiado, que probablemente ni nos imaginábamos, esto provoca vacío, desasosiego, inquietud, muchos de sus ensayos nos dejan con las mismas sensaciones de cuando leemos un poema, la resonancia de emociones es la misma, en más de una ocasión incluso nos molesta, nos provoca, rompe con nuestro confort, dice lo que no queremos que se diga, nuevamente nos quita las máscaras y nos aterramos al ver nuestro rostro, su discurso es un espejo humeante.                   

jueves, 30 de mayo de 2013

El ensayo en Octavio Paz: Poeta con vocación crítica 3


El ensayo en Octavio Paz: Poeta con vocación crítica 3

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.
                                                                         Para: Luz y Emiliano


En 1968 Octavio Paz traza sus directrices ideológicas y críticas, se convierte en uno de los intelectuales más importantes de América Latina. El amplio espectro de sus inquietudes estéticas nos revelan un espíritu de y para el conocimiento, su obra constituye un corpus de extrema ambición, desde sus primeros libros se empeñó en tocar el absoluto, formular un todo orgánico que trataba de armonizar una pluralidad de discursos: el de la filosofía, religión, erotismo, arte, política, historia, etcétera; para ello fue necesario que incursionara magistralmente en una diversidad de géneros: la poesía, ensayo, cuento, prosa poética, dramaturgia, tan sólo le faltó escribir, como a Borges, una novela para completar su ciclo creador.
         Octavio Paz supo que un poeta no podía circunscribirse a las limitaciones espacio-temporales, que debía pensarlo todo, sentirlo todo, más allá de geografías y lenguas,  reventar de vida en cada acto y en cada poema. Uno de sus primeros poemas, escrito a sus dieciséis años, dice: “No buscaba nada ni a nadie, buscaba todo y a todos”; en esa búsqueda el joven Paz lee con febril pasión a: Dumas, Constant, Balzac, Galdós, Dostoievski, Tolstói, Turguéniev, sigue con entusiasmo a poetas como: Quevedo, Lope, Calderón, Mariano José de Larra, los románticos, y algunos años después en la revista Contemporáneos se encuentra con T.S Eliot, Saint-John Perse, James Joyce, y muchísimos poetas más.
         Paz se convirtió en un mexicano universal, en su obra al igual se ocupa de los problemas de México como los de América Latina; pero también se interesa por la historia, política, arte y religión de países Orientales y Occidentales, partiendo de la idea de que todos los hombres de la historia han luchado contra situaciones que rebasan su carácter particular o local, pues son parte consustancial a la condición humana. Por ello al analizar a México o América Latina lo primero que hace es situarlos en la historia, nos convierte en contemporáneos del mundo. 
            Como apunté en líneas anteriores Octavio Paz tuvo dos actividades fundamentales: poeta y ensayista. Sus lectores y críticos debaten sobre cuál de las dos empresas fue donde Paz se muestra con mayor maestría; es interesante observar cifras proporcionadas por la revista La Tempestad (2008), que en un censo de 2007, nos dice que Octavio Paz es un escritor que vende muchos libros, de sus cinco títulos más vendidos cuatro son de ensayo y uno de poesía: El Laberinto de la Soledad ( ha vendido desde su aparición en 1950, a 2007, la espeluznante cantidad de cien millones de libros), La Llama Doble (Publicado por primera vez en 1993, ha vendido 193 mil ejemplares), Sor Juana Inés de la Cruz o Las Trampas de la Fe (Publicado en 1982, un año después de que a Paz se le otorgara el Premio Cervantes, ha vendido 200 mil ejemplares), Vislumbres de la India (Ha vendido 72 mil ejemplares), y ¿Águila o Sol? (Libro de poemas en prosa, va por su tercera edición). Es significativo que de los cinco libros, sólo uno es de poesía. Y es que como afirmó Paz al referirse a los pocos lectores de Xavier Villaurrutia: “En la época moderna la poesía no es ni puede ser sino un culto subterráneo, una ceremonia en la catacumba” (Paz,2003:83).

sábado, 25 de mayo de 2013

El ensayo en Octavio Paz: Poeta con vocación crítica 2




El ensayo en Octavio Paz: Poeta con vocación crítica 2

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.
                                                                         Para: Luz y Emiliano



         Posdata es uno de sus libros más importantes por las opiniones que vierte y el momento de su publicación. El texto se convierte en una especie de manifiesto del Paz post 68.  
         En los años cincuenta Octavio Paz se convierte en un acérrimo crítico del estalinismo, el comunismo y de toda forma de autoritarismo de Estado; en la revista Sur denuncia los campos de concentración soviéticos, lo que le valió su expulsión de los grupos literarios identificados como simpatizantes de la izquierda marxista. En ese continum escribe Posdata, Rafael Lemus afirma: “ (…) Paz tiene, en apariencia, dos opciones: o resana su relación con el Estado o pasa lista en las filas de la izquierda. Opta, desde luego, por una tercera: escribir un ensayo, Posdata, que no gustaría ni a unos ni a otros. En los dos primeros capítulos conquista su autonomía: rompe lo mismo con el régimen que con la izquierda revolucionaria y propone una ruta –la democracia liberal- que la mayoría encuentra, sencillamente anticlimática”. (Lemus Rafael,2008:19). Llama la atención que es un ensayo y no un libro de poemas lo que resignifica la figura de Octavio Paz frente a los trágicos acontecimientos del 2 de octubre del 68. Un poeta, que al día de hoy es mayoritariamente conocido, amado y repudiado por sus ensayos. Es por ello que en este estudio me centraré en la producción ensayística, no sin aclarar que considero que el mejor Paz se encuentra en sus poemas.  
         Posdata  se convierte en corona de olivos y guadaña para su autor, incluso hubieron algunos despistados, que creyeron leer en el libro una justificación a la masacre del 68, nada más descabellado y sin sentido. En lugar de pretender quedar bien con dios y con el diablo, queda concientemente mal con los dos, lo que será una constante en sus ensayos, por un lado critica a la izquierda y por el otro al Estado Mexicano, ubicándolos en el mundo. Paz afirma: “La filosofía del progreso muestra al fin su verdadero rostro: un rostro en blanco, sin facciones. Ahora sabemos que el reino del progreso no es de este mundo: el paraíso que nos promete está  en el futuro, un futuro intocable, inalcanzable, perpetuo. El progreso ha poblado la historia de las maravillas y los monstruos de la técnica pero ha deshabitado la vida de los hombres. Nos ha dado más cosas, no más ser” (Paz Octavio,2008:26). La crítica a la modernidad, otra constante de su pensamiento, aparece ya ampliamente depurada.   
            En Posdata, Paz pugna por el liberalismo y la democratización del sistema mexicano; pero en ningún momento justifica una masacre que es por demás una de las mayores aberraciones de nuestra historia. Paz dice: “No se puede sacrificar el pensamiento crítico en aras del desarrollo económico acelerado, la idea revolucionaria, el prestigio y la infalibilidad de un jefe o cualquier otro espejismo análogo” (Paz Octavio,2008:30), cuando habla de la revolución se refiere a la institucionalizada del PRI, pero también a las de la izquierda, esta postura o impostura le acarrearía muchos detractores tanto en el PRI como en la izquierda. En Posdata es categórico: “(…) ni el temple del pueblo mexicano es revolucionario ni lo son las condiciones históricas del país. Nadie quiere una revolución sino una reforma” (Paz Octavio,2008:35). Impresiona su desplante ideológico, su atrevimiento de hablar por los otros, esos otros que posteriormente lo repudiarían, por negarles la posibilidad de la revolución, y quizá más aún por erigirse como la voz del pueblo, que habla por ellos, idea que el propio Paz ridiculizaría en sus ensayos; pero que no lograría cumplir del todo en su vida política. Llama la atención que afirme que lo que requiere el país es una reforma, y que haya descuidado la forma de decirlo en voz de los otros, y no en voz propia, cosa que no significaría mayor problema. Queda de manifiesto su vocación reformista, señalada un año antes en uno de sus ensayos de Corriente alterna: “En la segunda mitad del siglo pasado aparece otro vocablo: reformista. No venía de Francia sino de los países sajones. La palabra no era nueva; lo eran su sentido y la aureola que la rodeaba. Palabra optimista y austera, singular combinación de protestantismo y positivismo. Esta alianza de la vieja herejía y la nueva, el luteranismo y la ciencia, hizo que la odiasen todos los casticistas y conservadores. Su odio no era gratuito: bajo apariencias decorosas la palabra escondía el contrabando revolucionario. Pero era una palabra decente. No vivía en los suburbios de los revoltosos ni en las catacumbas de los rebeldes sino en las aulas y en las redacciones de los periódicos” (Paz Octavio,2009:150), y uno se pregunta si éste era el sentido que quería impregnarle a la palabra reforma en su texto de Posdata, es decir una palabra con contenido revolucionario en una envoltura decente, nos dice además que: “El revolucionario invoca a la filosofía; el reformista a las ciencias, la industria y el comercio” (Paz Octavio,2009:150). Hoy en día algunos estudiosos de la obra y figura de Paz quieren convencernos que fue sobre todo un revolucionario, aún que aquí lo vemos luchando a mano partida a favor de la reforma frente a la revolución, en otro pasaje de Corriente alterna, quiere encontrar semejanzas entre el reformista y el revolucionario: “A mi juicio las semejanzas entre el revolucionario y el reformista son mayores que aquello que los separa. Los dos son intelectuales, los dos creen en el progreso, los dos rechazan al mito: su creencia en la razón es inquebrantable. El reformista es un revolucionario que ha escogido el camino de la evolución y no el de la violencia. Sus métodos son distintos, no sus objetivos: también el reformista se propone cambiar los usos. Uno es partidario del salto; otro del paso. Ambos creen en la historia como proceso lineal y marcha hacia delante” (Paz Octavio,2009:151), Paz ve a la reforma como un rostro más de la revolución, es el cambio sin violencia; pero qué es Paz ¿un revolucionario o un reformista? Si partimos de las ideas vertidas en sus ensayos, no es ni uno ni otro. Estamos frente a un intelectual de altos vuelos, que no cree en el progreso a pie juntillas, no rechaza el mito, por el contrario considera esa idea como uno de los grandes errores de la modernidad, su creencia en la razón no es inquebrantable, sí buscó toda su vida cambiar los usos, pero no a través de la violencia sino mediante la evolución. Ni revolucionario, ni reformista, ni liberal, su pensamiento es una amalgama dúctil y maleable, que lo convierten en una conciencia crítica constante e incomoda, como nos dice Rafael Lemus: “(…) Paz no desea fijarse, ni como joven marxista ni como poeta surrealista ni como pensador liberal. Véase: sus opiniones liberales ofenden a la izquierda, y sus devociones románticas, a los liberales, porque eso desea Paz –una incómoda, propicia soledad”. (Lemus Rafael,2008:19). Y su vida pública fue producto de esa masa amorfa de pensamiento e información crítica, por ello a finales de los años setenta su vida oscila entre la crítica al sistema político mexicano y su cercanía con ese poder que criticaba.                    

viernes, 10 de mayo de 2013

El ensayo en Octavio Paz: Poeta con vocación crítica 1


El ensayo en Octavio Paz: Poeta con vocación crítica 1

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.
                                                                         Para: Luz y Emiliano

Lo peor que podemos hacer a Octavio Paz, ese amante de la vocación crítica, es hacer una lectura acrítica de su obra.
         Octavio Paz nace en 1968. En ese año se perfila como un escritor disidente y crítico frente a la izquierda revolucionaria y al sistema político mexicano. Si bien su alejamiento no fue abrupto, en el 68 se confirma la ruptura. En 1937 un jovencísimo Paz es invitado al Segundo Congreso Internacional en Defensa de la Cultura a celebrarse en España, donde comienza su estupor frente a ciertos acontecimientos que van minando su ferviente simpatía por el comunismo. El Congreso pretendió enjuiciar a André Gide, por sus críticas plasmadas en su libro Regreso de la U.R.S.S (1936), se celebraron varias reuniones casi clandestinas para convencer a los escritores latinoamericanos de firmar un documentos donde se condenaría a Gide y su libro. En la votación final, solamente hubieron dos abstenciones: Carlos Pellicer y Octavio Paz.
         En 1939 un nuevo acontecimiento cimbró al joven Paz. La Unión Soviética firmó el tratado Ribbentrop-Mólotov, con la Alemania nazi, en el que las dos naciones no sólo prometían no agredirse, sino también estrechar lazos económicos, además de repartirse la Europa central y del este.
         En 1950 Octavio Paz publica El laberinto de la soledad, ensayo sobre lo mexicano, escrito a raíz de una estancia en Los Ángeles, California, y redactado en París, mientras desempeñaba cargos diplomáticos. En dicho texto aborda, aun sin profundizar, sobre sus opiniones críticas sobre el comunismo y el sistema político mexicano. Diecisiete años después sale a la luz Corriente alterna (1967), un conjunto de interesantes artículos que publicó en los periodos que van de 1959 a 1961, y de 1965 a 1967, en revistas hispanoamericanas y europeas, en la tercera parte del libro Paz diserta sobre la revuelta y la revolución, glosando magistralmente ideas de Ortega y Gasset, además de realizar criticas a la modernidad y al comunismo, dejando casi intocable al sistema político mexicano.
         Al año siguiente, 1968, Octavio Paz termina de nacer como intelectual crítico ante cualquier forma de absolutismo, al mismo tiempo que comienza a mostrar su propio rostro autoritario . Se muestra de cuerpo entero en dos hecho fundamentales: su renuncia a la Embajada de México en la India, tras la masacre de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, y la publicación de Posdata. Con las dos acciones se convierte, sin querer, en un líder de opinión de la izquierda mexicana, quienes fieles a su vocación de adoradores de tlatoanis o caudillos intentan ungirlo como un intelectual más de su línea de pensamiento, incluso se le invita para formar un nuevo partido político, en el que participarían entre otros: Carlos Fuentes, Luis Villoro, Demetrio Vallejo, Heberto Castillo; sin embargo Paz opta por su independencia crítica, y funda la revista  Plural.
                                                            Continuará…

jueves, 18 de abril de 2013

Fallece el gran artista plástico Storm Thorgerson

lunes, 15 de abril de 2013


El cuento de nunca acabar

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.    

                                        Para: Emiliano, Eliseo, Ian, Amaya y Cristóbal, jóvenes narradores de antiguas historias. 


Todas las personas gustamos de escuchar historias, es en ellas donde mejor nos observamos y comprendemos, nos permiten vernos desde fuera, en una multitud de respectivas que siempre nos muestran un rostro nuevo. Muchos pueblos originarios expresaron su origen y su cosmovisión a través de mitos, valiéndose  de estructuras narrativas. Las mismísimas pinturas rupestres o la interpretación de los sueños cuentan una historia. Conocer y estudiar esas narrativas nos posibilitan entender nuestro devenir humano.
            El cuento fue y sigue siendo una forma narrativa mediante la cual los seres humanos nos hemos acercado a escudriñar la extraordinaria complejidad de la naturaleza humana. Antiguo como el hombre es el cuento. Ya en el Egipto del siglo XIV antes de nuestra era, encontramos vestigios de historias germinales. El cuento nace de lo popular, las personas creaban historias para recrear la realidad, ordenarla y dotarla de nuevas cualidades. Su origen es no-literario, lejos, muy lejos estaban todas las teorías y estudios estéticos, el cuento era como el tiempo: se limitaba a fluir.
            El discurso se emitía de forma oral, que en su discurrir sintáctico producía sentido, convirtiéndose en una extraña criatura que al devorarse a sí misma se creaba, me refiero al proceso de contar historias como nacimiento del lenguaje, los acontecimientos, actos y sentimientos exigían palabras y conceptos que las significaran. A los narradores orales o escritos debemos el lenguaje. Frecuentemente escuchamos que Shakespeare es el padre de la lengua inglesa o Pushkin el creador del ruso, dejando de lado las exageraciones, mucho de razón tienen dichas afirmaciones. A estos monstruos del lenguaje debemos agregar a los narradores orales ignorados y desconocidos.
            El cuento moderno tiene su fuente en las narraciones orales, sean éstas: relatos, leyendas, mitos, cuadro de costumbres, viñetas, etc, etc. Las culturas greco-latinas son las primeras en considerar al cuento como un género literario independiente, ya que anteriormente se subordinaba a estructuras discursivas como: la religión, la filosofía, los discursos morales y la historia. La dependencia del cuento era doble: por un lado pertenecía a un tejido lingüístico diferente a su propia naturaleza, y por otro tenía un uso meramente utilitario, siempre al servicio de otros fines. No hay nada más detestable que un cuento edificante o moralizante.
            En el momento en que el cuento logra su independencia, nace la figura del autor individualizado y reconocible, lejos quedan los relatos orales construidos por toda la tribu o pueblo. Entre los primeros cuentistas tenemos a Luciano de Samosata, quien escribiera El cínico y El asno, junto a su contemporáneo Lucio Apuleyo que escribió el celebre El asno de oro , texto que todo cuentista debería leer. Sin dejar de mencionar a Cayo Petronio con su extraordinario Satiricón.
En el Renacimiento podemos ubicar a Charles Perrault como una de los padres del cuento moderno con sus magníficos Los cuentos de mi madre la Oca, considerados por muchos como los primeros cuentos genuinos, sin olvidarnos de los hermanos Jakob y Wilhelm Grimm, Hans Christian Andersen y el extraño Ernst T. A. Hoffman.
   Es hasta el siglo XIX cuando el cuento adquiere verdadero reconocimiento como género literario. La figura fundamental para su consolidación es Edgar Allan Poe, quién no sólo escribe verdaderas joyas, sino que se convierte en uno de los primeros críticos del cuento, estudia su naturaleza, su morfología, la construcción de personajes y la importancia del lenguaje en el entramado lingüístico. La influencia de Poe se extendió por el mundo entero, sus opiniones técnicas y estilísticas se convirtieron en leyes, que hasta el día de hoy se siguen practicando por algunos narradores despistados.
 El cuento es una extraña criatura inasible, el peor error para un cuentista es pretender definirlo, sabemos que la palabra cuento viene del latín contus o cómputus, que significa: llevar cuenta de algo. En realidad nos dice poco o nada sobre la complejidad de su naturaleza. El uso de la palabra contus no es arbitrario, Borges dice al respecto: “Todos los idiomas que conozco usan el mismo verbo, o verbos de la misma raíz, para los actos de narrar y de numerar; esta identidad nos recuerda que ambos procesos ocurren en el tiempo y que sus partes son sucesivas” (Zavala,1995:39). 
Nadie en su sano juicio se atrevería a explicar una epifanía, el cuento es una epifanía en sí mismo, imposible pensar en limitarlo con categorías estéticas; por el contrario, su categorización es la inclusión, su precepto estético por excelencia: la ambigüedad morfológica.
Todo texto presenta problemas propios, una dialéctica que únicamente afectan a ese tejido narrativo, incluye su forma y su fondo, inseparables como en el poema, su estructura se resuelve partiendo de las cualidades más íntimas de la materia prima con la que se quiere narrar, por tanto las variables posibles de solución son tantas como escritores quieran contar la historia, presentándose una relación única e irrepetible entre el autor y el material narrativo. El cuento es un modelo que contiene su solución, el escritor estudia profundamente la historia que quiere escribir, hasta descubrir la lógica interna de la ecuación.
El escritor de cuentos es un gran lector de narraciones cortas, su objetivo es hacerse de experiencia, conocer la manera en la que los grandes maestros del género resolvieron sus problemas narrativos, no para repetirlos en sus propias creaciones, sino para contar con herramientas que le permitan emprender su propio camino. El escritor está solo frente a la bestia y generalmente es ella la que gana la batalla. Muchas son las tradiciones literarias y cada una aborda, resuelve y estructura los cuentos de manera diferente, es por ello que el cuentista es un hombre de voluntad, no se deja arrastrar por modelos preestablecidos culturalmente. “Michel Foucault enseña que lo original no radica necesariamente en la invención de algo nuevo, sino en el acontecimiento del retorno. Y en el modo del retorno, claro está, que hace a la circularidad perfecta y artística” (Giardinelli,1992:30), el Ulysses de Joyce es el regreso de aquel Ulysses griego, toda guerra narrada tiene algo de la Ilíada, cada niño perdido en una gran ciudad es de alguna manera Oliver Twist, y así ad infinitum.
El cuento carece de una definición exacta; pero cuenta con gran cantidad de técnicas, elementos que se han presentado y mantenido en diversas épocas y tradiciones literarias, algo así como los universales del cuento, entre ellos podemos mencionar a: la acción, la brevedad, el tratamiento de un solo asunto, la abstracción de la realidad, la condensación del tiempo y el espacio, los personajes, la representación verbal, la tensión, la verticalidad, la focalización y los planos narrativos, entre muchos otros; sin embargo los tratamientos de estos universales suelen cambiar.
El cuento es un universo, una extraordinaria herramienta para acercarnos al espíritu humano, una forma de filosofar; presente en todas y cada una de las etapas del ser humano, se ha convertido en un oráculo que en lugar de responder nuestras dudas, nos cuestiona, obligándonos a descubrirnos en el proceso de encontrar las respuestas. La humanidad ha escuchado historias desde su origen, y seguirá escuchándolas hasta el día último en que un hombre o una mujer abandonen este planeta.


 

 

 

Bibliografía  


Bloom, Harold.(2005). Cuentos y cuentistas El canon del cuento. México. Colofón.

Teoría y practica del cuento (1997). México. Instituto de Cultura de Michoacán.
Giardinelli, Mempo.(1992). Así se escribe un cuento. Argentina. BEAS.
Zavala, Lauro.(1993). Teoría del cuento I, Teoría de los cuentistas. México. UNAM.
Zavala, Lauro. (1995). Teoría del cuento II, La escritura del cuento. México. UNAM.