martes, 4 de mayo de 2010

Alondra de la Parra

Alondra de la Parra, director de orquesta. (entrevista)

Por Bárbara Colio

Nueva York.- “No sé exactamente que sea el éxito. Para mí, es esto, este momento, ser músico es el éxito” Comenta Alondra de la Parra durante una entrevista al término de su concierto en la Blessed Sacrament Church situada en el corazón de Manhattan, donde dirigió a la New Amsterdam Summer Orchestra. Alondra, directora de orquesta, es la primera mujer mexicana en llevar la batuta en la competida ciudad de Nueva York. Y para más sorpresa, sólo tiene 23 años.

La historia que la he llevado hasta este sitio, no es la de una niña prodigio ni de vida privilegiada, sino la de una niña que a muy temprana edad supo lo que quería ser y se dedicó tenazmente a lograrlo. Nacida en Nueva York, mientras sus padres estudiaban la maestría, su madre en sociología y su padre en cine, desde muy pequeña la llevaron a México donde se crió. “Yo soy mexicana” Proveniente de una familia no dedicada a la música más amante de ésta, donde en cada reunión su abuela, la escritora Yolanda Vargas Dulché junto con su hermana cantaban a dúo canciones mexicanas, Alondra se influencia por esta otra pasión de su abuela y empieza a estudiar piano una vez por semana a los 7 años. Recuerda que se dio cuenta de su bien oído cuando al escuchar las piezas musicales, ella además, las solfeaba; los sonidos se convertían en su cabeza en un “sol fa mi re do”. Creía que a todo mundo le pasaba lo mismo, hasta que supo que no era así.

“Para mí, la música es algo sagrado, desde antes hasta ahora, mi sueño era ser músico”.

De las clases de piano siguieron las de chelo. Ya tenía 13 años, estudiaba en el Colegio Madrid donde había formado un grupo de jazz y rock llamado Res Pública, además de colaborar con algunas otras bandas que empezaban en esa época y que ahora ya cuentan con cierta fama nacional. La adolescencia es una época difícil, llena de cambios, Alondra los tuvo en todo sentido incluso en el familiar. En medio de la vorágine, se dio cuenta que lo único constante en su vida era la música, y que aunque la vida o sus gentes queridas fueren y vinieren, la música siempre podía estar ahí, dentro de ella y llenarla de satisfacción.

“La música era algo que si yo quería, nunca me iba a dejar”

Y entendió que tenía que aprender a disciplinarse y enfocarse para ser mejor músico. “Yo no nací disciplinada, tuve que aprender a serlo”. A los 15 años, se le metió en la cabeza el querer ser directora de orquesta a raíz de un comentario de su padre, considerando el carácter de su hija. “Había una batuta en casa, y en las noches me encerraba en el estudio a dirigir mi orquesta imaginaria” Quiso concentrase en ello y el ambiente de la escuela secundaria en México la distraía, así que decidió cursar el equivalente de preparatoria en Inglaterra, donde pudo armar su propio programa de estudios incluyendo sólo sus materias favoritas: matemáticas, física y por supuesto la música. Ahí tuvo la oportunidad de ser asistente de director y por primera vez alzó la batuta ante una pequeña orquesta de estudiantes con el St. Leonard’s Mayfield School Orchestra donde realizó los arreglos musicales de las piezas e incluso ganó un concurso de orquestas estudiantiles. Regresó a México después de un año para validar los estudios preparatorianos, (hasta la fecha no puede entender bien el porqué no se quedó más tiempo allá) Después del internado en Inglaterra donde tenía amplio acceso a los instrumentos, trabajo con coros y bibliotecas donde pasaba sus días, el volver a encontrarse con el sistema educativo mexicano de 7a.m. a 2p.m. y contar precariamente con una clase de piano nada más una hora, fue un shock. No pudo. Sus calificaciones fueron en picada. Optó por la preparatoria abierta.

“No me importaba ni fracasar, sólo quería ser músico ¿Porqué perder tiempo estudiando biología?”

Estudia composición y piano en el CIEM (Centro de Estudios Musicales) con el fin de tener sólidas bases musicales, ya que dentro de sus planes de directora e intérprete, el enfrentarse con la partitura, requiere del análisis de ésta y sobretodo saber qué es lo quería decir el compositor; porqué utilizó esas notas y no otras, porqué tal parte se le da a la flauta y no a otro instrumento. La toma de decisiones de Mozart, es distinta a la toma de decisiones de Beethoven, debes aprender el camino de sus decisiones y así llegas a comprender mejor su manera de pensar, su música.

“Para dirigir, me sirvió mucho el saber lo que se siente enfrentarse a la hoja pautada en blanco”.

Las decisiones de los compositores no responden al azar, por ello son valiosas. Alondra también tomó la valiosa decisión de moverse a Nueva York en el año 2000. En la parte romántica de la historia podría decirse que Alondra sentía especial atracción por la gran manzana ya que nació ahí, pero lo que realmente la mueve es que Nueva York es el centro del arte, un lugar pequeño donde pasan muchas cosas y muy rápido. Hay posibilidades de conectarse con gente creativa y hacer cosas. La gente es seria y muy trabajadora, si se dice que se va hacer algo se hace, sin cotorrearlo tres días y al final no hacer nada.

“En Nueva York te dan la oportunidad, el beneficio de la duda, cosa que no sucede en otras ciudades. En México existen muchos prejuicios”.

Alondra sabía que sería muy difícil el empezar a dirigir en México, donde se anteponen una variedad inútil de prejuicios antes que el trabajo mismo. En Nueva York hay tanta gente tan distinta, que no importa ni quien seas, ni de donde vengas o de que color o clase seas, lo que importa es “si lo puedes hacer o no”. Te dan una oportunidad y si no puedes, vas para afuera, no tienen ninguna misericordia, es duro, son muy fríos, pero toman el riesgo de dar esa primera oportunidad sin actitud. La primera vez que se subió al podio en Nueva York sintió la expectación de la audiencia sobre que era lo que ésta joven mexicana iba a hacer, más nunca la actitud de “Esta niña güerita, fresa, es sobrina de…, fue al colegio tal… no ha de saber” prejuicios palpables en el ámbito cultural mexicano que le parecen terribles.

“Preferí llegar a un lugar donde nadie me conocía y ser yo, si me quieren bien y si no, algo tengo que arreglar. No perder tiempo en tonterías”

¿Pero cómo le llegó esa oportunidad si nadie la conocía? Alondra antes de querer dirigir, quería estar cerca de una orquesta, asistir a los ensayos, ver como se hace, no subirse al pastel de pronto sin saber como funcionaba el todo. Buscó una posición de aprendiz de director, lo que significaba acomodar las sillas, cargar los atriles, cobrar entradas, llevar las flores, no recibir ningún pago pero poder estar en los ensayos. El director, al ver su entrega, le ofreció dirigir a la orquesta en uno de los ensayos.

“Dirigir en un ensayo es más difícil que en un concierto, porque tienes a 60 músicos de frente observándote, ya 100 más atrás de ti es lo de menos”

Esa fue la primera vez que dirigió a una orquesta real. Al primer sonido que escuchó, provocado por el movimiento de la batuta en su mano, supo que no había duda de que ahí era donde tenía que estar parada en ese instante.

“Al regresar a mi casa en bicicleta, sonreía tanto, que los mosquitos se me metían entre los dientes”

Cada vez le dieron mayor oportunidad de dirigir en los ensayos hasta que consiguió una posición más respetada, como la de Asistente de Director. Con ésta orquesta, la New Amsterdam Symphony Orchestra, dirigió su primer concierto en el 2003. Fue cuando se convirtió en la primera mujer mexicana en dirigir en Nueva York. De ahí siguió el ganar la competencia de Director Huésped, lo que le aseguró entrar como directora en la temporada de conciertos del año.

De la Parra actualmente estudia piano becada en Manhattan School of Music, económicamente semantiene trabajando, dando clases de piano y ofreciendo recitales de piano (algunos en México), además de la ayuda de sus padres.

“Me gustaría dirigir en México, pero no me han invitado aún”

Paradójico, siendo que Alondra de la Parra ya fue invitada a dirigir a la Filarmónica de Buenos Aires en Argentina, en el afamado Teatro Colón.

El próximo gran proyecto de Alondra de la Parra es cerrar con un magno concierto con la orquesta Mexican American Symphony Orchestra en el marco del festival MEXICO NOW en Nueva York donde incluirá el trabajo de compositores mexicanos como Enrico Chapela, basado en la máxima expresión del mexicanismo contemporáneo: el futbol. El de Ernesto Villalobos con el tenor Mauricio O´Reilly, inspirado en la leyenda del Popocatépetl e Iztaccíhuatl, de Mauricio Trejo, del destacado músico mexicano Mario Lavista, del clásico Revueltas y la pieza“Danzón NO. 2” de Arturo Márquez. El programa busca mostrar el espectro musical de varias generaciones de compositores mexicanos, desde los clásicos hasta el más joven, que cuenta también, con sólo 23 años.

“Estoy muy emocionada por MEXICO NOW, además porque me va a ofrecer el poder conocer artistas mexicanos de diferentes disciplinas y acortar distancias. Pensar en hacer futuros proyectos con ellos”.

Una de las cosas que le preocupan y ocupan a De la Parra en el ambiente cultural es que no hay un conocimiento entre los artistas, ni en México ni en Nueva York . “No nos conocemos” No hay un núcleo creativo y por tanto tampoco se crea un público que los siga. Se trabaja de una forma muy distante e individualista.

En el exterior se sabe poco de México en cuanto a su innovación en el campo de las artes,MEXICO NOW busca sacudir los viejos estereotipos y crear un nuevo pensamiento introduciendo a los neoyorquinos al arte contemporáneo de sus más cercanos vecinos del sur. El evento será un gran escaparate del arte mexicano, auspiciado principalmente por Fundación Televisa, lo que augura una amplia cobertura, y distintas entidades culturales tanto de México como de Estados Unidos, donde durante todo el mes de noviembre de 2004 se presentará en el corazón de Manhattan, el trabajo de más de 100 artistas jóvenes que empiezan a ser aclamados por su calidad y propuesta contemporánea tanto en la música, el teatro, la literatura y la danza y a los que no les es muy posible presentarse fuera de su país. La relevancia de este evento depende de todos, de los artistas, organizadores, de que se involucre la prensa sobretodo, México posee una gran fuerza artística contemporánea que no se difunde, los medios generalmente no la cubren.

“Las artes mexicanas no habían tenido un foro de estos alcances antes en Estados Unidos, tenemos que hacer que todos se enteren”.

El público, bajo la arquitectura de esta iglesia de inspiración gótica, irrumpe en aplausos al término de una parte del programa del concierto. Podría pensarse que la ascendente y precoz carrera de Alondra como la de otros, obedece más a factores de suerte o “iluminación divina” pero no es así. Es cuestión de proponerse las cosas y hacerlas. De la Parra pensaba que la música era algo inalcanzable y lo está haciendo. Esperamos que pronto reciba la invitación de una orquesta mexicana que la haga subir al podium en su propia tierra.

Dándose el gusto de cerrar su concierto con un delicioso arreglo que ella misma realizó del tango Adiós Manino de A.Piazzola, Alondra de la Parra dirige la orquesta, más allá de la batuta, con todo el cuerpo, incluso con la sonrisa franca de la que sabe que está en el lugar donde quiere estar. En la música.

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