domingo, 31 de agosto de 2008

Mis diez escritores mexicanos que recuerdo con cariño

por: Antonio Ramos
Acabo de leer una breve nota periodística donde los ingleses seleccionaron o nombraron a los escritores que recuerdan con más cariño, no que sean los mejores según la crítica, no que tengan las loas de los académicos, no... simplemente, los escritores que recuerdan con cariño. Y, como las listas me gustan siempre y cuando no seanen antologías donde no me antologaron (ouch), diré mis diez mejores escritores cuyas obras recuerdo con cariño.

1..- Rulfo. ¿Por qué? Bueno, antes de saber si quiera quien era Rulfo (oh, sí, ignorante que soy, hubo un tiempo que no lo supe) me encontré su libro, una preciosa edición hecha por el FCE, en una librería de viejo. Venía con un amigo de comprar pantalones de mezclilla en la Pulga Río y vi el libro, blanco, limpio, casi nuevo, afuera de la librería Atenas o Atenea. Pagué 40 pesos por él. Hacía frío, era diciembre, la ciudad bullía de una navidad poco empalagosa. Empecé mi lectura con El gallo de Oro y no paré hasta ese primer cuento de Nos han dado la tierra. Me sentí orgulloso de comprar un buen libro, sin duda.
2.- Alfaguara publicó hace tiempo, siente novelas breves de Juan García Ponce. No recuerdo su nombre, pero yo estaba recién desempacado en el D.F. y quien me vendió el libro después se convertiría en una buena amiga. Me sentí cobijado en una ciudad desconocida mientras leía aquellas novela en el Wings de Alvaro Obregón y Cuauhtemoc.
3.- Aquí sale, en este momento, Batallas en el desierto, de Pacheco. Devoré aquella novelita de golpe y la sigo recordando con cariño. No he leído más cosas de Pacheco, me declaro culpable.
4.- Fue un gran descubrimiento la obra de Rafael Bernal. A mucha gente no le gusta porque no tiene la altura de (ponga su escritor preferido aquí), pero sencillamente El Complot Mongol y Gente de Mar son dos obras de autores mexicanos que he disfrutado singularmente. Uno lo leí en una edición casi industrial de Planeta y el otro lo subí a la red del ILCE. Fueron las horas de trabajo mejor pagadas.
5.- No me gana el afecto al decir que Estación Tula fue una obra que disfruté, sentado en un´sillón, en casa de un amigo, hace mucho, mucho tiempo, cuando ni siquiera pensaba que sería amigo de DT. Sentía la obra tan próxima, un Monterrey tan cercano que devoré la novela en un santiamén.
6.- Sin duda, leer Salón de Belleza de Mario Bellatín fue una experiencia. Aquella atmósfera densa, aquellos personajes (hacía calor en Monterrey y acababa de comprar el libro en la FIL de Monterrey, 15 pesos me costó), me enseñaron otro tipo de acercarme a la obra de este escritor. después, Sinji Nagaoka, naríz de una ficción me gustó mucho (lo compré el mismo día que las novelas de Juan García Ponce). Debo decir que me robé Instrucciones para una liebre muerta, pero, aún no la leo.
7.- Si hay libros que me dan coraje son los de Parra. Coraje porque me hubiera gustado escribir más de uno de los cuentos que vienen en Tierra de nadie. Hay gente que no da ni un centavo por la obra de Parra, pero eso no importa. Leí Tierra de nadie en casa, una tarde de sábado. Hacía mucho calor y recordaba al amigo que se había ido a la ciudad de México. De todos los cuentos, El cristo de San Buenventura es el que más coraje me da.
8.- Cómo me gusta la oración del 9 de febrero y Parentalia, de Reyes, y aunque aparece en el lugar número ocho no significa que esté en el número ocho. Ahí está un español que aún me sacude los nervios por su forma prístina y dócil que al mismo tiempo seduce y enrabia.
9.- Seré sucinto porque esto puede acarrearme desprestigio por siempre, pero me gustó Cambio de piel de Carlos Fuentes. Ya lo dije, pero hagan de cuenta que no lo dije. ¿Me perdonan?
10.- Sor Juana es muy padre, sin duda, pero creo que obstaculiza el brillo de Góngora, su maestro. Sus viajes de barlovento son estupendos. Al leerlos era como descubrir oh, un gran mundo y ver un español que estaba ahí, vivo, ripioso pero vigorizante.

viernes, 29 de agosto de 2008

El periodismo respecto a Sabines Guerrero


por: Luis Daniel Pulido.


Al doctor Gilberto Gómez Maza, con afecto y admiración
No se ha dado ni puede darse una prensa libre junto a un periodismo servil; tampoco cuando el cine, la radio y la televisión son esclavos oficiales, o están excesivamente comercializados. No puede darse donde la autoridad tiene un poder incontrastable, sea legítimo o arbitrario. Imposible que florezca donde el ciudadano se siente inseguro, ya porque desconoce sus derechos, ya porque el temor le impide reclamarlos. No puede brotar si el gobernante es insensible al pulso de la opinión pública y si ésta carece de canales abiertos para manifestarse sin esfuerzo, ni riesgo, es decir, natural y diariamente.
Cosío Villegas, Daniel. Citado por Sherer y Monsiváis, 2003.

El periodismo en su condición de paquidermo prehistórico es tan intenso como intuitivo en su visión crítica, especie de embudo que garantiza recursos para familiares y amigos gracias al monopolio de encabezados.
Tal libertad de prensa “representativa” es en realidad un esquema de poder compartido que evita la oposición y construye, a partir del control de la información, habitaciones íntimas para las ideas. El ejercicio por eso es intrigante y artero. Cuando Juan Sabines Guerrero dijo “gobernaré con los medios”, consciente o inconscientemente autorizó las pequeñas, medianas y grandes empresas (todas “honorablemente” chiapanecas) que a lo largo de la historia del periodismo en Chiapas han hecho de la usura, toda una cruzada por el folclor, el chantaje, el punzón, la unidad, la bonita familia.
El periodismo, como todo proyecto retributivo, no pierde su valor patriótico; todos juran amar el terruño, y eso contagia, por eso no acaban de transferirse la estafeta de quien habla mejor del rey chiquito, ese flamante gobernador que les ha devuelto no sólo la confianza, sino la vida y el más rancio amor propio.
Es el periodismo, salvo honrosas excepciones, el ejemplo del por qué somos el Estado más pobre y rezagado, ya que desde ahí se atenta contra la dignidad cuando los jóvenes permiten ser subempleados, timoratos del compromiso, viejos prematuros del blog y el anonimato.
Como buenos profesionales de la extorsión, la mayor ventaja competitiva es conservar el empleo gracias a la unificación del “chayo”; por eso tan dinosaurios unos como los otros.
Viva Chiapas. Salud.
Luis Daniel Pulido

martes, 26 de agosto de 2008

Talleres La Puerta Abierta

HORARIO
LA PUERTA ABIERTA
CENTRO DE FORMACIÓN Y CREACIÓN ESCÉNICA

Costo: $ 150.00 mensual, cada taller.

MATUTINO
Taller
Dirigido a
Lun
Mar
Mier
Jue
Vie
Sab
Acondicionamiento físico
Amas de casa
8-9:30
8-9:30
8-9:30
8-9:30
8-9:30

Taller de literatura para niños
Niños
7-12 años





10-12:00

VESPERTINO
Taller
Dirigido a
Lun
Mar
Mier
Jue
Vie
Sab
Danza
Clásica
Niños 7-12 años
16-17:30

16-17:30

16-17:30

Salsa
Niños 7-12 años

16:17:00

16:17:00


Salsa
Jóvenes y adultos
12 años…

17:00-
18:30

17:00-18:30


Teatro
Jóvenes y adultos
15 años…
17:30-
19:30

17:30-
19:30



Guitarra
Jóvenes y adultos

18:30-20:00

18:30-20:00




Dirección:
6ª. Oriente Norte 1031,
Entre 9ª y 10ª Norte
Barrio La Pimienta
Contactos al:
60 01342
9611713444
lapuertaabierta11@gmail.com

Trece poetas jóvenes de Chiapas: 1970-1986



Trece poetas jóvenes de Chiapas: 1970-1986


Hace once años leí por primera vez a un poeta chiapaneco. En la librería de viejo El Cocodrilo —ubicada frente al Teatro del IMSS, sobre avenida Xola, en la Ciudad de México, y de la cual ya sólo queda el nombre en la fachada— encontré Estado de sitio, de Óscar Oliva, publicado en la colección Letras Mexicanas; devoré esa misma tarde el libro y quedé hondamente impresionado. A partir de entonces surgió en mí una continua necesidad por conocer la poesía escrita por mis paisanos. Comencé a buscar y a encontrar libros de poetas chiapanecos en los lugares más insólitos: desde una feria del libro en Juchitán, Oaxaca —ubicada entre puestos de tlayudas y hamacas—, donde en 1998 compré, entre otros, Cantar del Marrakech, de Juan Carlos Bautista, hasta una venta de garage en Mina, Nuevo León, donde adquirí por cinco pesos El espejo humeante, de Juan Bañuelos, y por la misma cantidad, una nieve de pitaya, esto en 1999.“Trece poetas de Chiapas: 1970-1986” es la continuación de ese afán lector que he extendido hacia la poesía escrita por mis coetáneos, una generación marcada sobre todo por el desconocimiento del otro: gran parte de los poetas convocados no sólo no se conocen personalmente, sino que, a pesar de ser también chiapanecos, nunca se han leído entre sí. Esta muestra es, por así decirlo, una pequeña ínsula de poetas y poemas que lleva a cuestas el peso de una tradición poética para algunos insoslayable, como la chiapaneca, pero que busca establecer su propio derrotero, su propio rumbo histórico y que, algunas veces, se aleja de esa tradición. Cierto es que con la publicación de Olvido (1890), de Rodulfo Figueroa, inicia la tradición poética moderna en Chiapas, misma que ha sido prolífica, vasta y algunas veces, tan pródiga como su diversidad natural. El ensayista chiapaneco Gustavo Ruiz Pascacio escribe al respecto:
[…] el asunto de la tradición constituye un problema central en el origen del discurso poético en lengua castellana en Chiapas […] ésta no se prolonga a más de una centuria, a partir de la presencia del primer poeta “moderno” de Chiapas: Rodulfo Figueroa (1866-1899), poeta con quien se abre el hecho de “lo público” como eje comunicativo del ejercicio poético […]”.
1
Si bien Figueroa abre las puertas al modernismo en Chiapas, es hasta bien entrado el siglo XX que la poesía chiapaneca comienza a construir las bases de su tradición actual, misma que puede entenderse a través de la publicación de algunos libros trascendentales para su configuración. Apuntes para una declaración de fe (1948), de Rosario Castellanos, es, sin duda, el libro que inicia esta coyuntura. Le siguen Horal (1950) y otros libros de Jaime Sabines —Tarumba (1956) y Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973)—, poeta cosiderado uno de los referentes de la poesía mexicana del siglo XX. La aparición del volumen La espiga amotinada (1960) inauguró la aventura colectiva de poetas chiapanecos más prolífica del siglo pasado, misma que se consolida con la edición de Espejo humeante (1968), de Juan Bañuelos, y Estado de sitio (1971), de Óscar Oliva. Incluido en el volumen Poesía joven de México (1967), Raúl Garduño publica Poemas (1973), mientras que Joaquín Vásquez Aguilar da a conocer Cuerpo adentro (1978), Aves (¿1979?) y su magnífico Vértebras (1982). Habría que resaltar aquí que posiblemente la obra de estos dos poetas sea la más entrañable e influyente para buena parte de los autores que integran esta muestra:
la poesía escrita en Chiapas tiene su punto de inflexión en las obras fundacionales de Raúl Garduño (1945-1980) y Joaquín Vásquez Aguilar (1947-1994). Si digo fundacional es por lo que anuncia su estética: con ellos se desarticula en la entidad la contemplación y la celebración del fasto natural.
2
Con la publicación de los libros Ojo de jaguar (1982), Música solar (1984) y Cuadernos contra el ángel (1988), Efraín Bartolomé se sitúa como el poeta que domina e influye el panorama literario chiapaneco de la década de 1980 y uno de los más importantes en la poesía mexicana. Erguido a penas, de Joaquín Vásquez Aguilar (1991), Reloj de malvarena (1991), de Roberto Rico, y Cantar del Marrakech (1993), de Juan Carlos Bautista son, a mi juicio, los libros de poesía más relevantes de la década de los noventa del siglo pasado. De los poetas seleccionados en esta muestra es importante señalar que el primero en publicar es Ulises Córdova (Los abismos de la voz, 1997) y cronológicamente le sigue Luis Arturo Guichard (Los sonidos verdaderos, 2000), que publica ya en el nuevo siglo.
Habría que señalar aquí la ausencia de libros de crítica literaria, y más de un siglo después de la entrada al modernismo de la poesía chiapaneca se publica la primera tentativa seria: Aproximaciones a la poesía y la narrativa de Chiapas (1997), de Jesús Morales Bermúdez, texto de carácter didáctico que intenta microhistoriar la literatura de la entidad. Sin embargo, el primer ensayo crítico sobre poesía es el cometido por Gustavo Ruiz Pascacio en Los designios de la Diosa: la poética de Efraín Bartolomé (2000), texto al que le seguiría Los fantasmas de la carne. Las vanguardias poéticas del siglo XX en Chiapas (2000), libro que inaugura el estudio de la poesía chiapaneca vista a través del ejercicio crítico de la literatura con verdadero espíritu formal.
A los poetas convocados aquí no los une claramente la tradición poética de Chiapas o bien, la han asimilado en nuevas formas y transformado: existe en esta generación una ruptura, una escisión debida tanto a razones geográficas (estar lejos del terruño) como a las de formación académica, que han permitido extender a los poetas el horizonte de su tradición literaria e intentar traicionar su propia tradición,
3 es decir, abandonar ciertas formas de lo excesivamente vernáculo o folclórico. Por tanto, esta selección de poetas y poemas no representa, per se, una muestra de poesía chiapaneca o una poética provinciana. Los poetas reunidos aquí tienen las más de las veces la ambición de una literatura total en su escritura: la muestra constituye más una provincia poética, una ínsula de nómadas que han podido encontrar descanso de su largo y azaroso viaje por la poesía en estas páginas.
Al realizar este trabajo consideré como punto de partida el año de edición de Los abismos de la voz (1997), de Ulises Córdova, y como punto de llegada temporal 4 piezas danesas (2008), de Juan Carlos Cabrera Pons, en proceso de edición, lo que representa once años de poesía publicada por chiapanecos. Así, durante los últimos cinco años he compilado y rastreado libros, antologías, revistas, periódicos, suplementos, blogs, noticias de la internet, etc., que incluyen el trabajo de poetas nacidos en Chiapas a partir de 1970; efectué viajes a Chiapas (zonas Centro, Altos, Selva, Norte, Frailesca, Fronteriza, Sierra, Istmo-Costa y Soconusco), Puebla, Veracruz, Estado de México, Jalisco, y visitas a numerosas librerías de otros estados y del Distrito Federal, con el objetivo de conocer al mayor número de poetas chiapanecos nacidos a partir de ese año, entrevistarme con ellos y, principalmente, entablar un diálogo con su oficio, su escritura.
Para referirme a la cantidad de poesía escrita por chiapanecos nacidos a partir de 1970 utilizaré las palabras de Gabriel Zaid: “la selva no deja ver los árboles.”
4 Vale recordar aquí que esta selección no es una antología ni una asamblea, es apenas una muestra mínima para el espacio limitado de una revista de literatura. Por eso, sin discriminación de género, religión, etnia, preferencia política o ideológica, me di a la tarea de leer, evaluar y seleccionar poemas y poetas con el criterio lector más parcial y objetivo posible. Entre los poetas seleccionados no figuran mujeres, pues no encontré alguna que tuviera una obra poética consistente, lo que, a decir verdad, es materia de reflexión. Como ejemplo podemos tomar la Antología arbitraria de poetas jóvenes de Chiapas (2005) que reúne el trabajo de treinta y ocho poetas. Incluye diez mujeres; nueve nacieron en los años setenta y una en los ochenta; tres de ellas tienen un verdadero compromiso con el oficio de la escritura, pero sólo una (Juana Karen Peñate) continúa escribiendo poesía; las otras dos han optado básicamente por la narrativa: Nadia Villafuerte (cuento, novela) y Damaris Disner (dramaturgia). Otro ejemplo de este fenómeno es Los abismos de la palabra. Antología intercultural de literatura chiapaneca (2005), que congrega el trabajo de cincuenta y un escritores, dieciséis de los cuales nacieron en las décadas de 1970 y 1980; únicamente seis son mujeres, y entre ellas figuran, otra vez, Juana Karen Peñate, Damaris Disner y Nadia Villafuerte, esta última antologada con un cuento, no con un poema. De las restantes tres, son poetas únicamente dos: Miqueas Sánchez y Ruperta Bautista. Pero el vacío de poesía escrita por mujeres nacidas en Chiapas puede leerse también a través de las antologías y muestras de poesía mexicana más recientes que incluyen a poetas nacidos en los años setenta y ochenta del siglo precedente: Un orbe más ancho. 40 poetas jóvenes (1971-1983), “En el vértigo de los aires. Muestra de poetas nacidos en la década de 1980” (Alforja, 2006) y La luz que va dando nombre: veinte años de la poesía última en México 1965-1985 (2007) no cuentan entre sus poetas mujeres a ninguna chiapaneca, siendo el porcentaje promedio de mujeres incluidas, 20.4%; incluyen, eso sí, a siete de los trece poetas chiapanecos considerados en esta muestra; el porcentaje promedio de hombres incluidos es 79.5%.
A pesar de ser Chiapas un estado multicultural y multilingüe, hay una ausencia de poesía escrita en alguna de las lenguas originarias de la entidad en esta selección. Es muy importante señalar que las y los poetas hablantes de lenguas indígenas (que son doce más las variantes, los dialectos) en muy pocos casos escriben directamente en su lengua materna. Escriben poesía primero en castellano, para luego realizar la versión de sus poemas a su idioma original. Esto me parece muy artificial. Así, en la medida en que los hablantes de lenguas originarias de Chiapas escriban poesía directamente en su lengua materna y de ésta hagan las versiones al castellano, integrando el total de su cosmovisión a las tradiciones poéticas indígena y occidental en el oficio de su escritura, hasta entonces podremos ver el gran potencial que tiene su literatura: el verdadero paso de la oralidad a la literariedad y un mayor anhelo de universalidad.
El criterio de selección de los poetas fue lo más objetivo posible. Elegí el trabajo de quienes han asumido un compromiso vital con la palabra y han logrado construir un universo poético personal de alto valor estético, un lenguaje literario que aspira continuamente a la originalidad, la autenticidad y, sobre todo, a fundar una poesía verdadera, propia de nuestro tiempo. Otro criterio importante para la selección fue que el trabajo de estos poetas es desconocido o casi desconocido en Chiapas. Del mismo modo, la elección de trece poetas obedece a una feliz coincidencia, ya que los antiguos mesoamericanos concebían el universo en tres niveles: el celeste, el terrenal y el inframundo —representados por una ceiba como axis mundi—, correspondiendo al escaño celeste del universo mesoamericano trece niveles. Al ser Chiapas parte de Mesoamérica, reparé en que el número 13 —contrario al mundo occidental— es una magnífica señal para la tarea emprendida y un símbolo de nuestra identidad.
A mi parecer, la vitalidad de la poesía de los autores incluidos aquí se debe a la considerable heterogeneidad de esta generación, y a que, en contraste con las precedentes generaciones de poetas chiapanecos, todos han cursado estudios universitarios. El caso de los poetas chiapanecos nacidos en los setenta es curioso, ya que de ellos, únicamente Bernardo Farrera Vázquez ha tenido formación universitaria en una institución chiapaneca. Los otros han desfilado por diversas instituciones —la UNAM, la BUAP, la Universidad Veracruzana, la Universidad de Santa Bárbara en California, la Universidad de Boyacá en Colombia o la Universidad de Salamanca en España. Esto puede deberse, probablemente, a que el proyecto de universidad pública no se consolidó en Chiapas sino hasta finales de los años noventa del siglo pasado (quizá posterior al surgimiento del EZLN, en 1994) y muy a principios de este siglo. Por el contrario, es interesante ver que de los seis poetas nacidos en los ochenta, sólo uno de ellos ha estudiado fuera de la entidad y del país; me refiero a Juan Carlos Cabrera Pons, matriculado en la Universidad del Claustro de Sor Juana, en la Ciudad de México, y que también cursó estudios en Dinamarca.
Otro dato interesante es la especialización universitaria de los poetas de la muestra: nueve han estudiado literatura y, de ellos, tres han realizado estudios de posgrado en la materia; Luis Arturo Guichard es doctor en filología, Víctor García Vázquez es maestro en literatura mexicana e Ignacio Ruiz Pérez es doctor en literaturas hispánicas. Hay pues, una marcada profesionalización del ejercicio literario. Es muy probable que, debido a su paso por la universidad, los poetas chiapanecos de esta generación tengan mayor conciencia crítica y la aspiración a una literatura total (gran parte de ellos incursiona, con éxito, en otros géneros), misma que ha desacralizado y desmitificado el nombre de poeta, tan caro a la tradición poética de Chiapas que obsesivamente se ha inclinado por el culto a la personalidad y la construcción de mitos alrededor de los poetas, pero que escasamente se ha preocupado por el ejercicio crítico de su poesía.
Las palabras de Ignacio Ruiz dan luz sobre la vocación literaria de los poetas incluidos en la muestra:
Más que a filiaciones y propuestas de grupo, los escritores chiapanecos recientes tienden a una sana dispersión y variedad de tonos y registros. Aunque no prevalece una sola línea formal y temática, sí se puede apreciar un rasgo común: las características de las obras revisadas parecen confirmar que la última poesía chiapaneca apunta hacia una búsqueda del conocimiento pleno de la experiencia poética y de sus posibilidades expresivas, y no a la prolija exploración del paisaje (climas, espacios) del trópico o del color local. De ahí que todos los escritores mencionados en este panorama tiendan a ver el poema como un continente verbal: un topos reflexivo donde el creador asume la factura del texto o de los referentes que le sirven para formar espacios creativos personalísimos, o simplemente para (de) construirlos a partir de la parodia y del homenaje. Esta actitud entraña un acto de conciencia frente al idioma, pues los creadores recientes de Chiapas se concentran en el poema como topos de reflexión y se adscriben a la idea de que ese espacio es eminentemente textual: un continente de palabras.
5
Las páginas de este dossier están ilustradas por el artista plástico Ignacio “Nacho” Chincoya. Chiapaneco también, su obra rompe con la obsesiva tradición costumbrista y folclorista local. De inclinación neoconceptual, los tópicos discursivos de su pintura y arte-objeto se centran en la enunciación de una poética de la infancia, la reapropiación de los objetos y fetiches del yo-niño (principalmente los juguetes) y la recuperación de imágenes, artefactos e iconos populares y domésticos que “pepena” todos los días para deconstruir el mundo y montarlo nuevamente en ese “cuento de hadas” inagotable de sus representaciones plásticas. Los fragmentos de las series Tamagochi (2002), Bit acor acer ebral (2005), Robotchis (2006) y Nitanficción (2007) dan cuenta del humor, la sátira, lo absurdo, lo nostálgico y lo metafórico de la obra de Nacho Chincoya, pero son, asimismo, una relectura y una visión del Chiapas actual —tan múltiple y heterogéneo— marcado también por lo urbano y lo posmoderno.
Dejo en manos del lector esta breve muestra de la poesía escrita por la más reciente promoción de escritores nacidos en Chiapas, que es, a mi juicio, la que dará mucho de qué hablar, leer y escribir en el futuro. Y ojalá disfrute tanto como yo la lectura de estos poemas. Termino mis apuntes retomando, nuevamente, las palabras de Gabriel Zaid:
Si esta generación todavía no hace historia, ha hecho ya una poesía que confirma la buena savia de la selva, y que atrae por su riqueza, su misterio, su vitalidad ensimismada […].
6

1
G. Ruiz Pascacio, “La poesía finisecular en Chiapas: entre la incertidumbre y el retorno”, Prometeo Digital, 2005. Consulta: 4 de enero de 2006. 2 Ignacio Ruiz Pérez, “Noticia de la poesía chiapaneca reciente: trazos y bitácoras”, Revista de Artes de la UNICACH, vol. 1, num. 1, diciembre de 2007, pp. 31-40, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 3 Balam Rodrigo, “Novel poesía de Chiapas. Por una poética de la traición”, texto leído en el Encuentro de Escritores del Sureste, en el 4 Gabriel Zaid, “Noticias de la selva”, en Obras de Gabriel Zaid. marco de la 1ª Feria Regional del Libro Chiapas 2005. Ensayos sobre poesía, vol. 2, t. 2, El Colegio Nacional, México, 1993.4 Gabriel Zaid, “Noticias de la selva”, en Obras de Gabriel Zaid. Ensayos sobre poesía, vol. 2, t. 2, El Colegio Nacional, México, 1993.5 Ignacio Ruiz Pérez, ibid.6 Gabriel Zaid, ibid.
Balam Rodrigo. (Villa de Comaltitlán, Chiapas, México, 1974). Ex futbolista, diplomado en teología pastoral y biólogo. Escribe artículos de divulgación científica, crónica, cuento, ensayo y poesía. Tiene cuatro poemarios publicados: Hábito lunar (Praxis, 2005), Poemas de mar amaranto (Coneculta-Chiapas, 2006), Libelo de varia necrología (Secretaría de Cultura del Gobierno del DF, 2006) y Silencia (Coneculta-Chiapas, 2007). Obtuvo el Premio Estatal de Poesía Raúl Garduño (Chiapas, 2004), el 2º lugar en el 7º Concurso Universitario de Poesía “Décima Muerte” (UNAM, 2005), el Premio Estatal de Crónica César Pineda del Valle (Chiapas, 2005), el Premio Regional de Poesía Ydalio Huerta Escalante 2005, el Premio de Poesía Joven Ciudad de México 2006, el 3° lugar en los XLVI Juegos Florales Nacionales de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí 2007, el Premio Regional de Poesía Rodulfo Figueroa 2007 y el Premio Nacional de Poesía San Román 2007. Su obra está incluida en los libros colectivos Más vale sollozar afilando la navaja. Antología extraoficial de poetas jóvenes de México (2004), Antología arbitraria de poetas jóvenes de Chiapas (2005), Los abismos de la palabra. Antología intercultural de literatura chiapaneca (2005) y La luz que va dando nombre. Veinte años de poesía en México 1965-1985 (2007). Becario del Programa de Estímulo a la Creación y el Desarrollo Artístico del Coneculta-Chiapas en 2005 y 2007. Su libro de poesía Larva agonía será publicado este año por el Instituto Mexiquense de Cultura.

Un día en la vida de Spider Man


por: Luis Daniel Pulido.


1.-Los viernes de quincena acostumbro a escuchar el sonido de la ciudad, toda esa ansiedad cuya relativa calma es un murmullo que abrasa a mi oído pegado contra la puerta. Pintarrajeado de cosquillas cosmopolitas me decido a salir para cambiar mi cupón por la pizza gratis. Mi duda es, sí una pizza en su conversión de masa, azúcares y carbohidratos hace de chicos y grandes monstruos de energías, a mí, después de comerlas me da un sueño, que si no fuera por los gendarmes que tengo como proyectos de novias que a cada rato me marcan al celular, nadie me movería de ese sillón donde soy el mejor espeleólogo de sueños. Y no lo digo porque tenga cabeza de piedra (creo), sino por todos los peligros que implica tomar en serio lo de crear mi propio planeta: conquistas, estrategias donde no se utiliza laluz, universos donde el silencio es absoluto, princesas que vienen de Buenos Aires en tangas de color rosa.


2.-En la mañana fui al mercado San Juan acomprar un kilo de pollo. El kilo cuesta 27 pesos, según la carga emocional de la báscula. El pollo no da para opciones inesperadas, y de eso doy fe cuando se me ocurre pedir que se le aumente un muslito más, lo que hace que mi pollo suba de 27 pesos a 34 pesos (pinche pierna, está a precio de edecán, y hasta eso, de nivel ejecutivo). Así que regreso a casa con sólo 27 pesos menos. En la tardecita –me preparo- comeré un riquísimo pollito con papas.


3.-Si no se te da eso de las relacionespúblicas, no importa, en esto del periodismo alguien que tú no conoces se ve obligado a inventar entre la más mínima posibilidad de saber quién eres, algo de amistad contigo. Por eso antes de pasar al cajero se me solicita una entrevista. Hablo con la reportera de ojos bellísimos que me pregunta sobre quién soy, de dónde vengo, hacia dónde voy, y como diría Sergio Arau, si tendré boleto. Hubo turbulencia sexual y esa vocecita interior que me repetía una y otra vez: Luis Daniel, uno mata para comer. Me imaginé que nuestra sexy reportera tenía un chonguito con un hueso, una tibia para ser exactos, que le atravesaba el carapacho de dreads sobre su cabeza. Empecé a caminar a su lado mientras hablábamos, y como el destino fabulaba a mi favor, le pedí su teléfonoy correo electrónico-¿Quieres comer pizza?- pregunté-Siiiiií- me dijo y quedé sordo- Luis, tu teléfono está sonando, contesta-¿En serio? No escucho nadaY así, juntos, como Courtney Love y Kurt Cobain, nos enamoramos en dos horas y media.Pero el amor, tequila sunrise, delimita su tiempo a los que sólo sabemos hacer bien tres cosas: comer, contar chistes y dormir. Entonces entendí que las pizzas no nos hacen el Michael Phelps con el que las niñas bonitas sueñan. Eso sí, le dejé mi insignia de superhéroe: una araña de gomita.


4.-Cuando regresé a casa todo estaba listo para devorar mi pollito con papas. Mi mamá, ese cielo claro que da al mar, me dijo con voz entrecortada-Ay, hijo, pero si no compraste ni una sola papa-Como siempre, esta memoria patas pa’arriba- le dije.Y sintiéndome como el pollito perdido que camina en círculos hasta que una fila de maicitos amarillos lo guía a una casa de adobe donde alguien que lo quiere mucho siempre lo espera, bajé la mirada esperando el beso en mi frente que me devolviera la luz de faro que tengo en la mirada. Fue así que comimos, mi mamá y yo, un pollo de 27 pesos el kilo.


5.-A las 9:45 de la noche recibo una llamada de mi querida “Courtney”-Estuvo riquísima la arañita-Pero si no se come, es tóxica-No mames-¿Estás vomitando?tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tu tutu tu tu tu tu Colgó.

jueves, 14 de agosto de 2008

Crírica frente al espejo CINCO


Los días terrenales
Por: Alejandro Aldana Sellschopp.

Durante años creímos a pie juntillas que la Edad Media fue el tiempo del oscurantismo, época en la que poco se avanzó en la ciencia o el arte, nos pintaron a la iglesia católica como una especie de demonio de muchas cabezas que todo controlaba, los hábitos eclesiásticos y las sotanas inspeccionaban cada uno de las obras de científicos y artistas. Hoy en día nadie sostiene esas figuraciones, afortunadamente el romanticismo se encargó de aclararnos las cosas, nos mostró con su consabido descaro que aquello era un prejuicio neoclásico.
La visión de los críticos se basó en preocupaciones filosóficas, morales o religiosas. Platón es el filósofo que permea los juicios estéticos, sobre todo en el fundamento de su idealismo, nuevamente se retoma la idea del mundo de las sustancias o arquetipos y sus meras representaciones, el arte vuelve a considerarse como la simple representación de sombras, la literatura es pues el territorio de las alegorías.
Escritores como Clemente de Alejandría, Orígenes, Tertuliano y Agustín de Hipona, se ocupan de la poesía, tratan de estudiar la verdad de la literatura y contrastarla, incluso llegan a enfrentarla con las sagradas escrituras. Además vuelven a discutir el fenómeno (permítanme llamarlo así), de la inspiración. Ahora dicha facultad de algunos poetas, ya no se considera como obra de dios o lo divino, ya no es algo que se deba agradecer a los dioses del Olimpo; por el contrario, es considerada una forma de manifestación del demonio, es por ello que los poetas corrompen el alma, distorsionan la realidad, confunden al hombre humilde y desamparado. Únicamente se reconoce una escritura como divina: La Biblia.
Digamos que el verdadero escritor es el espíritu santo, y si pensamos que cada ser humano tiene algo del hálito divino, también es su propio lector.
En la época de San Agustín las personas doctas (incluyendo a varios padres de la iglesia), sostenían que la lectura de los clásicos, constituía una perdida de tiempo, una distracción perniciosa. Se empeñaron hasta el ridículo en encontrar interpretaciones religiosas en dichas obras, argumentando que se trataban de alegorías morales directamente relacionadas con la religión católica. Para ellos no cabía duda que Virgilio había predicho el nacimiento de cristo. La Eneida no era más que un escrito que trataba sobre la salvación del alma.
Dios no abarcaba todo, por lo menos no es sus consideraciones de rigurosa ceguera analítica, algunos críticos prefirieron el mundo profano, Dante, Petrarca y Bocaccio optaron por utilizar otras herramientas de análisis.
Dante se preocupa por la interpretación de La Biblia en obras profanas, la “evidencia” la tenemos en una carta que el poeta supuestamente enviara al Can Grande Della Scala, se supone que lo escrito en dicho documento era la introducción al Paraíso de su Comedia, algunos han mencionado que podemos darnos cuenta que el gran Dante, el erudito, indiscutible Dante, poco o nada sabía de la crítica clásica. El argumento es que usa la terminología y herramientas de análisis propios de la escolástica.
Es clara su intención de enseñar, instruir, su obra pues debe tener una utilidad, además de placentera, su obra tiene una utilidad didáctica. Abiertamente y sin rodeos, esta es una característica de su “poética”, menciona seis cosas que toda obra didáctica debe tener: el tema, el motivo, la forma, la finalidad, el título de la obra y la rama de la filosofía con la que se relacione.
En la introducción de la obra el poeta debe platear información sobre el todo, lo cual permitirá un mejor acercamiento al conjunto, determinar con claridad las premisas en las que se sustenta el trabajo, no sólo aportara claridad sino también eficacia. Dante menciona que en esa parte que está escribiendo, se pueden identificar tres partes que se diferencian del conjunto: el tema, la forma y el título.
Dante expresa que su obra es polisémica, se puede leer en varios niveles de análisis: la literal, el alegórico y místico, histórico, etc. Menciona que una de las finalidades de su comedia es “apartar de su estado de miseria a quienes viven en esta vida, para conducirlos al estado de felicidad”.
Dante fue más allá en sus pesquisas críticas, escribió un tratado denominado De vulgari eloquieta, que algunos han traducido como Del habla vulgar, uno de sus objetivos era dignificar las lenguas romances, quiso estudiar todos los etilos y registros lingüísticos; pero sólo llegó a completar uno, el sublime o trágico. Para realizar tal empresa, Dante recurre al estudio de las lenguas vulgares desde su origen, identidad, historia, variantes, usos, etc.
La razón por la que Dante emprende esa imponente tarea se debe a que los hombres cultos de la época escribían únicamente en latín, despreciando las lenguas vernáculas. Dante se impuso una hipótesis: ¿se puede tener una literatura digna, si se escribe en lengua materna? Recordemos que en estas fechas, aún no existía el italiano como lengua. Dante estudia los dialectos, y se da cuenta que no le sirven para conseguir su objetivo, así que se propone conforma una lengua vernácula fuerte, necesaria, y por qué no unificadora.
Por supuesto que a estas alturas, Dante ya no se estaba moviendo en el territorio de un doctor o estudioso de la lingüística, muy concientemente se instalaba en la arena política, y ya sabemos cómo se las gastan en estos menesteres los señores del poder.
¿Todos los italianos unidos bajo el Sacro Imperio Romano? El sueño político de Dante consiguió que lo exilaran a Florencia. Dante se ocupa también de la poesía, y considera que tres son los temas fundamentales: La seguridad del Estado, el amor y la virtud. La aportación no es menor, si bien los romanos escribieron mucho de la guerra y la virtud, poco lo hicieron sobre el amor, Dante le da la misma importancia.
Me llama mucho la atención que Dante, quizá por su desconocimiento de la crítica clásica, no se ocupa de los géneros, y se obsesiona por el lenguaje y el estilo. Y es por este punto de análisis que ha Dante se le considera como el primer crítico moderno.

sábado, 9 de agosto de 2008

Borges en su reflejo TRES



Por: Alejandro Aldana Sellschopp.

En sus ensayos Borges se ha referido a grandes maestros de la literatura universal, todos en su mayoría: ingleses, rusos, alemanes, griegos, romanos, norteamericanos; pero muy pocos latinoamericanos, su desprecio hacia ellos se hace evidente en las numerosas entrevistas y conferencias que concedió en su vida. Por supuesto los leía, sabía de ellos. Como sabemos Borges tenía varios rostros, era contradictorio, en las entrevistas esgrime un argumento, lo desarrolla, lo defiende; sin embargo en otra entrevista, al ser cuestionado al respecto opina todo lo contrario, y sin concederle mucha importancia se ríe de sus pasados puntos de vista.
Uno de los poetas referidos por Borges es Rubén Darío, incluso es mencionado en alguno de sus ensayos, siente cierta admiración hacia el escritor nicaragüense, al grado de llegar a decir que en su libro Fervor de Buenos Aires, hay versos que más que suyos son de Lugones y Darío, en realidad no sé si es un reconocimiento o un reclamo, ya que dicho trabajo no es de los mejores de Borges.
En determinada época Borges tenía la siguiente gerarquización: “Lugones era mejor que Darío, que Darío era mejor que Quevedo y que Quevedo era mejor que Góngora”. ¿Sorprendente?, por lo menos para mí sí, nunca había pensado que Darío fuese mejor que Quevedo, y claro que no comparto tal opinión; pero no deja de mostrarnos a un Borges que disfrutaba en ser polémico, incendiario.
Borges consideraba a la literatura latinoamericana como una asignatura sin mucha importancia; consideraba a Cortázar y Alfonso Reyes como grandes escritores, en una entrevista, ya que después se referirá a Cortázar con diferentes opiniones, y en el Borges de Bioy hablará no muy bien de su maestro Alfonso Reyes.
Huidobro es el escritor que despreciará siempre, en una y otra entrevista, quizá junto a Onetti son los apestados preferidos en su parnaso. “Vicente Huidobro, me parece francamente malo, incapaz de ser tomado en serio o de ser comparado con Bertrand Russell, por ejemplo” Sentenció frente a pregunta expresa.
Un caso aparte es el de Ernesto Sábato, la relación entre estos dos escritores fue de amor-odio durante toda su vida, en el futuro espero escribir algo al respecto con mayor calma e información. A Sábato incluso lo incluye como fuente en uno de sus cuentos, Sábato lo hace aparecer en Sobre héroes y tumbas, criticándolo por su desprecio hacia los pobres, cosa que de alguna manera después corregirá en Uno y el universo. Borges hablaba así de Sábato: “A Sábato le he leído algo: creo que es un buen escritor, quizá un poco grandilocuente, con un estilo que da la impresión de un descuido voluntario, pero es muy inteligente y muy amargado”.
El Martín Fierro nunca fue de su agrado, la cantidad de citas y comentarios adversos es importante, José Hernández le parecía un mal poeta, entendía que era un libro pernicioso para la nación, considerando precisamente que dicho libro es la obra representativa de Argentina, para Borges por el contrario negaba la literatura de su país. No aceptaba por ninguna razón que el héroe nacional fuese un tipo como Martín Fierro, un desertor, prófugo, asesino y forajido, y además sentimental.
Al contrario pugnaba por El Facundo de Sarmiento, “si este fuese nuestro libro clásico, -opinaba-, las cosas hubieran cambiado, otra sería la calidad de nuestra historia, porque no hay duda de que Sarmiento es el hombre más importante que ha producido Argentina”.
Nada de que espantarnos, viniendo de un hombre cuyo paraíso era una biblioteca, y que vivió de y para los libros, es natural que pensara que una nación puede sustentar su futuro y constitución nacional en un poema, inocencia propia de literatos dirían los historiadores.

jueves, 7 de agosto de 2008

Algo de Balam Rodrigo

Balam Rodrigo Pérez Hernández,
ganador de los L Juegos Florales
Nacionales de Ciudad del Carmen 2008
Ciudad del Carmen, Campeche, 3 de julio de 2008
Balam Rodrigo Pérez Hernández es el nombre del poeta ganador de los Juegos Florales Nacionales
2008, quien recibirá el próximo 15 de julio, en el marco de la velada de coronación de la soberana
de la Feria del Carmen 2008, a realizarse en el Teatro de la Ciudad, la flor de oro y premio de 100
mil pesos. La apertura de la plica identificadora del autor se dio a conocer ayer por la mañana, en rueda de prensa
que encabezó el alcalde José Ignacio Seara Sierra; el director de Comunicación Social, Francisco
Chi Domínguez, y la regidora Sara Noemí Campos Ferrer, titular de la Comisión de Educación,
Cultura y Deporte. La obra ganadora fue electa entre un total de 55 trabajos, que fueron recepcionados por la Academia
Mexicana de la Lengua. El jurado estuvo integrado por Vicente Quirarte, Adolfo Castañón y Alí Chumacero. El poeta ganador, quien nació en Chiapas, pero radica en la Ciudad de México, participó con la obra
“Septentrión” y se amparó con el seudónimo Natalia Durand. También se dio a conocer el nombre del mantenedor de los Juegos Florales, el poeta Rodrigo Pesantez
Rodas, doctor en filosofía y letras por la Universidad de Guayaquil, Ecuador, y se desempeña como
catedrático de estilística y literatura comparada en la Facultad de Humanidades de la misma universidad. En 1996 recibió el premio “José Vasconcelos”, otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista de
México, y en 1994, la Casa de la Cultura Ecuatoriana le entregó la condecoración al Mérito Literario
Nacional, y en 2000, el Congreso Nacional de Ecuador lo declaró Poeta Nacional de Ecuador. El poeta Balam Rodrigo radica en la Ciudad de México, cuenta con diplomado en teología pastoral
y es biólogo por la UNAM. Escribe artículos de divulgación científica, crónica, cuento y ensayo. Sus obras han tenido varios reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Poesía San Román
2007; Premio Regional de Poesía Rodulfo Figueroa 2007, y segundo lugar en los XLIX Juegos Florales
Nacionales de Papantla 2008. Actualmente ejerce la docencia en materia de religiones, bioética y
tradiciones de la muerte en México, en instituciones del Sector Salud.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Fernanado Trejo gana el permio Ydalio Huerta


El joven poeta Fernando Trejo ganó el premio Ydalio Huerta, lo cual confirma una producción literaria que al paso de los años se convierte en una confirmación. Felicidades!

lunes, 4 de agosto de 2008

Entre lo timorato y lo arrogante: poesía de hacedores

por: Fernando Trejo


Cuando Raúl Vázquez me pidió presentar el libro Entre lo timorato y lo arrogante, en el cual confluyen tres voces poéticas de una generación, no pensé en aceptar tal propuesta; pero al momento de ponerme a trabajar empecé a dudar de lo que debiera decir, ya no tuve más remedio que hacer esta pequeña nota.Entre lo timorato y lo arrogante, libro en el que se encuentran incluidos los “hacedores”, Mario Alberto Bautista, Raúl Vázquez Espinosa y Marco Antonio Castañeda, editado en la ciudad de San Cristóbal de las Casas bajo el sello editorial Ediciones el animal, que coordina Alejandro Aldana Sellschopp (ya destacado en las letras nacionales y pronunciado en blogs y por personalidades de la literatura) que consta de 57 páginas con un tiraje de 500 ejemplares, es un libro fresco y como su nombre lo indica: un tanto arrogante y muy de vez en cuando tímido.Mario Alberto Bautista, quien abre el libro con "Mantarraya", en breves páginas da muestra de una construcción paulatina y silenciosa del poema, como si desgajara lentamente los pétalos de una rosa para al final decir: no me quiso. La poesía de Mario es de gran sutileza, limpia, cuando dice: "(Estoy desnudo. Sigo/ desnudo: manto mi sombra de la sombra. No/ veo dónde, cuándo. Ah, cómo/ pasan los días que nadie/ nombra)".Sin duda una de los versos más logrados del libro ocurre en el poema Hay que hablar del envés. Mario nos narra poéticamente el trayecto de la mantarraya bajo las profundidades del mar, como ocurre al observar detenidamente los oleajes del pez en el estanque, la estela que deja, la sombra que produce la tarde en el agua sin que le llegue completamente esa sombra al nadar: “y así, la mantarraya —o su sombra—/ desaparece / en la luz y sombra —sí, sombra también—/ del mediodía;/ luego vendrán las conjeturas, el punzante aguijonear de las preguntas".Hay en Mario la voz que todo escritor busca y pocos encuentran. A su corta edad se refleja en sus poemas un trabajo constante aunque a veces él, en sus propias palabras diga que estos poemas ya no se le parecen a lo que escribe actualmente. Sin duda Bautista está en busca de la “perfección”, de la irónica perfección de un buen poema.La segunda parte del libro corresponde a Raúl Vázquez Espinosa. Han dicho que la poesía de Raúl es barroca, cosa a la que me opongo. También han comentado que su poesía es meramente conceptual, adjetivo al que también doy la espalda. Creo que en la poesía de Raúl existe también esa búsqueda de enumerar ciertos arquetipos que él mismo crea, un lenguaje subversivo en el que a viva luz es partidario de una poética propia, de la enajenación transitoria; se puede encontrar en ella el verso libre del cual hace uso y desuso con su conocimiento para saber decir lo que a él como escritor lo identifique.Raúl aclara que "En los claustros del alma la herida" nació a partir de su estancia en Benemérito de las Américas, Chiapas, donde tuvo contacto “con la realidad violenta que se vive en ese lugar” y aclara que “el texto no tiene vocación de denuncia” sino que sólo pretende plantear la impresión que le causó el haber estado en ese lugar. Y qué mejor al enunciar el primer verso de su libro: “Se vidrió la esquirla mortecina/ en su trayecto de estructura troquelada”. Aquí damos cuenta de la inquietud de Vázquez, con las metáforas que desenvuelven su sola decisión de dar a conocer la furia de una manera melancólica.El segundo verso del texto nos dice: “Un cilanco ferino (próximo a la desesperación) se ha vuelto crimen". Sin duda la soledad ahonda en la experiencia al pisar esas tierras. Considero que es uno de los mejores poemas del libro y de los que conozco de su obra. Hay en él una conglomeración de versos reunidos para dar fe de esa extraña sensación a lo desconocido, a lo no vivido y él logra su cometido atrapando al lector, conservando siempre su ferocidad dramática, su, sin duda, triste repertorio de lo que observó aquella vez en aquel pueblo.“Qué hay en las paredes/ que mi voz no propicia direcciones”, afirma. Y cierra todo un poema en esa soledad que lo acompaña lleno de coraje y de ira: “ni un oculto decir de galpón,/ ni un destello, en soledad/ ni un destello en el dolobre inherente,/ no hay hondura/ /razones que funcionen/ bebiéndose el no dado prurito del silencio.”En la tercera parte del libro nos topamos con "La cara secreta de las cosas" de Marco Antonio Casteñeda. En la primera parte nos encontramos con el poema "Trazos en el eco", poema dedicado a su padre en el que nos cuenta casi anecdóticamente una estampa vista detrás de su ventana, como un recuerdo añejo. Diversos elementos recrean su mirada: el triciclo en la acera, el reflejo de la avenida, un bólido fragmentado. Al leerlo uno podría imaginarse una fotografía colgada en la pared de la casa que, de repente, cobra vida y nos deja oler el escenario, sentir los crujidos de la postal, escuchar las cadenas de la bicicleta, los metales, la voz de Castañeda hablando desde lejos.Rescato estas imágenes: “todo caía por las orejas en despeño/ la calle escapaba/ de su espacio/ todo se juntó en los objetos/ su rumor untado/ en las paredes y en el tejado.” Sin duda alguna Marco su poética aborda las propias experiencias, sus posibles evocaciones. Leer su trabajo, sin duda, nos recuerda la “sobriedad” y la sencillez inherente en la poesía de Joaquín Vásquez Aguilar cuando dice: “por qué no otra vez el olor de los días lluviosos/ el sabor de las mañanas nubladas/ las vacas familiares/ la robusta leche fresca”. (Erguido a penas, “Por qué no otra vez”)."Glosa sobre el andante", segunda parte del poemario de Castañeda, nos indica la labor del transeúnte al andar “acostumbrado a vivir/ de lo que yace en las avenidas”. Nos habla el peatón, el caminante, el andante; los lugares a los que, desapercibido anda, ultraja, no se da cuenta. En versos pequeños nos muestra cada gesto, cada sitio en el que descansa, al que acude.En el poema “Estancia del murmullo” de igual forma alude a la ciudad, a la urbanidad. Asimismo elabora frases límpidas como: “cada expresión de las ciudades/ en un semáforo/ en un mercado/ un ambulante/ una protesta social/ marcan la expresión total de las cosas/ para nombrar las habitaciones/ del que anda/ escuchando la resonancia/ de lo designado”, de igual forma nos entrega metáforas bien logradas como: “…cuidadosamente hurta la soga/ deposita al limbo su sueño”. En sí, el poemario breve pero conciso nos da de qué hablar, en dónde escabullirse ante la adversa sombra de la poesía.Es, pues, Entre lo timorato y lo arrogante un libro bastante sabroso. Diferentes poéticas, diferentes estéticas, pero todas unidas a un solo nicho y a una sola generación de artistas. Chiapas es un referente nacional en la poesía mexicana, y hoy podemos taparle la boca a todos aquellos ilusos y “anónimos” que avientan la pedrada sin siquiera conocer la nueva propuesta poética y literaria que se está creando, que hierve, que emana de esta nuestra sede chiapaneca, para y por siempre, pésele a quien le pese.
[Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 24 de julio de 2008.]

Murió Alexander Solyenitzin


Adiós a un adversario del totalitarismo: el escritor ruso tenía 89 años
Murió Alexander Solyenitzin, cronista de los horrores del régimen stalinista
En 1970 obtuvo el Nobel de Literatura y en 1974 fue expulsado de la URSS; volvió en 1994

Por Douglas Birch De la agencia AP

MOSCU.- Alexander Solyenitzin, el escritor ganador del Premio Nobel de Literatura cuyos libros reflejaron los horrores del sistema del gulag soviético, murió ayer, a los 89 años, por una insuficiencia cardíaca.

Sus inquebrantables relatos, en los que describe los tormentos y la supervivencia en los campos de trabajo forzado de la Unión Soviética, atraparon a sus compatriotas, cuya historia secreta el escritor reveló. Esas crónicas le valieron 20 años de exilio, pero también el reconocimiento internacional. Y, probablemente, inspiraron a millones al demostrar que el valor y la integridad de una persona pueden derrotar la maquinaria totalitaria de un imperio.

Su trilogía Archipiélago gulag (1973-1976) consternó a los lectores por su crónica del salvajismo reinante en la Unión Soviética durante la dictadura de Josef Stalin. La obra ayudó a eliminar la simpatía hacia la Unión Soviética de muchos intelectuales de izquierda, especialmente en Europa.

Nacido el 11 de diciembre de 1918 en Kislovodsk, Solyenitzin sirvió en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial y, en las últimas semanas del conflicto bélico, fue arrestado por escribir lo que denominó "ciertos comentarios irrespetuosos" sobre Stalin en una carta dirigida a un amigo. Pasó siete años en un campo de trabajo en la estéril estepa de Kazakhstán y otros tres años de exilio en Asia Central.

Allí empezó a escribir, memorizando gran parte de su obra para que no se perdiera si lo atrapaban. Su tema fue el sufrimiento y la injusticia padecidos en el gulag de Stalin. Siguió escribiendo mientras trabajaba como profesor de matemáticas en la ciudad rusa de la provincia de Ryazan.

El primer fruto de su esfuerzo fue Un día en la vida de Iván Denisovich , la historia de un carpintero que lucha por sobrevivir en un campo de trabajo soviético, al que fue condenado, al igual que Solyenitzin, tras prestar servicio en la guerra. El libro fue publicado por orden de Nikita Kruschev, que estaba ansioso por desprestigiar los abusos de su predecesor Stalin.
Pero después del derrocamiento de Kruschev, en 1964, Solyenitzin empezó a ser perseguido por la KGB y la publicación de sus libros fue prohibida.

"Un gran escritor es, por así decirlo, un gobierno secreto de su país", escribió en El primer círculo , su novela siguiente, sobre los prisioneros de uno de los "campos especiales" de Stalin, destinado a científicos a los que el dictador consideraba políticamente poco confiables, pero cuyo saber y preparación eran esenciales.

Solyenitzin, un graduado del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad de Rostov, fue enviado a uno de esos campos en 1946 poco después de su arresto.
La novela Pabellón de cancerosos , que apareció en 1967, fue otra obra de ficción basada en la vida del propio Solyenitzin: en este caso, su tratamiento de cáncer en Tashkent, Uzbekistán, que en ese momento formaba parte del Asia Central soviética, durante sus años de exilio desde marzo de 1953, el mes y el año de la muerte de Stalin, hasta junio de 1956.

En el libro, el cáncer se convertía en una metáfora de la fatal enfermedad del sistema soviético. "Un hombre genera un tumor y muere ¿cómo puede vivir un país que ha generado los campos de trabajo y el exilio?"

En 1970, la Academia Sueca le concedió el Premio Nobel de Literatura en 1970, una actitud inusual por parte del organismo, que en general otorga el premio a un autor tras décadas de trabajo. La expulsión

Las autoridades soviéticas le prohibieron que viajara a Estocolmo a recibir el premio y los ataques oficiales en su contra se intensificaron en 1973, cuando apareció en París el primer tomo de su trilogía Archipiélago gulag . Al año siguiente fue arrestado, acusado de traición y expulsado a Alemania Occidental, hecho que provocó la condena mundial del régimen del líder soviético Leonid Brezhnev.

Solyenitzin se estableció en Estados Unidos con su esposa e hijos. Aunque ya no sufría ninguna clase de represión, el escritor, eslavófilo y cristiano ortodoxo, sentía nostalgia de su país. Tampoco le gustaba demasiado la democracia occidental, con su énfasis en la libertad individual.
Mikhail Gorbachov le devolvió la ciudadanía en 1990 y la acusación de traición fue levantada. Después de un emotivo regreso al hogar, que empezó en el Lejano Oriente ruso el 27 de mayo de 1994, y que se convirtió en una gira relámpago por todo el país, Solyenitzin se estableció en una casa de ladrillos rojos, a la sombra de los árboles, con vista al río, al oeste de Moscú.
Llegado al poder Vladimir Putin, el líder ruso tuvo una relación ríspida con Solyenitzin. Pero los dos hombres, tan diferentes entre sí, pronto desarrollaron un vínculo.

Gradualmente, Putin adoptó las críticas que el autor hacía de Occidente, tal vez reconociendo que Rusia es en realidad una civilización diferente, tal vez porque el intelectual ofrecía una justificación de la determinación del Kremlin de amordazar a los críticos, de ejercer control sobre los recursos naturales de Rusia y de concentrar el poder político.

Después de la muerte del escritor egipcio Naguib Mahfouz, en 2006, Solyenitzin se convirtió en el laureado del Nobel más anciano. Lo sobreviven su esposa, Natalia, que actuaba como su vocera, y sus tres hijos: Stepan; Ignat, pianista y director, y Yermolai. Todos viven en Estados Unidos.

Traducción: Mirta Rosenberg


Fuente: La Nación.

domingo, 3 de agosto de 2008

Las puertas del infierno: literatura sobre literatura




Abriendo Caminos
El Heraldo de Chiapas
2 de agosto de 2008
por: Alejandro Aldana Sellschopp.

Hace unos días llegó a mi intrincado domicilio un paquete de libros, quien los enviaba se había tomado la molestia económica de enviármelos por Estafeta, "cosa extraña", pensé sorprendido mientras miraba con cierto recelo el sobre de manila, "¿será mi novela que es rechazada una vez más?", hace meses que tengo una pesadilla recurrente: Miles de sobres de manila me cercan y tratan de aniquilarme mediante el terror de la novela rechazada. Incluso en pleno estado de vigilia he creído ver un extraño sobre amarillo siguiendo mis pasos.Para mi tranquilidad vi el nombre del remitente Vicente Gómez Montero. Una mezcla de inquietud y emoción hicieron que abriera el paquete de inmediato. Frente a mis ojos varios libros de Vicente Gómez: "Las Puertas del Infierno", "La Palabra Infinita", una antología de nuevos escritores hispanoamericanos, un libro de teatro del propio Vicente (del cual hablaré en otra ocasión).Los libros se acompañaban de una emotiva carta. Sin pensármelo dos veces decidí alterar mi orden de lecturas, por esos días venía leyendo algunas novelas del excelente escritor Philip Roth, deje a un lado "La Lección de Anatomía", para comenzar a leer* "Las Puertas del Infierno".Hace aproximadamente un año, un libro de Vicente Gómez Montero me sorprendió, "La Enfermedad de La Rosa" fue la novela que me develó a un escritor de altos vuelos, poco conocido, un anónimo autor perdido en el infernal calor del sureste mexicano."Las Puertas del Infierno" es un libro de cuentos inquietante, literatura de la literatura, el arte nutriéndose del arte mismo. Vicente es un caníbal doble: por un lado él mismo es un hombre libro, un hombre ópera, un hombre esculpido por su reflejo, y por el otro hace, mediante sus narraciones, que la literatura extienda vasos comunicantes a espacios y tiempos que parecen romperse. Si bien no estamos frente a un libro para escritores, sí tenemos ante nosotros un libro para Lectores, así con mayúsculas. Para disfrutar el libro en su totalidad, que es la única manera del disfrute verdadero, es necesario conocer.Los cuentos son imbricaciones, espejos que resimbolizan antiguas historias, la prosa de Vicente es limpia, musical, maliciosa, la cadencia de las frases envuelven al lector al grado de no importarnos qué se cuenta, sino cómo se cuenta. El cuidado del lenguaje, la economía de recursos, y sobre todo la precisión del adjetivo hacen de cada narración una revelación.En el cuento "El Casto Sueño de la Mariposa" encontramos el desasosiego, de golpe el autor nos traslada a tierra de nadie, perdemos seguridad, estamos a la deriva, un encuentro entre homosexuales, tema recurrente en la obra de Vicente, nos conduce a una historia extraordinaria, su singularidad no es lo que cuenta, una historia de amor frustrado, que en realidad es el tema de todas las narraciones del libro, por algo el epígrafe de Cervantes dice: "Por eso juzgo y discierno/por cosa cierta y notoria,/que tiene el amor su gloria/en las puertas del infierno". Así es, son historias donde el amor consigue la gloria, quizá por escasos instantes; pero gloria al fin, precisamente a las puertas del infierno. "El Casto Sueño de la Mariposa" nos conduce a Japón, el lector no podrá evitar remitirse a Kawabata, Mishima, Murakami, incluso Izhiguro.Es en este primer cuento en el que Vicente nos presenta a un personaje clave en el libro, el doctor Álvaro Cristante, ese ser que "no podremos imaginarlo más que en los lugares extraños del mundo, departiendo mano a mano con los músicos, los pintores, los escritores de mayor prestigio en nuestro planeta".El cuento "Abel Bajo Tierra" es una excelente metáfora, inspirada en la inteligencia, juego intelectual que exige una detenida y avispada lectura. La narración "La Canción que Cantaron las Sirenas" es una de las más logradas, nuevamente una reunión cotidiana, sencilla, llena de snobismo, nos conduce a la puerta del infierno y no duda en penetrar en él. Aquí podemos palpar la maestría de Vicente Gómez para contar historias; pero sobre todo leemos a un poeta que calibra cada palabra, adjetivo, ritmo y cadencia, armonía y asonancia. La materia de los sueños es el tejido de la narración, su fantasía nos devora, nos embriaga con su canto seductor, un poco de cera en los oídos y un mástil, una verga para atarte es innecesaria, ya que estos cantos fueron escritos para perdernos, por lo menos en el trance eterno de la lectura, sin duda una historia única, quizá deba decir que nos quedan, o por lo menos eso me sucedió, ganas de seguir leyendo, muy probablemente estás frente a una novela corta que no se decidió crecer."El Corazón Devorado" es un cuento extraño, fuera de lugar dentro del libro, una historia divertida de una sutileza exquisita con humor inteligente, ¿el personaje?, no revelaré el secreto; pero se trata de un guiño a Kafka, es decir, se inscribe en la lógica del absurdo, aquí como en todos las narraciones se degusta la erudición de Vicente.La última puerta es la narración "El Beso de Tosca", nuevamente la literatura se nutre de la literatura. No conozco personalmente a Vicente, pero por la frescura de la narración, la agilidad de las situaciones, un humor mucho más natural que las anteriores, y corriendo el riesgo de ser inocente, ¿el nombre del personaje?, un hombre obeso llamado Vicente que departe con escritores, es locutor de radio, inteligente, erudito, tiendo a pensar que se trata del cuento más autobiográfico.Tenemos pues un buen libro para repensar la situación de la narrativa en el sureste mexicano, la obra de Vicente Gómez podrá seguir en la sombra; sin embargo, al final de la puerta estoy seguro que no le espera el infierno.

La Puerta Abierta


QUE TAL, MI NOMBRE ES SAÚL GOHÉ. JUNTO CON JORGE ZÁRATE Y MARÍA EUGENIA MEZA HEMOS FORMADO UN GRUPO CULTURAL, DONDE SE IMPARTIRÁN TALLERES ARTÍSTICOS: DANZA, TEATRO, GUITARRA, PINTURA, LITERATURA... SI TE INTERESA POR FAVOR ENVÍAME TUS DATOS: NOMBRE, MAIL, CEL/TEL, Y NOSOTROS NOS COMUNICAMOS CONTIGO... AGRADECERÉ QUE REENVÍES ESTE CORREO A TUS CONTACTOS... SALUDOS. AHHH TRATA DE ESTAR PENDIENTE DE NUESTRA FECHA DE INICIO. ATENTAMENTE LA PUERTA ABIERTAGRUPO CULTURAL6a ORIENTE NORTE 1031lapuertaabierta11@gmail.comwww.metroflog.com/lapuertaabierta60 013429611713444