viernes, 10 de enero de 2014

El teatro posdramático: ¿una extensión de la poesía? Una reflexión en torno a territorios textuales en el teatro posdramático de Fernanda del Monte



El teatro posdramático ¿una extensión de la poesía?

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.


El año pasado recibimos una grata noticia, Fernanda del Monte Martínez ganó el Premio Internacional de Ensayo Teatral convocado por el IMBA-CITRU-Coordinación Nacional de Teatro Paso de Gato, me atrajo saber que dicho premio se centraba en el género de ensayo, honestamente jamás creí que Fernanda se interesara en dicha expresión literaria, por lo que inmediatamente traté de conseguir el texto premiado, al paso de los meses logré que Fernanda me mandará vía mail su ensayo.
Las sorpresas crecieron cuando fui leyendo el ensayo de 20 cuartillas, en el formato que la autora amablemente me envió, en primer lugar debemos decir que estamos frente a un ensayo bien escrito, con las formas académicas que hoy reinan en los recintos universitarios, sin embargo trasciende el academisísmo acartonado y poco fresco de los productos sesudamente redactados por maestros y doctores. El texto de Fernanda es ante todo una invitación para que los lectores conozcamos una forma muy singular de concebir el teatro, en nuestros días tan impregnados de posmodernidad.
Fernanda nos dice en su metodología: “(...) la característica principal del teatro posdramático es que el texto pierde centralidad, no es la base de la puesta en escena, y aún así se trata de una obra autónoma, no podría nombrarse escritura o literatura posdramática, ya que para Lehmann, justamente, la estética posdramática trata de obras no textocéntricas; por lo tanto, si tuviéramos una obra con unidad literaria, pero que está pensada para este tipo de estéticas se tendría que hablar más bien de un texto de tono posdramático”. El teatro posdramático surge a finales del siglo XIX, en un contexto de crisis estética y social, por un lado decadencia del simbolismo y algunas vanguardias históricas.
Se trata de una nueva poética que pensada desde la posmodernidad cuestiona las grandes “verdades” de la modernidad con respecto a lo que se consideró como teatro, teniendo como base indestructible ciertas consideraciones clásicas grecolatinas. La autora nos dice que el punto de quiebre de esta añeja definición de teatro tiene su centro en el drama puro, que se basa en: “Una estructura dialogal, donde cada uno de los parlamentos de los personajes hace avanzar la acción y tiene una repercusión tanto en la trama como en la relación con el otro, y que se basa en la comunicación de los personajes, en la afectación mutua de los personajes”.
Existe pues una nueva manera de entender la relación entre la palabra, entendida como texto lingüístico, y la escena. En el teatro occidental el texto es el rey y señor de la relación texto y representación. El texto contiene no sólo los elementos propios del drama, caracteres de los personajes, características del tiempo y el espacio, el movimiento de los actores, etc, etc, sino además contempla la verdad que el autor sostiene o perfila, todo ello formando un discurso estructurado desde la razón. Por muchos años la palabra fungió como el elemento fundamental en la formación de discursos artísticos, ya sean estos literatura, teatro, incluso en las artes plásticas. El teatro posdramático, afirma Fernanda del Monte, contradice las ideas aristotélicas como los son la idea de unidad o entero que contiene principio, medio y fin. Estas partes deben tener la medida precisa y estar basadas en la necesidad, la media y orden que le proporciona la belleza.
El texto, que sigue existiendo, es llevado a los límites de la representación, invocando el fin de la representación por la presentación. A finales del siglo XIX escritores como Gómez de la Serna o las obras más surrealistas de Garcia Lorca, hacen caminar al texto por el lado salvaje de la significación, estos experimentos estéticos fueron catalogados como irrepresentables, ya que rompían con los cánones del teatro clásico.
Hoy en día presenciamos un corrimiento hacia la poesía como sustento de muchas de las expresiones artísticas, la novela, el cuento, el cine, la pintura, etc, etc, pasan rigurosamente por los elementos estéticos de la poesía, y el teatro no es la excepción, en el teatro posdramático vemos un texto estructurado desde lo poético, las consideraciones de ritmo y niveles de significación son propias de la poesía, cosa que me lleva a pensar si el teatro posdramático es en realidad un extensión de la poesía más que del drama clásico.