Oscuridad y luz bajo la pálida sombra de Mozart
Luz Helena Horita Pérez
Bajo la pálida sombra de Mozart es una invitación abierta a reconocer el carácter complejo de la realidad. Alejandro Aldana rehúye del facilismo en la literatura a través de la creación-recreación y renovación de la mirada sobre uno de los músicos más geniales que ha tenido la humanidad, Wolfgang Amadeus Mozart. En esta obra se hace patente la búsqueda constante de Aldana en la construcción del hacer artístico literario, entregándonos una novela bajo la estructura decimonónica pero enriquecida con el manejo de lenguaje, voces narrativas y recursividad que se perfilan como el sello creativo del autor, y que se despliegan en la conformación de indicios para descifrar las premisas filosóficas que subyacen al texto.
Ante la pregunta obligada “de qué trata la novela” corro el riesgo de contestar sin abarcar la totalidad y riqueza de su contenido, ya que los niveles de lectura, en ejercicio pleno de la hermenéutica, permiten identificar bien la historia de búsqueda, prueba y retribución del héroe, bien la historia de amor donde almas gemelas encuentran su trágico destino, o un suspense con una multiplicidad de posibilidades alrededor de la muerte de Mozart, subsistiendo como condición tácita la naturaleza del sino.
Es la historia de Alexander Distel, joven burgués acaudalado de la Alemania de fines de siglo XVIII, cuya posición social y económica, alta educación, y espíritu crítico se combinan con una obsesión casi enfermiza por conocer a Mozart. Su encuentro con Brigitte, joven aristócrata de
notable belleza, argumentos ágiles e inteligentes y con quien comparte la afición por el músico salzburgués hace surgir entre ellos una profunda atracción que, envuelta en juegos sexuales y seducción intelectual los lleva a identificarse mutuamente como “espíritu de su espíritu”, seres de la misma materia. Christoph, amigo y confidente de Alexander desde la niñez, joven de espíritu libre se convierte en el cómplice ideal en la búsqueda por conocer a Mozart el Mago, ya que al joven Diestel le ha sido revelada la verdadera naturaleza de Amadeus como Mago cuya creación sólo puede ser entendida como manifestación de una comprensión del Universo sólo desvelada por almas extraordinarias.
Esta visión es la que mueve el ánimo y energías del Alexander: conocer al Mago, y en esta empresa es la Hermandad masónica la vía perfecta para acercarse al genio. El origen aristócrata de Christoph lo convierte en el interlocutor perfecto frente a la Hermandad, sin embargo conseguir este acercamiento coloca a Alexander en el centro de una conspiración cuya única finalidad es “la salvación del alma de Mozart”. La propuesta de la conspiración planteada por Aldana parte de reconocer a Mozart como revolucionario por excelencia, como lo ha señalado acertadamente Vicente Gómez Montero, Mozart es revolucionario por rebelarse contra la explotación y la creación por encargo,
condiciones que suprimen la naturaleza misma del arte: la Libertad.
Sobre la estructura de la novela
Estamos frente a veintiséis capítulos, cada uno de ellos con un exordio que va desde fragmentos de cartas de Mozart, dirigidas casi todas ellas a su padre, así como textos de Don Giovanni, Réquiem y La flauta mágica; cabe precisar que esta última ópera es la clave sobre la cual se ha escrito Bajo la pálida sombra de Mozart. A través de la recursividad Aldana plantea una novela fractal donde la trama de La flauta mágica se desdobla y reformula a lo largo de la historia, llegando inclusive a insertarse a sí misma en la narración. De esta forma podemos encontrar en los dos primeros capítulos un eco a la obertura y la primer escena donde Tamino es perseguido por una gran serpiente, prefigurando el destino de Alexander en su espíritu atormentado tras el primer encuentro fortuito con la Hermandad.
La imagen especular de ambas tramas persiste en los personajes principales: Tamino, Pamina y Papageno en relación perfecta con Alexander, Brigitte y Christoph; sin embargo esta imagen se trastoca en el transcurso de la novela. Al igual que en la trama de La flauta mágica el genio
malo que ha secuestrado a Pamina se descubre como en el sacerdote sabio Sarastro, y la Reina de la Noche de ser la madre desconsolada se revela como un personaje maligno, así también Aldana nos revela la verdadera naturaleza de Brigitte y Christoph, ecos de la Reina de la Noche
y Monostatos respectivamente. Esta revelación es la piedra de toque donde se define el destino trágico de Alexander con una maravillosa vuelta de tuerca de la historia.
Es notable el uso de figuras de recursividad, cajas chinas llamadas así por Vargas Llosa, las cuales se aprecian a lo largo de la obra con diálogos entre Alexander, Brigitte y Christoph a través de las que abren espacios donde se develan aspectos de la situación política y económica de la Alemania y la Europa de fin de siglo XVIII, los intereses y prácticas de la aristocracia y burguesía, las condiciones de censura de artistas como el Marqués de Sade y sobre todo aspectos relevantes sobre la vida de Wolfgang Amadeus Mozart.
Voces narrativas y personajes
El manejo de las voces narrativas en esta obra es fundamental para el tratamiento de los personajes. En la mayoría de los capítulos prevalece la narración en presente y en tercera persona administrando afinadamente diálogos y narraciones incrustadas (recursividad que Aldana maneja con destreza); es bajo esta voz donde observamos la transformación Alexander como protagonista principal en esta historia de búsqueda y prueba para alcanzar su destino. La voz omnisciente nos devela los pensamientos e inquietudes de los personajes, enriquecida de indicios para reconstruir a partir de ellos las costuras invisibles que articulan las acciones.
Alternada con esta voz narrativa aparece la primera persona, voz con “la veracidad del Yo” que únicamente le es válida a Christoph a través de la correspondencia que mantiene con su amigo Alexander; esta voz epistolar evoca la de Mozart en los fragmentos de cartas con que abren catorce de los veintiséis capítulos; la naturalidad en el lenguaje de Christoph cimienta la lograda construcción del personaje, controvertido y complejo, haciéndolo entrañable.
El tratamiento que Aldana da al personaje de Amadeus se encuentra manifiesto desde el título de la novela Bajo la pálida sombra de Mozart, ya que a pesar de ser la figura alrededor de la cual se desarrollan las acciones, el motor mismo de este movimiento, aparece únicamente
referenciado en la voz de otros personajes.
Temas secundarios
La obra tiene como eje la búsqueda de Mozart lo que integra la música como elemento necesario ya que es esta el lenguaje a través del que se expresa el espíritu del mago. La naturalidad con que aparece en el texto nos provoca, invariablemente, a buscar la obra del músico para disfrutar de ella durante la lectura o acaso intentar descubrir las claves que guarda. Hablar de Mozart también implica ubicarnos en un contexto histórico determinado, el siglo de la Ilustración que enarbola la razón como guía y luz de la humanidad. Aldana conoce bien esta época en que la aristocracia y clero son cuestionados por la burguesía, Alexander es hijo de su tiempo y lo vemos exponer su pensamiento e inquietudes en el transcurso de la novela, comprendiendo los lazos de pensamiento libre que lo unen a la figura de Amadeus.
No podemos obviar relación filial padre – hijo/hija como tema relevante en la novela. Alexander, Brigitte y Mozart son personajes que Alejandro Aldana perfila desde la estrecha relación con sus padres. Son estos universos de cercanía al padre donde se anclan los caminos de cada uno, el aristócrata Hermann Duncker quien “quiere a Brigitte como al varón que jamás pudo tener”, Alexander “el viejo” quien se preocupa en cómo aprovechar junto con su hijo las circunstancias políticas y económicas de Alemania para mejorar sus negocios, y Leopold Mozart como guía de Amadeus aún desde la distancia, influencia que se hace patente en cada fragmento de carta seleccionada por Aldana.
Ambiente y condición de luz
Aldana maneja cuidadosamente los ambientes desde las primeras líneas, cargadas de acciones y tensión logra recrear las atmósferas con el uso preciso y certero del lenguaje, precisión que sólo puede conseguir a través de un conocimiento amplio de la época en que se desarrolla la historia,
haciendo evidente la investigación exhaustiva realizada por el autor. Aunado a lo anterior el logro de los ambientes se explica por la minuciosa definición de la condición de luz para cada una de las escenas. A pesar de que en la obra se encuentran momentos luminosos como condición de un estado de alegría y plenitud como lo es el encuentro entre Alexander y Brigitte y los múltiples viajes que realizan a través de Europa; sin embargo es el tono oscuro el que predomina durante la novela; la referencia constante a la Noche y a la Oscuridad son reflejo no sólo de un estado tímico disfórico, sino que en el plano paradigmático, la dualidad Luminosidad/Oscuridad parecen corresponder a la dualidad Apariencia/ Real-Verdadero, de forma tal que es en la ausencia de luz desde donde se inicia el camino hacia la Verdad.
Leer Bajo la pálida sombra de Mozart es acechar la Oscuridad, explorar los designios que se encuentran tras la noche, esa oscuridad no del mal, sino oscuridad consubstancial a la Luz, a la Verdad; esta novela nos lleva a intuir que más allá de lo evidente se urde una trama en la que no tenemos mas opción que aceptar el designio marcado por el Gran Arquitecto.
Finalmente, ante la pregunta “quién mató a Mozart” no puedo más que reconocer: de lo único que estoy segura es de las múltiples posibilidades de respuesta, varias tesis rondan mi cabeza, pero antes de sustentar una sin temor a errar, los invito a leer la novela y descubrir juntos lo que
nuestro autor plantea.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas
Julio 08, 2011.