miércoles, 1 de julio de 2009

Golpe de Estado en Honduras


Golpe de Estado en Honduras
Regreso a la caverna
Por: Sergio Ramírez

Fuente: La Jornada.




El golpe militar consumado contra el presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, ha representado para América Latina el regreso a la era de las cavernas, cuando era signo común que los ejércitos actuaran como árbitros finales del poder político. Los regimenes surgidos de los golpes militares fueron un mal propio de Centroamérica por décadas, lo que ganó a estos países el triste título de repúblicas bananeras, denominador común que se extendió hacia todos aquellos otros donde hubiera un ejército dispuesto a ejercer sus prerrogativas de gorilato.
Las imágenes de las calles de Tegucigalpa que vimos en la televisión, con los tanques de guerra y los carros blindados en agresivo despliegue, y las patrullas de soldados en atuendo de combate, volvieron a poner el reloj en la hora más negra de un pasado que parecía sepultado para siempre. Y un presidente levantado a la fuerza de su cama en la madrugada por un pelotón de militares encapuchados que invade su casa, subido en pijama a un avión y llevado a otro país, son también las imágenes de una vieja película que creíamos no volveríamos a ver jamás. Pero están allí, ante nuestros ojos, y corresponden a las realidades del siglo XXI.

Las justificaciones legales de toda la trama son torpes. He oído al diputado Roberto Micheletti, nombrado presidente de la república por el Congreso Nacional después del golpe para suceder a Zelaya, que la acción se debió a la orden de un juez, impartida a los mandos militares. Imaginen el tamaño de la artimaña. Un magistrado que da un mandamiento a quien no debe, porque el ejército no tiene funciones de policía más que bajo un régimen ocupación, y menos puede ordenar a los militares que saquen de su cama a un presidente debidamente electo, que goza de inmunidad, y que lo extrañen del país, desde luego que el destierro no existe ni como medida preventiva, ni como pena, bajo la ley. Sólo utilizar esta coartada es ya una vergüenza.

La magnitud de la agresión que ha sufrido el orden democrático en Honduras deja atrás cualquier debate acerca de la precaria situación en que el presidente Zelaya se había puesto en los días anteriores al golpe militar. Parado en el filo de la navaja, no supo hacer una lectura sensata del balance político de fuerzas, cuando todo se acumulaba en su contra. Horas antes de ser sacado violentamente de su casa y del país, había perdido el respaldo de la Asamblea Nacional, que luego votó de manera unánime su sustitución; de su propio partido, el Partido Liberal, cuyos diputados votaron todos por la sustitución, junto con los de los otros partidos; de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo Electoral y de la Fiscalía; de buen número de los medios de comunicación con los que había entrado en una áspera pugna, de las cúpulas de empresarios y de la jerarquía de la Iglesia católica. Se hallaba solo, y no parecía reparar en ello.

El presidente Zelaya se olvidó, Dios sabe por qué, del terreno que estaba pisando, al insistir en llevar adelante una consulta popular, organizada por él mismo, y que debió realizarse el propio domingo de su derrocamiento, cuando los otros poderes del estado se lo habían prohibido bajo argumentos de inconstitucionalidad. Conforme esta consulta, pretendía obtener respaldo para hacer que en las elecciones generales de noviembre próximo se instalara una cuarta urna en la que los ciudadanos debían votar si quería un cambio de Constitución Política, algo que el Consejo Electoral le había ya negado, con el respaldo de la Corte Suprema de Justicia.

Siguió actuando con atolondramiento cuando ordenó al ejército desembarcar el material electoral de la consulta, llegado desde Venezuela, y repartirlo en los centros de votación; y cuando el jefe del ejército se negó, hizo destituirlo, para que de inmediato sus adversarios en los otros poderes del Estado respaldaran al destituido, previa renuncia de todo el estado mayor en solidaridad con su jefe. Para provocar una crisis de este tamaño, el presidente debió sentir que tenía alguna clase de respaldo sustancial. ¿Pero dónde estaba ese respaldo? ¿En qué instituciones? ¿En qué organizaciones populares, en qué sindicatos, en qué partidos, en qué corporaciones? ¿Contaba acaso con la mayoría de la opinión pública?

Siento que el presidente Zelaya se vio en otro país que no era Honduras, y subestimó el poder de los estamentos conservadores, que miraron con antipatía y desconfianza su alineamiento con la izquierda populista que representan Chávez y Ortega, y su amistad con Fidel Castro, una legítima escogencia personal suya, de todas maneras. Es, al menos, uno de los argumentos que de manera solapada utiliza Micheletti para justificar el golpe: ha dicho que Zelaya, su correligionario liberal, cambió de ideología en el camino, y “se volvió de izquierda”, lo que al fin y al cabo le cobraron con el golpe militar.

Los errores de apreciación política del presidente Manuel Zelaya, que no advirtió el terreno que estaba pisando, y sus enfrentamientos con el orden legal para promover un cambio constitucional que le permitiera la relección, como es ahora el impulso de los líderes en el gobierno en no pocos países de América Latina, se vuelven anecdóticos. Fue depuesto de manera ilegal y brutal, y eso es lo que cuenta.

La prueba de fuego es ahora para la OEA, que debe demostrar si es capaz de hacer valer su Carta Democrática. No puede haber trasgresores del orden constitucional, ni los golpes militares pueden quedar en la impunidad.

Santo Domingo, junio 2009.
http://sergioramirez.com/

miércoles, 17 de junio de 2009

Hostigamiento a miembros del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas.

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México16 de junio de 2009.Boletín de Prensa No. 24.
Vigilancia a integrantes del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas.
Este Centro de Derechos Humanos denuncia haber sido objeto de actos hostigamiento por agentes no identificados. Estos nuevos actos violatorios, se enmarcan en el contexto de la recepción del Premio Fray Bartolomé de Las Casas y en los días de sesión ordinaria del Consejo Directivo del Centro.El domingo 14 de junio, alrededor de las 16.00 hrs. Diego Cadenas Gordillo, Director de este Centro, se percató que a tres cuadras de su domicilio, en San Cristóbal de Las Casas, se encontraba estacionado un vehículo Jeep Wrangler, color negro, sin placas, vidrios polarizados, con una de las portezuelas abiertas y dos hombres dentro, los cuáles le parecieron sospechosos. A las 16.30 hrs. el mismo vehiculo se encontraba más cerca del domicilio y podía observar perfectamente la casa. Diego Cadenas iba de regreso a su domicilio después de regresar de España donde estuvo la semana anterior para recibir el Premio Fray Bartolomé de Las Casas, otorgado por la Casa America de Madrid.El lunes 15 de junio, aproximadamente a las 10.00 hrs. cuando Diego Cadena iba a las oficinas de este Centro, se encontró nuevamente con el mismo vehículo, entre las calles Brasil y Canadá en el barrio de Mexicanos. Ese día iniciaba la sesión Ordinaria del Consejo Directivo de este Centro de Derechos HumanosEl mismo día, alrededor de la 10:20 hrs. dos integrantes del Frayba se percataron que en un vehículo Chevy blanco sin placas, estacionado a media cuadra del Frayba, se encontraba un hombre quien video grababa y tomaba fotografías a las instalaciones de este Centro. Al darse cuenta que había sido descubierto, se retiró del lugar.El martes 16 de junio del 2009, aproximadamente a las 09.30 hrs., Diego Cadenas y Jorge Armando Gómez, integrante de este Centro, se percataron que el Jeep Wrangler negro, se encontraba estacionado en la calle Guadalupe Victoria a la altura del No, 35, en esta ciudad. Ambos salían de una reunión con Mons. Samuel Ruiz García, Presidente de este Centro de Derechos Humanos. Diego y Jorge Armando abordaron a los tripulantes del jeep, quienes eran tres hombres, Diego preguntó: ¿Por qué me estás siguiendo?, el que iba al volante contestó: no te estoy siguiendo, estoy esperando a mi hermana, Diego pregunto: ¿eres del CISEN ?, el hombre se rió y dijo no. Diego y Jorge Armando intentaron tomar fotos con sus celulares a los tres hombres del vehículo, los cuáles se cubrieron los rostros con las gorras, el conductor sacó una cámara y los empezó a fotografiar.El hostigamiento a través de actos de seguimiento y vigilancia, constituyen una violación al derecho a la integridad y seguridad personal. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha reiterado en varios momentos su preocupación ante el hecho de que las fuerzas de seguridad del Estado dirijan sus actividades de inteligencia contra las organizaciones de derechos humanos y sus integrantes exclusivamente en razón de sus actividades.El Centro de Derechos Humanos denuncia estos hechos y hace responsable a los gobiernos estatal y federal por cualquier acto contra la integridad física y psicológica de cualquiera de los integrantes de nuestro equipo, así como de al patrimonio de nuestra institución.La labor que como Defensores de Derechos Humanos hemos venido realizando desde hace 20 años, sabemos que incómoda a quienes detentan el poder y buscan por todo los medios socavar las acciones por la justicia que realizamos desde y junto con los pueblos y las víctimas de violaciones a derechos humanos.***

jueves, 4 de junio de 2009

Para no olvidar Tian'anmen: Waching TV

El poder es siempre el poder. Sean rojos o azules.

miércoles, 3 de junio de 2009

Votar???????????????


Alfonso Reyes TRES


Por: Alejandro Aldana Sellschopp.


II. Como México no hay dos.

“América, no podía ser América Latina sin antes no se apropiaba de la cultura europea”.
Girardot
Arriba
aliens flotando
haciendo películas hogareñas
para los colegas cuando vuelvan a casa
de todas esas extrañas criaturas
que aprisionan sus espíritus
perforan agujeros en si mismos
y viven para sus secretos

Hoy en día nadie se atrevería a dudar que Alfonso Reyes es uno de los escritores más importantes de México; por el contrario, lo han convertido en un escritor de bronce, emblemático prócer de la república de las letras nacionales, intocable, tan intocable que casi nadie abre sus libros. Figura inmaculada que de tiempo en tiempo es sujeto de pomposos homenajes, digna figura del patrioterismo literario, no podemos decir que es de aquellos escritores que mucho se citan y poco se leen, injustamente Reyes es poco citado y poco leído.
Reyes recibió críticas absurdas durante su vida, quizá la más descabellada y llena de resentimiento fue aquella que lo acusaba, sombrero de charro en mano, de no preocuparse por los temas mexicanos, sus empeños en el estudio de Grecia, eran utilizados en su contra por sus críticos de manera banal y vulgar.
Ermilo Abreu Gómez se convirtió en uno de sus mayores críticos, arremetió cada que pudo contra Reyes, en ocasiones trataba de confrontar la obra alfonsina con la de Martín Luís Guzmán, recordemos que mientras Borges opinaba que Reyes era el mejor prosista en castellano, Dámaso Alonso otorgaba ese galardón a Guzmán. Abreu Gómez recurre también a la franca descalificación de Reyes como escritor mexicano, sabiendo perfectamente que esos argumentos dolían profundamente a un escritor que amaba a su país, cuyas raíces estaban bien cimentadas en la historia de México, Margo Glantz lo ha dicho contundentemente: “Aun los acontecimientos más banales de su vida cotidiana y de los suyos –en especial su padre, aunque también su abuelo- están ligados inexorablemente a la historia de México, el pasado y el tiempo en que le tocó vivir; podríamos subrayar, exagerando que, casi por derecho de nacimiento, el transcurrir de la familia Reyes está en estrecha conexión con los sucesos fundamentales que determinan a la Nación, así con mayúscula: con sólo existir él y su familia forman parte de la historia, son historia”.
La opinión respecto a la extranjería y falta de interés por México se convirtió en una crítica que tomó tintes populares, para descalificar al gran escritor cualquier tinterillo recurría al lugar común: “Sí, buena prosa; pero desdeña México, es un malinchista, y ya de coraje plánchenme mi vestido de china poblana”.
Cuando Reyes estaba por morir, Abreu Gómez persistía en desenmascarar al monstruo griego, escribió: “Todo en Reyes se reduce a un juego, a un devaneo con mayor o menor dosis de ingenio, de agudeza de ingenio”.
¿De dónde nace tanto rencor?, podría preguntarse el amable lector, sobre todo tratándose de Ermilo Abreu Gómez, escritor que durante los treinta y cuarenta fue considerado uno de los escritores mexicanos más importantes.
Es probable que Abreu Gómez sufriera del mal de la venganza literaria, muy común en nuestro México de las letras. Cuenta la leyenda que su libro El Corcovado, llevaba un prólogo de Alfonso Reyes, donde Reyes le pide que “no persista en el género”, y en efecto Abreu abandona la escritura de textos colonialistas, el propio Abreu Gómez se refiere a ese prólogo en su libro El Hijo prodigo: “Fue una carta terrible y justa. Gracias a su franqueza y a su sabiduría abandoné el estilo ese del virreinalismo (…) Nunca agradeceré bastante a Alfonso la prueba de amistad y de sabiduría que me dio con su carta”. Todo parece indicar y visto en retrospectiva, que aquellas palabras eran un reto a duelo plumífero.