martes, 8 de enero de 2008

Literatura Chiapaneca: Una Perspectiva

A Andres Aubry, en su memoria.

por: Gabriel Cruz Mayorga

No voy hacer un ejercicio o ensayo lingüístico sobre la literatura en Chiapas, sobre todo se trata aquí de exponer a la mirada de todos y al centro de una mesa, un problema, y una posible perspectiva. Tiene que ver con un asunto que abarca muchas disciplinas : los cambios culturales que se suscitaron a través y por el movimiento zapatista, o neozapatista como algunos lo nombraron.Me centraré en descubrir estos cambios en la producción literaria, en los movimientos culturales, en algunas voces que participaron, de alguna u otra manera. Opiniones activas y reflexiones, definiciones y redifiniciones.A estas alturas ha habido una derrama de libros importantes( y no tan importantes), de material que hizo la controversia y mantuvo la atención en un conflicto muy extenso y de larga duración. La mayoría de este material atendiendo el rubro político y coyuntural, dejando a un lado el aspecto cultural. Este aspecto es el que más me interesa porque un efecto que origino el conflicto era la inminente pérdida de la identidad mexicana. Ybon Le Bot dice:El alzamiento en la frontera sur puede verse como el efecto de un movimiento pendular producido por la perspectiva de la apertura de la frontera norte. Más aún, provoca los siguientes interrogantes: ¿Qué significa ser mexicano hoy en día? ¿cuál es el porvenir de la mexicanidad en el mercado global? ¿cómo reinventar la nación cuando ya esta en marcha la globalización?De estas preguntas, que de alguna manera yo también me hice, nacieron muchas inquietudes, lecturas y relecturas, charlas con amigos y actores que de una u otra forma estuvieron participando en el movimiento cultural que propuso el zapatismo. Estas preguntas fueron un intento por explicarme a mí, sobre todo, cómo un movimiento social y luego político tuvo repercusiones, a través de los símbolos, en el arte y la creación, en la lengua y la forma de ver de un pueblo.El material a revisar es exhaustivo, se trata de un movimiento que no ha concluido y que deja más preguntas que respuestas. Debo dejar entonces muchos aspectos abiertos para un futuro. Por eso se trata tan sólo de una mirada particular y rápida.La literatura es tradición, también ruptura, representa los valores y la condición histórica humana, la reflexión que un pueblo hace de sí mismo. A través de la palabra estética un pueblo construye un espejo porque sólo así puede fijar por un momento una imagen que lo describa y más, que esta imagen hable por sí misma. La poesía permea el habla, lo cotidiano, lo intemporal, dice lo invisible por lo visible.En Chiapas la poesía es vasta, y haría falta espacio y tiempo para hacer un recuento de la importancia que está ha tenido en la formación de la cultura y de la identidad concreta del estado. Como su geografía tan variada, también tan devastada, y explotada, su poesía y su tradición oral vive entre fronteras, es dinámica, pues como dice Carlos Montemayor:La comunicación oral se apoya en numerosos elementos extralingüísticos como la inflexión de la voz y rasgos gestuales y situacionales sin que importe la repetición de frases o su interrupción, la irregularidad de tiempos verbales o de personas gramaticales, el uso de términos o giros vagos, ambiguos, que son propios de la conversación, no de la composición cuidadosa que aparece en plegarias, conjuros, discursos ceremoniales, canciones, diálogos de danzas colectivas y rituales, coplas festivas, etcétera.[…] es decir, las formas literarias indígenas no contraponen la oralidad, sino que señalan valores formales dentro de la oralidad.¿Cómo lanzar entonces una nueva mirada a estas literaturas sin proponerse el revisar el marco social y político en el cuál se han desarrollado?La interculturalidad es sobre todo una propuesta de los gobiernos, y sus secretarías, incluyendo los de cultura, por mantener una aparente inclusión que sigue sin darse en la práctica. Los esfuerzos por rescatar y darle una mirada diferente a la literatura indígena en Chiapas, parte de esfuerzos independientes, antes y después del zapatismo, y de los propios indígenas que se convirtieron en sujetos históricos. Por eso es difícil ver a la poesía chiapaneca fuera de la historia y de un compromiso social. La insurrección indígena del 94 trajo consigo varios posicionamientos, y estos fueron ineludibles.Retomo la crítica de Carlos Lenkersdorf sobre la integración de los indígenas:Dicho de otro modo, el recuerdo de los 500 años de la llegada de los europeos ha servido en el nivel continental , de llamada para despertar a los pueblos indígenas, que no se han olvidado de su historia y que no la ven desde la perspectiva de los europeos ni de las clases dominantes. La hora del cambio ha llegado. Los indios siguen presentes, inesperadamente presentes. La integración en la llamada cultura monolítica no ha funcionado porque esta no existe, de hecho es pluralista y como tal es tarea de todos nosotros trabajar para esta pluralidad.Me reduzco aquí, pues, a aportar una perspectiva y una inquietud, hare una rápida contextualización. Luego mostrare algunos conceptos y definiciones sobre la literatura y la poesía chiapaneca, producto de una charla con el maestro Juan Bañuelos. Son extractos reducidos de varios temas. Me interesan estas últimas como testimonio de alguien que estuvo presente en los varios momentos del proceso, primero en la Comisión Nacional de Intermediación(CONAI), luego impulsando proyectos culturales como talleres de creación comunitarias, y desde luego, como uno de los poetas cuyo tema ha sido Chiapas, sobre todo después del movimiento zapatista. Después leeré un poema del mismo autor como muestra de la nueva poesía que se ha estado escribiendo en Chiapas, sus nuevos caminos, su nueva perspectiva, sus nuevos horizontes.No creo que este intento logre aportar algo sino dudas, más lecturas de mi parte y el compromiso de ahondar en una problemática bastante compleja.ContextoCuando digo Chiapas no se me viene a la mente el poema del poeta local: “Chiapas es al cosmos como una rosa al viento”, no, se me viene encima un historial de agravios, de éxodos, injusticias sociales; es un lugar donde el Tiempo se detuvo un rato porque no le dio tiempo de contar las millones de historias que ahí se suscitaron, se me viene toda clase de imágenes donde la poesía ni siquiera tiene nada que hacer, más que sentarse a fumar un tabaco en una esquina de una ciudad moderna . En Chiapas toda poesía que se precie de serla es colectiva, todo poeta tiene que alimentar a cuatro bocas trabajando en la administración pública como decía Juan Gelman acerca de los heterónimos de Fernando Pessoa.En Chiapas la poesía, después del 94, fue resistencia, memorial de agravio, voz colectiva, rebelión, iluminación para andar senderos tan oscuros, fue creación en medio de la destrucción, afirmación por y en medio del caos. No alcanza allá la mirada histórica ni tan solo la objetividad para hacer un relato que le haga justicia a todas las voces que permanecieron tendidas a lo largo de los ríos, a las miradas debajo de las piedras, no hay ritmo que pueda encadenarse otra vez al último Katún que empezó a fluir en la cuarta parte del siglo xx.Toda historia personal tenía que tener, en Chiapas, una mirada de soslayo y ver que fondo era forma, que cualquier evento, por insignificante que fuera, cobraba allá una fuerza que venía de las profundidades, que el México profundo no era tan profundo, siempre estuvo a la altura de la superficie. Quien fuera para allá iba a quedarse un rato contemplando el silencio, oiría voces, perdería su identidad, querría cobrárselos caro como Juan Preciado cuando llego a Comala a buscar a su padre, un tal Pedro Páramo.Antes del 94 las ciudades coloniales tenían las puertas selladas y los muros eran de cal, por ahí paseaban sus ojos los indios, como por una fortaleza, y pasaban corriendo hasta llegar al mercado o a las afueras de Santo Domingo donde ofició tantas misas Fray Bartolomé De las Casas. Antes del 94 todo estaba en paz, dormidos los abuelos ixbalanque e ixmucane, los indios se reducían a seguir cruzando la frontera de los ladinos para conseguir trabajo de sirvientes en las casas o vender su artesanía donde las mujeres habían bordado el tiempo con un telar amarrado a la cintura. Todo estaba como en la mente de un turista que había leído Oficio de Tinieblas de Rosario Castellanos.Charla con Juan Bañuelos.En Chiapas no hay una memoria, no hay estudiosos, no hay ensayos que digan qué ha pasado con la poesía en México, y en Chiapas menos. […] pero yo creo que hay un gran cambio después de 1994. Ese cambio no es solamente de tipo social, político. Hay una presencia de la mitad de nuestra identidad, que esta ahí, que son los pueblos originarios del sur, de la cultura Maya, de dos mil años o más, que está vigente como una civilización tan grande como fue la egipcia, como la de la India, la griega, la romana.[…]existen condiciones extratextuales que abren cauce, un gran cauce a la relación de los poemas nuevos que se están haciendo, a partir del texto que tienen, sobre todo, intención poética. El ser del poema está asociado a una serie de factores y cosas que ostenta el signo de la complejidad de lo que esta pasando en nuestra tierra. Esta complejidad es característica de la realidad de Chiapas(que se presenta ante los ojos de los europeos, norteamericanos, y de gente especializada en México) como relatividad, como diversidad, como relacionalidad, como alteridad, duplicidad, antigüedad. […]Estoy viendo un fenómeno en que la ceniza ardiente de estos primeros pobladores desafía a la llama de una identidad incompleta de los mestizos, de los criollos. En México estamos viendo una insurrección cultural( que no lo veo yo militar); estamos siendo testigos de la insoportable arbitrariedad homicida desde la Conquista española hace más de 500 años, de México y América.[…] El estado poético de la cultura, el estado poético de todo un pueblo, dicen, es un tercer estado, no, yo diría que es un primer estado que no se somete a las contradicciones del poder, el poder es tan contradictorio y tan impositivo que no sabe distinguir entre un pájaro mecánico de cuerda y el auténtico canto de las aves, ese es el problema que tenemos en este México, un poder que no conoce al país(yo creo que el señor Fox no ha visto a un indígena ni en fotografía). Entonces, la solución de la poesía de estos precursores y de los que están escribiendo actualmente y de los que van a venir, es buscar que ser y palabra, ser y lenguaje sean sólo una cosa. La palabra que designa ser sea la misma que designe palabra, y eso muchos indígenas, sobre todo los tojolabales lo tienen. Los tojolabales no tienen el yo, tú el; tienen el nosotros. Por eso es difícil aprenderlo.[…] por eso en muchos textos de los indígenas rebeldes dicen que hablan con el corazón; entonces, un poeta es el que habla con el corazón, uno es lo que uno habla. Por eso es necesario que esos nuevos poetas del sur o de México descubran que hay detrás del acontecimiento que sucedió en 1994. La poesía tiene que volver a ser un acontecimiento público y oral. Toda cultura pasa por el filtro de la voz, y cura el sufrimiento o alaba la alegría a través del ritmo, a través de este ritmo de la poesía que han cultivado todos los indígenas de Chiapas, y es por eso que no pierden su identidad. Nosotros debemos de adquirir esa parte, esa mitad que nos hace falta ¿por qué? Porque expresa la memoria colectiva, el ser de cada uno de nosotros.“Entendí que el mito no estaba en el pasado primitivo sino en la raíz del hoy”.
Gabriel Cruz Mayorga
*Ponencia leída el 2 de octubre de 2007, en homenaje a Otto Schumann Gálvez, en el primer coloquio de etnografía maya, realizada en el auditorio Román Piña Chan, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.BIBLIOGRAFÍA-
Aldana Sellschopp, Alejandro. Los abismos de la palabra (Antología intercultural de literatura chiapaneca).Universidad Intercultural de Chiapas, 2005.-Anaya, Benjamin. Neozapatismo y Rock Mexicano. La cuadricula de la langosta, México, 2000.-Bañuelos Juan. A paso de Hierba. Poemas sobre Chiapas. Ediciones Colibrí, México, 2002.-Bautista Vásquez, Ruperta. Ch´iel K´opojelal (vivencias). Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígena(CELALI). Gobierno del Estado de Chiapas, 2003.-Le Bot, Yvon, Subcomandante Marcos. El sueño Zapatista. Crónicas Anagrama, Barcelona, 1997.- Leon-Portilla, Miguel. Literaturas indígenas de México, Fondo de Cultura Económica, México, 1992.-Lenkersdorf, Carlos. Los hombres verdaderos, Voces y testimonios tojolabales. Siglo xxi, editores, México, 1996.-Molina, Javier. Ocho Voces, selección de poetas de Chiapas, Consejo estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, 2004.-Montemayor, Carlos. La voz Profunda. Antología de la Literatura mexicana en lenguas indígenas. Joaquín Mortiz, México,2004.- Montemayor, Carlos. Arte y plegaria en las lenguas indígenas de México. Fondo de Cultura Económica, México, 1999.-Viqueira, Juan pedro y Humberto ruz, Mario. Chiapas. Los rumbos de otra historia. Ciesas, cemca, unam, filológicas,1995.

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