por: Alejandro Aldana Sellschopp.
Introducción.
En el presente ensayo abordare un análisis sobre el carácter social e individual del lenguaje en el proceso de transmisión del conocimiento, así como sus diversas complejidades, particularmente al reflexionar sobre aquello que se engloba en el campo del lenguaje integrado por contenidos que se generan en los sentimientos y aquellas que son generados en el ámbito de la ciencia, convirtiendo al lenguaje en un canal para convertir el conocimiento en un componente social. Para ello, he decidido realizar el ensayo en una sola parte que he denominado: El carácter social del lenguaje.
El conocimiento científico pretende generar un entramado de información que se transmite a través de un lenguaje que intenta ser completamente impersonal, es decir que tiende a una objetivación generalizada, para ello se apoya en la razón como un instrumento necesario, filosóficamente hablando; por lo tanto le corresponde una voluntad de tener una visión coherente de los fenómenos, por un lado para estudiarlos y por el otro para transmitirlos. La razón cuenta con un aspecto muy importante, se refuerza en un planteamiento lógico de los problemas y de sus respuestas, que colocados así se convierten en postulados científicos.
Considero que en este proceso se debe diferenciar entre la racionalización y la racionalidad. La racionalidad implica entablar una relación dialógica entre el espíritu que crea esas estructuras lógicas y el mundo real, por ello, cuando ese mundo no coincide con esas estructuras lógicas, debemos admitir que nuestro entramado lógico es insuficiente, que sólo abarca una parte del mundo real. El gran Shakespeare apuntaba: “Hay más cosas en el mundo que toda nuestra filosofía”. El mundo es mucho más complejo y basto que nuestros modelos lógicos.
La racionalización pretende encerrar la realidad en un sistema coherente, y todo lo que contradice a esa realidad en el mundo, se deja de lado, se descarta.
“La comunidad sabe más y menos, al mismo tiempo, que el individuo”, (Russell Bertrand, 1977, pág 17); es necesario comprender que en su concepción colectiva se conoce una gran cantidad de cosas referentes a todas las esferas del conocimiento: filosofía, arte, usos, costumbres, etc, etc, podemos afirmar que entre todos conocemos todo; pero en esa generalidad se deja un espacio sumamente importante en la construcción del conocimiento y no es más que todo aquello que domina la subjetividad en su ámbito más individual. El lenguaje es en esencia social, su consolidación como una materialización del espíritu, así como el contenido que transmite corresponde a una historia que se ha venido construyendo a través del tiempo, en el cual han participado un conjunto de personas que vienen enriqueciendo, replanteando y mejorando el lenguaje mismo, así como en sus contenidos, de alguna manera estamos frente al trabajo acumulado, lo cual es muy importante, ya que es gracias al trabajo como se ha perfeccionado el lenguaje y sus formas de transmisión del contenido, y ello implica la existencia de una colectividad. Si entendemos que el lenguaje tiene como principal cometido la comunicación, entonces estaremos de acuerdo de que para conseguir dicha finalidad éste debe ser público y se integra por un sinnúmero de contenidos y formas de expresión. Todos comenzamos a aprehender al mundo mediante un lenguaje en su definición ostensiva, es decir, aprendemos gracias a escuchar repetidamente una palabra y la relación que entablamos con el objeto o la cosa que la representa, digamos que es la forma más social de conocer, la forma verbal de aprensión del mundo nos obliga a tener todo un marco conceptual que nos permita entablar relaciones con otras palabras y las cosas u objetos que las representan, “Es obvio que la definición ostensiva es la única posible para comenzar, ya que la definición verbal presupone el conocimiento de las palabras usadas en el definiens”, (Russell Bertrand, 1977, pág 18).
Así podemos señalar que en nuestro proceso de aprehensión de la realidad, comenzamos a relacionarnos con él mediante el lenguaje de los sentidos, sin embargo cuándo comenzamos la instrucción escolar es el lenguaje verbal el que comienza a adquirir mayor relevancia, poco a poco nos convertimos en expertos en el uso del lenguaje verbal, convirtiéndose así nuestro uso del lenguaje en su concepción más pública, y “hasta nuestros pensamientos más íntimos se hacen adecuados para figurar en la enciclopedia”, (Russell Bertrand, 1977, pág 19).
Conclusión
Es importante tener en claro que el conocimiento corresponde a un orden, y en este sentido debemos contemplar que en primer lugar no se pude separar tajantemente el lenguaje verbal del ostensible en la construcción del conocimiento, primero se presenta una experiencia subjetiva, por mínima que sea, para después pasar a una realización lógica del conocimiento. Por ello, no podemos soslayar esa primera percepción, esa experiencia subjetiva, la cual debe ser confiable para que posteriormente pueda convertirse en conocimiento científico. Las percepciones subjetivas, son pues la plataforma del conocimiento, que andando el tiempo adquiere su connotación científica y por lo tanto público.
Bibliografía.
Russell Bertrand. (1977). 1.-Capítulo 1. Conocimiento individual y conocimiento social. En “El conocimiento humano”. Ed. Taurus. España.
Russell Bertrand. (1977). 1.-Capítulo 1. Los usos del lenguaje. En “El conocimiento humano” Ed. Taurus. España.
Lotman M. Iuri. (1998). “La semiosfera II”. Ed. Cátedra. España.
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