Por: Pedro Faro.
Las ventanas que se despliegan al infinito, territorio de las letras
Quien no se ha queda prendido, centelleante, ante las entrevistas emblemáticas que se le han hecho a Jorge Luis Borges, Julio Cortazar, T.S. Eliot, José Revueltas, Octavio Paz, Beatles, Bob Dylan, por mencionar algunos, Las excelentes entrevistas que realizó Emmanuel Carballo a escritores mexicanos en su libro de los Protagonistas o la de Juan Domingo Argüelles en su libro Literatura hablada, es entrar a una parte de la vida de los escritores que admiras y respetas que en el tiempo son parte de nuestra vida, familia de nuestro caminar.
Los libros de entrevistas son sumamente importantes, en su sentido estricto de registro histórico, de un momento preciso, de una fotografía fija llena de humanidad, y también de ser atemporales, o conductores de túneles de tiempo que rememoran un tiempo-espacio. Cuanto nos hubiera gustado saber sobre lo que pensaban otros escritores o personajes históricos, de tal o cual situación o apreciación artística, a través del dialogo que en sí es el genero de comunicación por excelencia, a través de escuchar la voz propia, espontánea sin formalismo. Marco Antonio Campos afirmaba “¡Cuanto nos hubiera gustado leer entrevistas con Cervantes, Stendhal o Dostoiesvki, donde los oyeras hablar de su vida y de su formación intelectual!”. Esta parte la hemos suplido en lecturas de biografías, de sus poemas, novelas, cuentos o de recopilación de intercambio epistolar con otros personajes, para hacernos la idea de sus apreciaciones del lugar que les toco ser.
Para dar continuidad en esta posibilidad exquisita de lectura, de acercamiento humano, cálido, ahora tenemos de manera palpable y en recién circulación la buena ventura que emprendieron Alejandro Aldana y Luz Horita, a través del libro Entre vistas, que desde el titulo sugiere e incita a asomarse por sus paginas, que después de haberlo leído, confirmo que contiene grandes aciertos, a través del dialogo con 30 escritores de por lo menos tres generaciones, formaciones, intereses y compromiso con la literatura. Una posibilidad de visiones de la diversidad que los constituyen y que nos transmiten cuadros escénicos de una parte de la historia literaria de Chiapas, contada y platicada por quienes persisten en este empeño. Como bien mencionan los entrevistadores del presente volumen, “Sin duda no son todos los que están, ni están todos los que son.” Son los que eligieron ellos, son entre vistas, entre acercamientos, de posturas ante la existencia, ante el ejercicio creativo, que va desde el desdén petulante, la argumentación bien plantada, palabrerías esencia de la nada que se enredan en su guadaña, la sorpresa de la pregunta inesperada, la respuesta inteligente, la reacción ante una aseveración incomoda, el discurso como olas de mar cuando la tempestad se apacigua, hasta ligereza de la respuesta no reflexionada. De pronto esta ahí este volumen de entrevistas emblemáticas, como la del maestro Carlos Navarrete, Francisco Álvarez Quiñones, Damaris Disner, Héctor Cortés Mandujano, Ignacio Ruiz, José Antonio Reyes Matamoros, Balan Rodrigo, Juan Álvarez, Marisa y Socorro Trejo Sirvent, Roberto López Moreno, Fernando Trejo, Luis Reyna, Oscar Wong, Ricardo Cuéllar, Juana Karen, Ulises Cordova... en fin cada uno de los escritores, un camino por el cual nos invitan a pasar en unas cuantas páginas una parte a entrar, asomarnos a los contextos en el cual han sido escritas sus obras, que muchas de estas ya han dejado huella y otras tantas están en ese proceso de búsqueda en el quehacer literario.
Este libro de entrevista es a la vez un dialogo puntual, un puente que transporta a la otra orilla que no nos pertenece, que nos acerca al otro lado de las personas que se comunican, discuten, disienten. Es asomarse a la ventana a mundos diversos en el cual nos reconocemos, -me reconozco- que de pronto nos hace sentarnos alrededor de las palabras, de los sonidos y matices de las señales, en un estar aquí; a modo de atraparnos como una especie de espectador ante una obra de teatro, nos convoca a participar, a hacer parte de la voz.
Finalmente, creo que este libro de entre vistas es un buen principio para dialogar, discutir sobre la preguntas esenciales que nos plantea el entrevistador, sobre la conciencia del proceso creativo, los retos que esto representan y la reflexión de la praxis en este oficio y del compromiso ante el mundo que nos rodea, en interconexión con los sucesos históricos que nos ubican como sujetos actuantes de este espacio que cohabitamos, que como han dicho tantos ilustres, el oficio de la escritura es el oficio de la soledad, de la absoluta soledad, que tiene el anhelo o la promisión de que sea acogido por el lector como un hecho consumado de dialogo metafísico en el cual se perfecciona.
La importancia de entre vistas –entre otros- es el valor documental, a través del libro como un medio de conocer la vida o parte de la vida de los entrevistados, de lo que pasa alrededor, sus circunstancias, miedos y seguridades, así su confrontación con su ego, también con sus apuestas, sueños y sus posturas ante el universo, el gran tino de Alejandro y Luz -entre otros tantos como son el diseño gráfico de la obra, así como el cuidado en la edición- es la provocación de las preguntas, que la lanza como quien pretende pescar un pez en el océano y qué como resultado, propició que el pescador desapareciera y el pez nadara cómodamente en el largo y ancho océano, no me queda más que invitar a la lectura de entre vistas que seguramente se la pasarán estupendamente leyendo anécdotas que aquí se cuentan con gran pasión.
Pedro Faro
persefaro@yahoo.com
19 de noviembre de 2008
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas
Quien no se ha queda prendido, centelleante, ante las entrevistas emblemáticas que se le han hecho a Jorge Luis Borges, Julio Cortazar, T.S. Eliot, José Revueltas, Octavio Paz, Beatles, Bob Dylan, por mencionar algunos, Las excelentes entrevistas que realizó Emmanuel Carballo a escritores mexicanos en su libro de los Protagonistas o la de Juan Domingo Argüelles en su libro Literatura hablada, es entrar a una parte de la vida de los escritores que admiras y respetas que en el tiempo son parte de nuestra vida, familia de nuestro caminar.
Los libros de entrevistas son sumamente importantes, en su sentido estricto de registro histórico, de un momento preciso, de una fotografía fija llena de humanidad, y también de ser atemporales, o conductores de túneles de tiempo que rememoran un tiempo-espacio. Cuanto nos hubiera gustado saber sobre lo que pensaban otros escritores o personajes históricos, de tal o cual situación o apreciación artística, a través del dialogo que en sí es el genero de comunicación por excelencia, a través de escuchar la voz propia, espontánea sin formalismo. Marco Antonio Campos afirmaba “¡Cuanto nos hubiera gustado leer entrevistas con Cervantes, Stendhal o Dostoiesvki, donde los oyeras hablar de su vida y de su formación intelectual!”. Esta parte la hemos suplido en lecturas de biografías, de sus poemas, novelas, cuentos o de recopilación de intercambio epistolar con otros personajes, para hacernos la idea de sus apreciaciones del lugar que les toco ser.
Para dar continuidad en esta posibilidad exquisita de lectura, de acercamiento humano, cálido, ahora tenemos de manera palpable y en recién circulación la buena ventura que emprendieron Alejandro Aldana y Luz Horita, a través del libro Entre vistas, que desde el titulo sugiere e incita a asomarse por sus paginas, que después de haberlo leído, confirmo que contiene grandes aciertos, a través del dialogo con 30 escritores de por lo menos tres generaciones, formaciones, intereses y compromiso con la literatura. Una posibilidad de visiones de la diversidad que los constituyen y que nos transmiten cuadros escénicos de una parte de la historia literaria de Chiapas, contada y platicada por quienes persisten en este empeño. Como bien mencionan los entrevistadores del presente volumen, “Sin duda no son todos los que están, ni están todos los que son.” Son los que eligieron ellos, son entre vistas, entre acercamientos, de posturas ante la existencia, ante el ejercicio creativo, que va desde el desdén petulante, la argumentación bien plantada, palabrerías esencia de la nada que se enredan en su guadaña, la sorpresa de la pregunta inesperada, la respuesta inteligente, la reacción ante una aseveración incomoda, el discurso como olas de mar cuando la tempestad se apacigua, hasta ligereza de la respuesta no reflexionada. De pronto esta ahí este volumen de entrevistas emblemáticas, como la del maestro Carlos Navarrete, Francisco Álvarez Quiñones, Damaris Disner, Héctor Cortés Mandujano, Ignacio Ruiz, José Antonio Reyes Matamoros, Balan Rodrigo, Juan Álvarez, Marisa y Socorro Trejo Sirvent, Roberto López Moreno, Fernando Trejo, Luis Reyna, Oscar Wong, Ricardo Cuéllar, Juana Karen, Ulises Cordova... en fin cada uno de los escritores, un camino por el cual nos invitan a pasar en unas cuantas páginas una parte a entrar, asomarnos a los contextos en el cual han sido escritas sus obras, que muchas de estas ya han dejado huella y otras tantas están en ese proceso de búsqueda en el quehacer literario.
Este libro de entrevista es a la vez un dialogo puntual, un puente que transporta a la otra orilla que no nos pertenece, que nos acerca al otro lado de las personas que se comunican, discuten, disienten. Es asomarse a la ventana a mundos diversos en el cual nos reconocemos, -me reconozco- que de pronto nos hace sentarnos alrededor de las palabras, de los sonidos y matices de las señales, en un estar aquí; a modo de atraparnos como una especie de espectador ante una obra de teatro, nos convoca a participar, a hacer parte de la voz.
Finalmente, creo que este libro de entre vistas es un buen principio para dialogar, discutir sobre la preguntas esenciales que nos plantea el entrevistador, sobre la conciencia del proceso creativo, los retos que esto representan y la reflexión de la praxis en este oficio y del compromiso ante el mundo que nos rodea, en interconexión con los sucesos históricos que nos ubican como sujetos actuantes de este espacio que cohabitamos, que como han dicho tantos ilustres, el oficio de la escritura es el oficio de la soledad, de la absoluta soledad, que tiene el anhelo o la promisión de que sea acogido por el lector como un hecho consumado de dialogo metafísico en el cual se perfecciona.
La importancia de entre vistas –entre otros- es el valor documental, a través del libro como un medio de conocer la vida o parte de la vida de los entrevistados, de lo que pasa alrededor, sus circunstancias, miedos y seguridades, así su confrontación con su ego, también con sus apuestas, sueños y sus posturas ante el universo, el gran tino de Alejandro y Luz -entre otros tantos como son el diseño gráfico de la obra, así como el cuidado en la edición- es la provocación de las preguntas, que la lanza como quien pretende pescar un pez en el océano y qué como resultado, propició que el pescador desapareciera y el pez nadara cómodamente en el largo y ancho océano, no me queda más que invitar a la lectura de entre vistas que seguramente se la pasarán estupendamente leyendo anécdotas que aquí se cuentan con gran pasión.
Pedro Faro
persefaro@yahoo.com
19 de noviembre de 2008
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas