El ensayo en Octavio Paz:
Poeta con vocación crítica 1
Por:
Alejandro Aldana Sellschopp.
Para: Luz y Emiliano
Lo
peor que podemos hacer a Octavio Paz, ese amante de la vocación crítica, es
hacer una lectura acrítica de su obra.
Octavio
Paz nace en 1968. En ese año se perfila como un escritor disidente y crítico
frente a la izquierda revolucionaria y al sistema político mexicano. Si bien su
alejamiento no fue abrupto, en el 68 se confirma la ruptura. En 1937 un
jovencísimo Paz es invitado al Segundo Congreso Internacional en Defensa de la
Cultura a celebrarse en España, donde comienza su estupor frente a ciertos
acontecimientos que van minando su ferviente simpatía por el comunismo. El
Congreso pretendió enjuiciar a André Gide, por sus críticas plasmadas en su
libro Regreso de la U.R.S.S (1936),
se celebraron varias reuniones casi clandestinas para convencer a los
escritores latinoamericanos de firmar un documentos donde se condenaría a Gide
y su libro. En la votación final, solamente hubieron dos abstenciones: Carlos
Pellicer y Octavio Paz.
En
1939 un nuevo acontecimiento cimbró al joven Paz. La Unión Soviética firmó el
tratado Ribbentrop-Mólotov, con la Alemania nazi, en el que las dos naciones no
sólo prometían no agredirse, sino también estrechar lazos económicos, además de
repartirse la Europa central y del este.
En
1950 Octavio Paz publica El laberinto de la soledad, ensayo sobre lo mexicano, escrito a raíz de una estancia en Los Ángeles, California, y
redactado en París, mientras desempeñaba cargos diplomáticos. En dicho texto
aborda, aun sin profundizar, sobre sus opiniones críticas sobre el comunismo y
el sistema político mexicano. Diecisiete años después sale a la luz Corriente
alterna (1967), un conjunto de
interesantes artículos que publicó en los periodos que van de 1959 a 1961, y de
1965 a 1967, en revistas hispanoamericanas y europeas, en la tercera parte del
libro Paz diserta sobre la revuelta y la revolución, glosando magistralmente
ideas de Ortega y Gasset, además de realizar criticas a la modernidad y al
comunismo, dejando casi intocable al sistema político mexicano.
Al
año siguiente, 1968, Octavio Paz termina de nacer como intelectual crítico ante
cualquier forma de absolutismo, al mismo tiempo que comienza a mostrar su
propio rostro autoritario . Se muestra de cuerpo entero en dos hecho
fundamentales: su renuncia a la Embajada de México en la India, tras la masacre
de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre
de 1968, y la publicación de Posdata. Con las dos acciones se convierte, sin querer, en un líder de opinión de
la izquierda mexicana, quienes fieles a su vocación de adoradores de tlatoanis
o caudillos intentan ungirlo como un intelectual más de su línea de
pensamiento, incluso se le invita para formar un nuevo partido político, en el
que participarían entre otros: Carlos Fuentes, Luis Villoro, Demetrio Vallejo,
Heberto Castillo; sin embargo Paz opta por su independencia crítica, y funda la
revista Plural.
Continuará…
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