martes, 18 de diciembre de 2007

La Tradición


Por: Antonio Ramos.

Sale hoy una nota el periódico de El Universal donde se dice lo obvio: los libros escritos por artistas de televisión, sexólogas y payasos tenebrosos vende más que los libros de Pitol, Enrigue y Ana Clavel. A mí me parece bien que vendan todo lo que vende Gaby Vargas y el Yordi Rosado. Pero parece como si, veladamente, los escritores pensaran que sólo ellos pueden escribir y hacer literatura, que sólo de ellos es el reino del lenguaje y el resto de las palabras son basura, tiradas a la basura, en la basura. ¿Quién les dijo que las palabras sólo se usan para hacer literatura, que sólo arte debe salir de la enunciación de sujeto + verbo + predicado? Cada quien a su nicho. Ni Anabel Ochoa pasará a la historia como novelista, ni Yordi Rosado como (lo que sea que intente hacer con sus libros, salvo hacer dinero). Pero Pitol, Enrigue y Ana Clavel, bueno, ellos ya desde hace rato se ganaron su espacio en el diccionario de los narradores mexicanos, en la tradición de la literatura mexicana, algo que ni los miles de pesos que se echa El Brozo u Ochoa lograrán en un buen tiempo.
A la parte de esto... entonces, llego a otra pregunta: ¿de cuando acá lo que los escritores escriben debe de impactar a un gran público? Si lo hacen bien, si no lo hacen también.
Publicado por A Ramos en 9:29 AM

sábado, 8 de diciembre de 2007

La enfermedad de la rosa

Por: Alejandro Aldana Sellschopp.

Si en algo soy ordenado es en mis lecturas. Durante los últimos meses me he dedicado a leer, entre otras cosas, biografías de Mozart, no hace mucho encontré finalmente la bellísima edición de la ya clásica biografía de Alfred Einstein, libro que parece ser el padre de todo lo que se ha escrito sobre el genio de Salzburgo. Cuando terminé tan apetitoso tomo de 600 páginas, me di un respiro de Amadeus para hurgar en la nueva novela mexicana, en la larga, muy larga fila de libros en espera estaba El Buscador de Cabezas de Antonio Ortuño, un joven novelista que conocí en Oaxaca, las revistas, artículos y escritores hablan mucho de él, la novela está publicada por Joaquín Mortíz. En fin me prepare para disfrutar de un buen texto. Cumplidos dos días terminé el libro en medio del desasosiego, la sorpresa y la tristeza. Hacia mucho, mucho tiempo que una novela no me aburría tanto, lo mal planteada, la inverosimilitud de personajes y situaciones, la ñoñería conceptual y la pírrica visión de México me dejaron sin aliento. Probablemente Ortuño ha mejorado mucho, eso espero, ya que hace una semana leí que su nueva novela fue finalista del premio Herralde.
El mal sabor de boca fue tal que estuve a punto de dejar pasar un día sin leer para digerir el trago amargo; sin embargo, me dirigí a la parte de uno de mis libreros que llamo, con todos los prejuicios y mojigaterías del mundo, “libros que jamás leeré”. Son poemarios, ensayos, novelas, tomos de cuentos y demás, que me regalan en encuentros de escritores, presentaciones, charlas, o simplemente escritores que se acercan y me regalan los libros, generalmente reviso las primeras cuartillas y si me parecen malas o medianamente malas, simplemente los envío a esa sección.
Me encontré un libro negro, pequeño, publicado por la secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Tabasco, el título: La enfermedad de la rosa. El autor: Vicente Gómez Montero. El autor era para mi casi un desconocido, lo conocí en Tabasco en un encuentro de escritores, él nos atendió los días de lecturas y discusiones, siempre fue muy amable con todos, algo se dijo que era Director de Publicaciones, ahí, en el auditorio José Gorostiza se me acercó y me regaló su libro. Confieso que ni lo revisé, directamente fue a parar a la sección de la oscuridad.
“¡Oh, rosa, estás enferma!”, reza un epígrafe de William Blake, el texto comenzó a hacer efecto. Lo hojeé parado, mientras la computadora me exigía sentarme para terminar un texto, “Los gatos y los locos tienen la misma mirada./ El óvalo que circunvoluciona la ciudad deportiva es extraño; extraño como sus actividades y sus concurrentes./ Anoche no pude dormir. Moví a Diego junto a mí, le dije: Es hora de ir a correr, ¿no vamos a ir?/ Licenciado, ¿listo para entrar al aire?”
Me senté, olvide la computadora, el café caliente en el escritorio, la música de David Gilmour sólo acompañaba desde la otra orilla, se borró la tristeza que me queda cuando termino un libro mal escrito.
La estructura de La enfermedad de la rosa es atrevida, el libro todo es un atrevimiento abierto, sin amarras, con coraje, parece un texto que se escribió jugándose todas las cartas, una apuesta al todo o nada, en ocasiones llegué a pensar que se trataba del testamento de un escritor de provincia, poco o nada conocido, sí, uno de esos amantes del arte que permanecen en la oscuridad.
Si la estructura es poco convencional, el lenguaje lo es mucho menos. Estructuralmente Vicente usa varios registros, por un lado intercala conversaciones, situaciones, acciones, pensamientos en un mismo tejido narrativo, logra un ente que avanza sin avanzar, que permea al lector desde la seducción de las palabras, un modelo para armar, rompecabezas de la poesía, imágenes que se graban desde una plasticidad excitante, el coro de voces se mezclan, intercalan, confunden con un equilibrio excelente, casi perfecto.
Otra pieza estructural es una voz poética, por lo tanto no se sitúa en el tiempo, deambula entre el pasado, presente, futuro, su temporalidad es porosa, “…entrarás y el aroma a caracoles enamorados, a pétalos marchitos, a semen derramado, te dirá que ha sucedido lo que no pudiste imaginar, lo que quisiste saber, lo que tu hijo hacía en las noches de luna llena al pasearse con ese aire de homosexual del siglo XVIII por los corredores de la gran casona, lanzando ayes de puta borguoñesa en un altiplano desmadejado de mitológicas proporciones…”
Debo decir que es esta la voz que más me gusta. Sin duda Vicente es un poeta, utiliza formas literarias muy finas, elegantes, limpias, incluso recurre a ciertos metros dentro de la línea, que se convierte verso, prosa poética, dotando de un ritmo envolvente, sugerente, casi como un murmullo que revienta en disonancias, asonancias y apoteóticas muestras de virtuosismo musical.
El autor sabe de música, está familiarizado con un amplio conocimiento sobre ópera, música clásica, los grandes músicos del mundo; su amor por Mozart se deja ver inmediatamente, es un lujo leer esos pasajes donde personajes disímbolos, antípodas de un tiempo bailan una contra danza y un minué sin estorbarse, uno termina bailando con ellos.
Vislumbro a un empedernido lector de todo, su siglo de oro español lo tiene muy bien estudiado, a Shakespeare más que digerido, Oscar Wilde es su cómplice perfecto, los guiños a su obra, su biografía son más que evidentes, quizá de ahí Víctor se nutre de la tremenda ironía con la que está escrita la novela.
La presencia de José Gorostiza es latente; pero la de Carlos Pellicer es palpable, con juegos, malabares y estocadas a su poesía. Villaurrutia, Novo, y grandes poetas universales que fueron homosexuales, acompañan a los homosexuales de la trama.
Y uno se pregunta ¿cuántos años para escribir esta novela desconocida?, ¿cuántos borradores tirados a la basura de este libro que muy pocos leerán?, ¿cuánta investigación para deslumbrarnos con el caudal de información para editar un libro en letras tan pequeñas, asfixiantes, que se quedara en un libreros de libros que jamás se leerán de la literatura pedante mexicana?
Porque Vicente es un erudito, cada línea nos remonta a libros, citas, países, humor, humor, mucho humor inteligentísimo. Uno de los mayores autores que inspiraron la novela en su confección es García Márquez, sobre todo en esta segunda pieza estructural, que considero es la más lograda, de una belleza impecable, y claro el metalenguaje es casi otra pieza de la estructura: “… Y así, un torrente maravilloso de geográficos países ignotos como Nunca-jamás o Macondo y todas las islas de Rabelais y Wonderland y Arkham y Utopía fueron descritos por la familia para ahuyentar a la Muerte Culona, quien rio de ellos, bailando una rumba rumbera, guarachera, tropicalera en traje de Ninón Sevilla…” Y es que el conocimiento es abarcador, va de lo que los pedantes o snobs llaman “ lo culto” a la cultura popular, sin más límite que lo narrado.
La siguiente pieza estructural se señala con letras minúsculas del abecedario, además de estar, innecesariamente, en cursivas. Es la voz en primerísima persona del personaje principal, que se muestra de carne y hueso, sin la máscara del lenguaje, crudo, directo, nos cuenta las circunstancias de su homosexualidad, su amor a la literatura y el odio a su padre. “… Otro día, quiso que la hiciera de payaso. Me pintó las mejillas muy raro. Cuando llegué a casa, quitándome el rubor del rostro para besar a mamá, me vio severa y rugió ¡Quítate eso de la cara! ¿O qué, eres maricón? Fue la primera vez que escuché esa palabra”.
El personaje es La Corzo, un homosexual como tantos hay en nuestro México lindo y querido. La Corzo va tomando forma y rostro a través del coro de voces, y su propia voz se une a la vorágine de historias.
El padre de La Corzo lo odia, ya que representa todo lo que él aborrece, su hijo es un rebelde, es homosexual, escritor, honesto, sin pretensiones económicas, amante del arte, anti priísta declarado. El padre aparece y desde la omnipotencia lo expulsa del “paraíso” familiar “…Está bien, haz tu vida con quien quieras, pero nunca digas que eres mi hijo, es más, te prohíbo usar mi nombre. Por eso quiso que le dijéramos La Corzo. Y él mismo se presentaba: Yo soy La Corzo, así me llaman, por mala, zanquilarga y refractaria/”.
Por supuesto que la novela se asienta en líneas arguméntales que hacen una profunda critica a la provincia mexicana, su hipocresía, el desprecio casi congénito al conocimiento, su implacable aceptación de lo simplista, superficial y vulgar, el cinismo en cada acto, el chismerío como único consuelo, chovinismo terruñal de quinta, el priísmo anquilosado, empantanado como el tiempo del sureste, mediocres hasta la enfermedad, la burguesía campesina, torpe e ignorante se retrata rayando la caricatura, los políticos y sus peleles censurando la libertad de ser, en esta categoría encontramos al padre de La Corzo, periodista chayotero, locutor vendido al señor gobernado, ante pone su propios principios, a su propio hijo lo ofrece como cordero a la zarza corrompida del PRI, y como todos estos mercenarios de pacotilla termina viejo, solo, apestado, traicionado por su partido.
La crítica a la iglesia católica es ejemplar: “…Altazor, morirás, se secará tu voz y serás invisible, hacia el infinito incuestionable, en vano buscas ojo enloquecido, pues el salto no es doloroso y la caída será leve, ¿no ves que vas cayendo ya?, que ves pasar las nubes, ves los pájaros y, de repente, las gárgolas de la catedral, ¡qué desvergüenza!, te arrojaste de espaldas a la catedral, ¡Qué horror! Limpia tu cabeza de prejuicios y moral que el cielo no te reserva espacio, el cielo no vive para ti, tú no eres del cielo, demostraste ser terrenal y ves un diablo rojo que te hurga en los ojos pues si queriendo alzarte nada has alcanzado…”
Los libros sobre los que está escrita esta novela son: José Trigo, Palinuro de México, Cien Años de Soledad, con atisbos de Pitol y Elizondo.
Para finalizar quiero hacer referencia a dos partes que considero muy importantes, la primera nos presenta al padre tal cual, es un patán, pobre diablo que no sólo odia al hijo por ser homosexual, sino que le recrimina dedicarse a las letras y aún más deja ver su envidia emponzoñada de frustración, como toda envidia, al constatar que ese hijo que persigue y niega en su programa radiofónico, es reconocido: “…Porque mi hijo ha tenido premios, esos premios lo enloquecieron, señora. Fueron los que nos separaron. A medida que ganaba uno, otro, otro, se iba alejando de mí, se iba volviendo más inteligente, más creído digo yo. Lo peor fue descubrir que era puto, ¿se imagina? Él, mi hijo, viviendo con otros muchachos, prendado de ellos, haciéndose cochinadas y desvergüenzas./”.
El siguiente párrafo me parece de una honestidad completamente desnuda, directa, el autor camina por el lado salvaje, como diría Lou Reed, autor y personaje parecen fundirse y en una breve rendija de la narración se presentan tal cual: “…Siempre he sido buen escucha de los demás, es hora de que se acabe el escucha y surja el narrador, ya debo encorar páginas, dictar líneas, escribir misivas, dejarlo todo en un punto final para que nadie más dude nunca de que en San Monté, en el año de gracia de 1964, nació un escritor, ese escritor soy yo, así me llamo y me pongo en fila, demuestro mi capacidad y la gente sabe de mí y me quiere por las hermosas historias que cuento…por lo que no me quiere es por puto…pero esa es otra historia/.”
Recomiendo, si es que yo puedo recomendar algo, la lectura de esta novela, ¿dónde encontrarla? Imposible saberlo, estos libros casi están destinados al olvido, que no es lo mismo que el fracaso, espero en verdad que este no sea su destino, y ojala pronto, muy pronto una editorial “grande” publique su obra, no para que sea famoso, sino para que muchas más personas puedan disfrutar de su lectura.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Nudo de Serpientes en bibliotecas de aula

“Lo que realmente alimenta al escritor es el acto
primigenio de escribir”: Alejandro Aldana

por: DAMARIS DISNER

Alejandro Aldana Sellschopp tiene mucho que festejar. El día de ayer, dentro de la Presentación de las Bibliotecas Escolares y de Aula 2007-2008 que se realizó en la Secretaría de Educación Federalizada, se dio a conocer que a nivel nacional, de aproximadamente mil concursantes, fue el único chiapaneco en ser elegido para formar parte del Programa Nacional de Lectura, que a partir de junio del 2008 entregará a las escuelas los libros de los escritores seleccionados. Fruto que hará posible la edición de 37 mil ejemplares de la novela histórica Nudo de Serpientes, los cuales serán distribuidos a nivel secundaria. En entrevista, nos compartió el logro que lo sitúa entre los chiapanecos que forman parte de las bibliotecas escolares a nivel nacional.
¿Cómo surge la oportunidad de participar en la selección del Programa Nacional de Lectura?
“La Secretaría de Educación todos los años publica su convocatoria, que sale a nivel nacional; así como cualquier hijo de vecino yo vi la convocatoria, me interesó y mandé mi novela Nudo de Serpientes a participar”.
¿Cuál es el tiraje que se va a hacer de estos libros?
“El tiraje es bastante rico, porque son 37 mil ejemplares más o menos, de lo cual el objetivo es cubrir todas las bibliotecas de aula a nivel secundaria. Como lo tienes que registrar por categorías, lo registré a nivel secundaria y como novela histórica; así que va a estar en todas las bibliotecas de México, de aula, a nivel secundaria”.
Tu libro abarca una parte de la historia de Chiapas que posiblemente no todos conocen, como creador es una responsabilidad porque vas a estar a nivel nacional mostrando este lado que podría decirse es un poco gris o turbio de la historia del estado…
“Yo creo que esa es la parte más satisfactoria del proceso, al escribir una novela que es bastante crítica del proceso histórico del estado; primero, que haya sido seleccionada por una institución de gobierno federal y que esté esta obra de carácter crítico en todas las secundarias, el espectro del lector crece inmensamente, nosotros generalmente tiramos libros de mil ejemplares. Nudo de serpientes se publica por primera vez en el 2004, teniendo un tiraje normal, se agota el libro, y luego sacamos una segunda edición con la Editorial Viento al Hombro en el 2007; y te puedo decir que la segunda edición se está agotando y no hemos terminado el año. Y mando a terminar la novela y ahorita a principio de año, creo que como en febrero, va a estar en todas las bibliotecas con un tiraje de 37 mil ejemplares y si es bastante, muchos lectores y el contenido que es crítico pues llegará a mucha gente”.
¿Cómo cambia la vida de Alejandro Aldana como escritor, como persona, por este evento?
“Absolutamente en nada, lo chistoso es esto, que en realidad no cambia nada, yo creo que cuando el escritor tiene una vocación genuina de crear, la verdadera alimentación del escritor es en el momento de estar escribiendo, estar sentado frente a la máquina y estar escribiendo, ese es el momento de mayor placer, de mayor goce, y lo que viene después, si se publica el libro o si se gana el premio, ya son cuestiones muy secundarias, por lo menos yo lo veo así; no cambia el acto primigenio de la creación que es lo que realmente más alimenta al escritor, que por lo menos para mí es escribir. Si esa novela le gusta a alguien ya es una ganancia; si esa novela gana un premio o es comentada por la gente es secundario”.
Al ser una novela histórica, ¿qué comentarios has tenido de los historiadores?
“Tuve la suerte de que el doctor Andrés Aubry fuera quien me revisara toda la parte histórica, era mi chicotito en la función histórica; entonces él me fue comentando y sentando errores, yo tenía muchos errores en el sentido histórico, y de hecho él acepta a hacer la introducción al libro, por esa parte tuve muy buen asesor”.
Y los proyectos venideros…
“Ahorita estoy preparando el segundo tomo de la colección que estoy sacando con la SEP de cómo narrar, y estoy terminando una novela que ya llevó como cinco años escribiendo. Es una novela histórica que no transcurre en México sino en Austria, en 1791; me fui totalmente de México, y yo espero que el próximo año ya la puedan leer”.
Enhorabuena, Alejandro, colaborador entusiasta de esta sección cultural.

Ladillo:“Estar escribiendo, ese es el momento de mayor placer, de mayor goce, y lo que viene después, si se publica el libro o si se gana el premio, ya son cuestiones muy secundarias, por lo menos yo lo veo así; no cambia el acto primigenio de la creación que es lo que realmente más alimenta al escritor, que por lo menos para mí es escribir. Si esa novela le gusta a alguien ya es una ganancia; si esa novela gana un premio o es comentada por la gente es secundario”.

martes, 27 de noviembre de 2007


Bajo la máscara de William Shakespeare UNO

Por: Alejandro Aldana Sellschopp

Shakespeare es uno de esos autores como Homero o Esopo, verdaderos clásicos que han sobrevivido a modas, tendencias estéticas, críticas y verdaderas injurias. Sus biografías no existen, carecen de certificados de autenticidad, sin embargo son adorados, poco leídos, multicitados y presumidos en cafés de artistos.
La vida totalmente libresca de Shakespeare se escribió por propios y extraños, su figura fue moldeándose al paso del tiempo, cada época agregó un rasgo, una cualidad, anécdotas descabelladas, incluso obras y viajes.
A ese fantasma que llamamos Shakespeare le atribuimos 154 sonetos, 36 dramas y el poema Venus y Adonis, y algunas otras obras pequeñas. Hagamos un alto necesario: ¿en realidad existió Shakespeare?, ¿es él o ella?, ¿escribió todas esas obras maestras?
El documento más antiguo que menciona su nombre es una cédula bautismal, según esto fue levantada en la iglesia parroquial de Stratford-upon-Avon, fechada el 26 de abril de 1564 y el nombre de la criatura es: Guglielmus filius Johannes Shakespere o Shaksper. Como pueden observar, los problemas comienzan desde el origen, como suele suceder, las grafías del apellido no corresponden al Shakespeare que el mundo occidental tanto admira. ¿Se tratará del mismo hombre que años después aparecerá en Londres para forjar una de las leyendas más maravillosas que la historia de la literatura haya creado? Aquel de quién se dice, se cuenta, se oye hablar; pero no podemos asegurar casi nada.
Si bien, no tenemos indicios claros de su nacimiento, podríamos entonces tratar de buscar al autor, es decir Shakespeare como poeta y dramaturgo, algo debe estar registrado, sobre todo si dejamos en claro que estamos hablando de uno de los escritores más importantes de la historia de la humanidad, considerado como el padre de la lengua inglesa.
La master of the revels y Stationers company, es la autoridad encargada de los registro de obra en Inglaterra, con la finalidad de defender los derechos de autor, pues bien, en dichos archivos no existe el registro de ¡ninguna obra de nuestro autor! Aquellas magníficas piezas que atiborraban de espectadores The Globe u otros teatros de Sounthwark, no aparecen en los archivos. Simple y sencillamente se ha extraviado. ¿No deja de ser extraño que precisamente desaparezcan los datos del más grande escritor inglés?
Estamos frente a lo que los ingleses llaman un skeleton in the cupboard, un esqueleto oculto en el armario familiar, o lo que nosotros denominamos Aquí hay gato encerrado.
Al hablar de Shakespeare es confirmar lo dicho por Graham Phillips y Martín Keatman, en su libro La conspiración Shakesperiana, cuando dicen: “Una cosa que sucede en la biografía de Shakespeare es que, donde en el siglo XVIII asoma un “tal vez”, en el XIX esto se vuelve “probablemente” y, más tarde, “definitivamente”.
Así es como se ha escrito la vida de Shakespeare. Por ejemplo el investigador John Aubrey, agrega una rayita al tigre cuando hacia 1681, 65 años después de la muerte de nuestro autor, cita a un empresario teatral de nombre William Davenant, diciendo que Shakespeare nunca corrigió un solo verso. Y claro, la cita se acuñó a la grandeza del dramaturgo.
Para complicar más esta historia de enredos y equívocos digna de….Shakespeare, tomaremos la afirmación de Gustavo Artiles, que nos coloca en verdadero predicamento al proponernos que en realidad se trata de ¡3 Shakespeares!
Ellos son:

a).- Shakspere o Shaksper: Comerciante de Stratford.
b).- Shakespeare: El actor de Londres.
c).- Shake-speare: El autor secreto de los texto, pero este último bien podría tratarse de varias personas.
De todos los nombres, que según diversas investigaciones, podrían ser el verdadero Shakespeare, mencionaré solamente los más creíbles: Christopher Marlowe, Edward de Vere, decimoséptimo conde de Oxford, y uno que muchos investigadores afirman y reafirman, ni más ni menos que Francis Bacon, que no está por demás decirlo también se le atribuye la autoría del Quijote .
Se han manejado hasta 64 nombres, entre los más inverosímiles pero que hacian aún más interesante la novela están: el gran Ben Jonson, amigo de Shakespeare, quien lo bautizó como El dulce cisne del Avon, Jonson escribió de manera magistral sobre la obra de Shakespeare, en alguna parte afirmó que lo amaba sin llegar a la idolatría. Sin embargo sí lo idolatraba. Raleigh, sí claro, suena tonto, pero llegó a considerársele tal gloria, y la más loca opción: la reina Elizabeth. Ripley: Aunque usted…no lo crea.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Una noche con la música

Los imprescindibles
Por: Alejandro Aldana Sellschopp.

Es probable que para muchos Queen represente una etapa decadente del rock, si bien es cierto su carrera está plagada de altibajos, no podemos dejar de reconocer que su contribución a la música del mundo es fundamental, dueños de una potencia aterciopelada, reyes (perdón reinas) de estructuras melódicas impresionantes, que bien podrían ser la envidia de Brian Wilson o los Beatles, sustentadas en la inigualable voz y estilo de Freddie Mercury, sino escuchen al “nuevo” Queen con Paul Rodgers, y el sonido único que le imprimía la guitarra de Brian May, músico poco valorado en su justa dimensión.
El año clave para el grupo fue 1975, ya que como en todas las obras maestras de la música, encuentran al productor adecuado: Roy Thomas Baker. La experiencia y pericia de Roy se verán reflejadas en el disco, la experimentación con capas de sonido, retroalimentación, coros superpuestos y muchísimas cosas más fueron posibles gracias a los vastos conocimientos del productor. Sumado a esto vemos a un grupo consolidado, maduro musicalmente, forjadores ya de un sonido característico, las tendencias sinfónicas, el montaje de piano y guitarra apuntalados con coros agresivos pero melódicos, son el lenguaje que les permite transitar por la oscuridad y la luz transparente, como podemos escuchar en Great King Rat y su primer gran éxito Killer Queen. Su anterior disco Ser Herat Attack, los había colocado como una banda de interés para un público más extenso y los críticos; sin embargo la bonanza económica no llegó al grupo, como suele suceder el manager los había robado, en quiebra y con la brújula averiada el grupo estaba más cerca del abismo.
Brian May contacta a John Reid, que fue manager de Elton John, quien le dijo “yo les arreglo los problemas, ustedes vayan y hagan el mejor disco que se haya escuchado nunca”, y los muchachos lo tomaron muy en serio. Revaloraron su propia historia, ya en Queen II vemos indicios de recursos de composición que retomarían, el barroquismo de su música era patente, un barroquismo que nunca cedió demasiado, debemos decir que Queen fue sobre todo pop, aderezado con maestría musical, y para ello se valieron del estudio como un instrumento más, una tendencia común en la época, tuvieron acceso a la primera mesa de 16 canales, después una de 24, y sobre todo contaron con tiempo, sin prisas ni presiones. Queen contó solamente con 45 mil libras para elaborar su obra maestra y vendió millones y millones de discos, Bohemian Rhapsody se mantuvo nueve semanas consecutivas, y es para muchos la mejor rola de todos los tiempos.
Como en ninguno de sus discos, quizá únicamente en Inuendo, la paleta sonora de Queen fue tan variada, rock, baladas, progresivo, elementos orquéstales y sinfónicos se funden para crear uno de los discos más importantes de la historia del rock. El nombre del disco surge una tarde en la que la banda se queda en el estudio para ver una película de los hermanos Marx, el título?: Una noche en la ópera. Tiempo después los miembros de la banda visitan a Groucho, como homenaje, posteriormente volverían a utilizar el título de otra película de los Marx para rubricar un disco.
El disco comienza con una intro que hace de overtura, contiene el germen de las piezas a desarrollar, un piano desplegando algunas figuras sencillas, efectos muy probablemente realizados con la guitarra, hay que decir que en el cd no se usan sintetizadores, capas de guitarra, y un compás de guitarra pesada que se ahoga en un sonido que va creciendo en intensidad y volumen para interrumpirse de golpe, cayendo en un desnudo sonido de piano, instalándonos en la primera rola en forma Death on two legs, en el titulo se agrega un paréntesis que dice (Dedicated to…), la dedicatoria es para el anterior manager que no sólo les había robado, sino que les auguró un futuro negro, el fracaso total, es una pieza de cierto sonido pesado sin dejar su marco pop, Brian May en su afán de tener un sonido único fabricó su propia guitarra, y uno de los aditamentos que la hacen tan especial, son las pastillas que están colocadas de tal manera que provocan un sonido lleno de armónicos, en esta canción escuchamos armónicos excelentes, los coros y la voz de Mercury dotan al sonido pesado de armonías muy potentes. Si bien el disco no es conceptual, estrictamente hablando, sí encontraremos una estructura con un sin fin de vasos comunicantes, así como puentes que interconectan una rola con las otras, parecido al Abbey Road de los Beatles, así el puente de la primera canción a la siguiente es un brevísimo eco que se ensordece y nos coloca frete a otro piano solitario, así comienza Lazing On A Sunday Afternoon, es el tema más breve, de tan sólo 1:07 minutos, la voz se escucha desde un eco muy especial, y es que se gravó mediante un sistema de tubos y micrófonos con lo que lograron producir ese efecto grave en la voz de Freddie, la intención era, y vaya que se logró, hacernos creer que escuchamos una vieja canción inglesa por algún miembro de la realeza.
Roger Taylor es conocido en el mundo de la música por muchas cosas, entre ellas su buena onda, es muy querido en el medio, sus locas fiestas son famosas, como aquella ocasión en la que rentó un reflector, tipo batman, que iluminó todo Londres proyectando su nombre en el oscuro cielo, sólo para anunciar el lugar en el que se celebrarían sus cumpleaños; pero Roger es mucho más que eso, sin duda es uno de los mejores bateristas, siempre se ha subestimado su contribución, además cantaba muy bien, una voz que era perfecta para un grupo como Queen, en aquellos lejanos años setenta, era difícil ver a bateristas que cantaran, más allá del buen Ringo que siempre desafinaba, pocos lo hacían, Taylor cantaba, hacia coros, y de vez en cuando componía. Precisamente él es autor de la tercera rola, una de mis favoritas, la subestimada siempre I’m In Love In My Car, dedicada supuestamente a su coche, aún que Brian comentó en una entrevista que Roger le canta a algo más que un coche, si bien la letra es sencilla, simple, casi tonta, la manera de cantarla es excelente, y miren que decir eso teniendo a Mercury en el mismo disco es mucho decir, la rolita comienza con una micro-intro que anuncia la potencia de ese motor, la voz de Taylor emula un motor bien aceitado, la guitarra es un poema con sus arreglos y figuras, los armónicos se engarzan con los coros y los efectos de autos que pasan a toda velocidad.
Después de la coda donde escuchamos motores comienza el piano eléctrico de John Deacon, buen bajista, el más reservado del grupo, escribió pocas rolas aunque llegaron hacer grandes éxitos comerciales, quedó tan asqueado del mundo del disco que se negó ha acompañar al grupo en su regreso. You’re My Best Friend, está dedicado a su esposa, si bien el tema es algo cursi, dulzón, es de muy buena manufactura, el tema sigue siendo hay día la segunda rola más pedida en estaciones radiales de gringolandya.
Brian May es un músico excepcional, la parte perfecta que completaba el gran talento de Freddie Mercury, uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos, quizá sus mejores composiciones se encuentran en este disco, y es precisamente una de ellas ´39 compuesta y cantada por May, el tema es complejo ya que contiene muchas capas de sonidos que embonan a la perfección, las guitarras acústicas, un bajo casi de cuerda-cajón, la ausencia de batería, la pandereta y el bombo apagados, imprimen un sonido fresco, propio del mejor Folk inglés, la letra es interesante, se trata de un hombre que viaja al espacio y cuando regresa todo es completamente distinto, el tiempo es relativo, parece la teoría de la relatividad musicalizada.
La belleza melódica de ´39 deja a Sweet Lady, rolita que es dinamita pura, con un rif de guitarra inolvidable, y una batería justa, sin excesos.
En cierta ocasión Freddie y Roger comenzaron a jugar con unos dedales, los colocaron en sus dedos y comenzaron hacer sonidos, ritmos, sobre un escritorio, con la boca hacían ruidos de trompetas y trombones, así nació la rola-broma Seaside Rendezvous, es la pieza atípica del disco, ya que suena a Charleston, la interpretación de Freddie es fundamental, ya que en su tono de voz lleva toda la ironía, picardía, y desparpajo que se necesitaba, por supuesto la orquestación es perfecta, sobre todo los metales.
Si en este disco no estuviese la magnánima Bohemian Rhapsody, diría que The Prophet´s Song, es la mejor rola, su estructura es impecable, debe escucharse con calma, disfrutando los matices, la tremenda coloratura de instrumentos y sobre todo las voces que se convierten en un verdadero huracán de sonidos y tonalidades, las atmósferas se logran increíblemente, la guitarra acústica y el arpa, nos descubren mundos sonoros que rayan en lo onírico. Y es que la canción nació precisamente en un sueño, cuenta Brian que soño la historia de un profeta que decía un sermón, además recordaba partes de la música, lo cual rescata para componer esta pieza magnífica, además se integra un instrumento llamado koto, que le da un sonido limpio y cristalino, en realidad era un juguete que Taylor se llevó de uno de sus viajes a Japón, logró afinarlo y aprendió a tocarlo. La sección hard es muy potente, con mucha fuerza, coros agresivos, para regresar a lo acústico. Haciendo un puente muy natural llegamos a Love of my life, hermosa balada, un clásico indiscutible en el repertorio de Queen, nuevamente la voz e interpretación de Freddie son destacables, además la manera de tocar el piano es maravilloso, la guitarra acústica y los bellos arreglos de arpa de Brian son la clave de una rola que está más allá de los géneros, en la sección de guitarra eléctrica entendemos porqué May es uno de los guitarristas más respetados, ¿cómo diablos logra que su lira suene a chelo? Increíble.
Good company es un buen tema, sin embargo considero que el lugar que le asignaron no era el más adecuado, ya que rompe con la atmósfera lograda hasta ese momento, es un corte a la manera de Seasede… es autoría de Brian quien toca un banjo-ukulele, muy parecido al que tocaba su padre, y en el que el propio Brian aprendió a tocar, antes de pasar a la guitarra. Es interesante escuchar la orquestación de vientos, los clarinetes son excelentes, los trombones hacen muy divertido el viaje.
Y…..bueno, bueno, llegamos a la cumbre del disco, de la historia misma de Queen y una de las cúspides del rock, rola-opereta que ha marcado muchas generaciones, compleja, única, barroca. Compuesta en su totalidad por Freddie Mercury, es una pieza polifónica absolutamente excepcional, producto del estudio, imposible tocarla completa en vivo, por ello en los conciertos se ponían partes gravadas en pistas, sobre todo la parte operística. Es una verdadera montaña rusa de sensaciones, de la dulzura, desesperación, tristeza, hasta la explosión del hard, la alegría y un vacío extraño. Rola votada como la mejor de todos los tiempos, podemos estar en desacuerdo, pero sí es una de las mejores de todos los tiempos. La canción es revolucionaria en muchos sentidos, la fusión de varios estilos: rock, balada, ópera, hard, entre otros, logrando un equilibrio excelente. Nadie quería pasarla en sus emisoras de radio, ya que decían que era muy larga, incluso los dueños, mmm siempre los dueños de la disquera se oponían, se cuenta que freddie llevó una maqueta a un amigo que tenia una pequeña radiodifusora y cuando la escucho la pasó en un día más de 20 veces, sin que el sencillo saliera al mercado oficialmente.
Roger Taylor cuenta: “No hubo un plan, sucedió como iba pasando. Freddie vino un día y la tenía escrita, completa, en la parte de atrás de guías telefónicas. Tenía todas las armonías escritas, y ya tenía pensado todo en la cabeza, sabía exactamente cómo quería que sonara. La mitad del tiempo no sabíamos realmente cómo era la totalidad, qué iba a sonar cuándo la termináramos. Eso fue muy sorprendente. Hay armonías enormes y él tenía la mayoría de antemano en su cabeza”.
Freddie Mercury comentó:“Fue una tarea monumental, hecha en tres secciones bien definidas y luego ensambladas. Cada una requería gran concentración. La sección de ópera fue el gran desafío, porque queríamos recrear una gran armonía nosotros tres. Eso significó un montón de sobregrabaciones y otras cosas. Creo que entre los tres, Brian, Roger y yo, recreamos un efecto de coro de 160 a 200 integrantes. Es un tremendo rango de armonías, involucró hacerlo una y otra y otra vez para que sonara más y más grande. En la parte del “no, no, no” en diferentes escalas, nos sentamos ahí cantando “no, no, no” como 150 veces. Nos volvimos locos”.

Roger Taylor: “La cinta quedó casi transparente, de verdad. Eran tiempos de 16 canales y apilábamos sobregrabaciones... La cinta no aguantaba más, había pasado tantas veces por las cabezas de grabación que había perdido el óxido. Fue mucho trabajo y bastante tedioso, pero luego de tres horas de grabar podías escuchar una partecita y estaba muy bueno. Era un gran paso para nosotros, porque nadie estaba haciendo algo así. Es una gran canción, seria pero con sentido del humor, especialmente en el pastiche del medio. Nos pareció buenísima, hilarante, grandiosa, excitante... divertida”.
En fin sólo de la rola se podría escribir muchísimo, pero más que tantos rollos hay que escucharla, es una obra de arte, y el arte no necesita de muchas explicaciones para que nos seduzca.
El disco cierra tan bien, que la rola se convertirá en el cierre oficial de todos los conciertos de Queen, es ni más ni menos que God save the Queen, los arreglos de guitarra son excelentes, acompañados de los timbales y platos de Roger Taylor. Así que si quieres escuchar una obra fundamental del rock y despojarte de cierto snobismo hard, escucha y disfruta de este disco magnifico o o o o o o o o o o o …..

martes, 13 de noviembre de 2007

Intercede por mí, santa madre, tú que toda poderosa eres

por: Rodrígo Solís
Antes que nada, quiero decirte que te quiero mucho. Sé que nunca te lo digo de frente y que la cara de ogro embravecido que pongo cada que nos vemos (que es casi nunca) no ayuda mucho para que me creas, pero debes entender que a mis 28 años, bajo ningún concepto, frente a mis amigos o frente a cualquier ser humano, debes decirme “véngashe mi bebeshito lindo, qué bonito él, agu gu gú” palmoteándote los muslos en señal de que me siente en tu regazo. Aunque créeme me encantaría complacerte, es decir, dar un gran brinco y caer sobre tus piernas y abrazarte y darte muchos besos, por desgracia hay dos factores que me lo impiden: los más de 1.80 metros que mido y los 80 kilos que peso. Sé que no eres una anciana (aún), pero dudo que tus huesos soporten mi peso, como no soportaron hace algunos años tu penúltima caída cuando te rompiste la clavícula al salir volando por los aires como la Novicia Voladora en aquel restaurante de mariscos aquí en Campeche.
Hablando de Campeche y del anuncio de tu visita el próximo fin de semana, quiero contarte una serie de sucesos desafortunados que me han ocurrido últimamente. Tranquila, no es nada grave, respira profundo, sé que eres una mujer de emociones propensas al infarto, así que hazme el favor de que cuando leas lo que vas a leer a continuación no se te vaya a ocurrir morirte de uno. ¿Lista? Bien, fíjate que estoy metido en un problemón, de esos de los que tanto me advertiste me abstuviera de protagonizar por culpa de la malvada escritura. Sí, sí, sé que te había dicho que el problema no era nada grave, pero en realidad sí que lo es, así que mejor que lo sepas por mí que por los cientos de amistades que tienes aquí en Campeche. Este problema igual y no sería tan grave de no ser porque llegó a oídos del gobernador, o al menos eso es lo que dice la gente. Así que si te deja de llegar como cada año tu invitación al informe de gobierno, no llames al servicio de correo para quejarte.
Resulta ser, querida mamá, que un escrito mío que se publicó en una revista muy pero muy importante de cobertura nacional, misma que, te prometo, no tenía idea de su existencia antes de que me publicaran y me invitaran al DF a presentarla, ha causado gran conmoción y descontento en el seno de la sociedad campechana, es decir, a los muchos políticos, periodistas, intelectuales y señoras copetudas con peinados de cacatúa que cada dos meses hacen largas e interminables filas en la puerta de la librería Levante para poder leer la revista Tierra Adentro. Sé que me lo advertiste, que nunca debí abandonar el importante corporativo en el que trabajaba, el cual me hacía ver como un hombre de bien y de respeto. A estas alturas sería gerente, no andaría en un volcho destartalado y te hubiera bendecido con un par de nietecitos berrinchudos que te llenarían de canas tu nuevo peinado de periquito australiano. En cambio veme ahora, desprestigiando a nuestros antepasados y a todo el pueblo de Campeche, tierra de ilustres hombres y mujeres que se saben de pe a pa la historia de la ciudad y que son celosos defensores de sus murallas y sus tradiciones.
¡Qué vergüenza, madre mía! Hasta en el último rincón del país se ha leído mi escrito, el cual espero nunca leas para no avergonzarte más de lo que ya debes estar a estas alturas, cuando todo México se ha creído mis sucias mentirotas; porque dije que los fines de semana el malecón de Campeche, donde está prohibido beber en la vía publica, se convierte en la peregrinación de cantinas ambulantes más grande del mundo, lo cual, como tú bien sabes, no es verdad, como tampoco es verdad que la televisión campechana sea más bizarra que la japonesa, porque en los programas de Campeche de ningún modo aparecen ante las cámaras amas de casa vestidas como si las hubieran capturado camino a la tiendita de la esquina a quienes plantan frente a un conductor cincuentón con cejas depiladas que le dan la apariencia de un muñeco de ventrílocuo, maquillado y peinado como una dama de sociedad, cuyo patiño, al menos al momento en que redacté el escrito, era una botarga de burro que cuan largo es el programa permaneció erotizada y no tuvo empacho de montar al conductor cada que éste dejó caer “accidentalmente” sus notas al suelo; como tampoco es verdad que otro conductor, que es la respuesta campechana a Don Francisco, sólo que un poco más libidinoso y panzón, jamás de los jamases fuera de alguna alucinación mía, agasajó a las mamacitas campechanas que asistieron a su programa del Día de las Madres para su sorpresa, espanto, horror y placer, con una tripleta de nudistas fortachones que como parte del show subieron al escenario a una señora inocente a la que procedieron a victimar mediante “el Remolinillo”, un lúbrico embate que consiste en frotar rabiosamente el tridente de genitales de los bailarines en las caderas de la aterrada dama, mientras esta intenta escapar tirando manotazos.
¿Te das cuenta, mamita? Qué horrible y despreciable ser humano soy. Por querer hacerme al gracioso comenté, y esto es absolutamente falso, que al entrar a los antros de Campeche la panorámica es como si veras una fotografía donde siempre aparecen las mismas personas, en las mismas mesas, en la misma pose, con las mismas parejas, donde lo único que cambia cada fin de semana es el guardarropa, y eso, a veces. Pero eso no es lo peor, pues también dije la mentira más grande y fea de la historia: que en los burdeles y tumbaderos de la ciudad (los cuales, desde luego, no existen) existe una alta probabilidad de que te topes con tu papá, tus maestros y/o el párroco de la iglesia. Otro ataque fatal, y falso como todo lo que digo, fue mencionar que el Carnaval de Campeche presenta a los ciudadanos la oportunidad perfecta para travestirse o protagonizar el escándalo del año. Y también que Campeche es el único lugar del que se tiene conocimiento que ha mandado a concursar a Miss México, en años consecutivos, a unas gemelas idénticas, dejando a Lupita Jones y a los jueces del evento por demás confundidos. Otra de mis calumnias de pésimo gusto fue la de enumerar una serie de monumentos que para mí (y para un grupo insurrecto de escritores locales) deberían ser considerados Maravillas Arquitectónicas del Mundo Moderno: Los Jardines Colgantes de Panchito Brown, La Sandwichera Más Grande del Mundo, El Partenón Campechano, El Atorado, La Hija de la Estatua de la Libertad, El Monumento a las Madres Mutantes de Seis Dedos, El Monumento a “Papá por Siempre”, etcétera, cada uno de ellos dotado de una truculenta historia propia. Sobra decir que en esta interminable marejada de mentiras no podía estar ausente el marketing del tercer mundo que se maneja en la ciudad, donde la tienda “Bicipollo” no vende bicicletas ni pollos, y la pizzería “Xavier” distribuye (o distribuía) su producto en cajas de una pizzería que quebró hace años en la ciudad vecina de Mérida. Sin olvidar, como cereza en el pastel de esta retahíla de inventos míos, la mención de personajes ilustres de la sociedad campechana como Regina, esa señora con poderes sobrenaturales que predijo a mediados de los años ochenta que un diluvio de proporciones bíblicas acabaría con la humanidad y, armada de valor, recolectó donativos entre sus vecinos para construir un Arca tan impresionante como la de Noé, con la diferencia de que los tripulantes, en vez de ser animales, serían campechanos; o el inolvidable Exorcista de Bellavista, un pastor que aseguraba haber sido curado de su homosexualidad por el Espíritu Santo, que al hacerlo lo había dotado de poderes sobrehumanos para liberar a los jóvenes de los sucios deseos de la carne empleando el método siguiente: “¿Quién de ustedes se masturba?”, preguntaba a sus jóvenes feligreses, y cuando alguno confesaba hacerlo, el pastor lo tomaba con fuerza de la entrepierna y comenzaba a frotarla enérgicamente al tiempo que exigía en el nombre de Dios a los demonios abandonar el cuerpo del muchacho.
Es por todo esto, mamá, que con ojos llorosos y manos temblorosas te pido perdón. Y también te pido consejo y ayuda para que intercedas por mi, tú que eres toda poderosa gracias a tus amistades poderosas, y le supliques al gobernador y a todo su gabinete que sean misericordiosos pese las molestias que les he ocasionado. También dales mis más sinceros y afectuosos saludos, además de un agradecimiento por haberse tomado la molestia de leerme, aun interrumpiendo sus importantísimas actividades como son la persecución del narcotráfico, batallar con los accidentes de las plataformas petroleras que están contaminando nuestros mares, y la construcción del interminable monumento en honor al 150 Aniversario de la Emancipación Política del Estado, el cual, si el tiempo te lo permite, te pido que les sugieras renombrarlo como Monumento a la Paciencia de los Campechanos, y no porque su partido lleve instalado en el poder tanto tiempo, sino porque todos los días tengo que pasar cuatro veces por la glorieta donde están haciendo la construcción y siempre hay una nueva calle cerrada y mil agujeros en las calles que han despedazado los neumáticos de mi coche en un par de ocasiones. Como estoy casi seguro que tendrás tiempo de sobra para charlar con él, por favor, ponte de rodillas como yo lo haría, entrelaza las manos como yo lo haría y llórale como yo lo haría para que por favor no me quite la beca de la que actualmente vivo (mitad federal, mitad estatal), la cual, como dijeron tus amistades que no están afiliadas a ningún partido político, me gané merecidamente con el sudor de la frente y a punta de ser un autor publicado en periódicos, revistas y páginas de Internet en la península, centro y norte del país, al igual que en Centroamérica, Sudamérica y España.
Mamita linda, antes de poner punto final a esta larguísima pero necesaria carta, tengo que aceptar y reconocer con el dolor de mi alma que bien y sabiamente me lo advertiste: que este oficio (si es que lo llegaste a llamar alguna vez oficio) sólo le acarrearía problemas y vergüenzas a la familia. Es por eso que utilicé este medio (ignoro en qué periódico estés leyendo esta carta, ya que es el único medio con el que puedo dar contigo pues te rehúsas a usar la computadora y menos el Internet) para ofrecerte mis más sinceras disculpas por adelantado, mismas que te servirán para prepararte y contar con el tiempo suficiente para ensayar tu mejor cara de sorpresa y/o indignación en las reuniones de este fin de semana cuando tus amistades te digan que tu hijo es un ............... (llena los puntos con el insulto de tu elección), por haber publicado GUÍA PARA NUNCA VISITAR CAMPECHE, título que, te hago la puntual aclaración, no fue de mi autoría sino de los editores que lo publicaron, quienes además tuvieron la bondad de ponerlo bien grandote en la portada de la revista. Mismos editores que no han duda en llamarme en repetidas ocasiones ofreciéndome sus más sinceras disculpas, ya que este problema ha llegado a nivel federal. Pero no te preocupes mamá, que yo a estos buenos señores, a quienes considero mis amigos, les acepté con mucho placer sus disculpas al igual que el ofrecimiento que me hicieron para publicar con ellos en el próximo número de la revista, el cual, para apagar los fuegos encendidos, será (a sugerencia de mi muy querido amigo y colega Eduardo Huchín) el mismo texto de la publicación pasada, igualititito, sin cambiarle una coma, excepto el título, que en esta ocasión se llamará: “GUÍA PARA VISITAR CAMPECHE”.
Todos sabemos que no será un éxito de ventas como el número anterior, pero al menos sí que dejará conformes a ciertos habitantes campechanos que no leen más allá de los títulos de los libros, periódicos y revistas.
Con cariño, tu hijo Rodrigo, orgulloso de ser, hoy y siempre, campechano.

Sólo para mayores de 18 años (de resistencia)

por: Eduardo Huchín

La ciudad de Campeche es una de las cosas más hermosas de este mundo, sobre todo cuando hay decenas de obreros haciendo que parezca Cuba. Entonces no se asemeja ni a Cuba ni a Campeche sino al set de “Resident Evil 3”. Cualquiera diría que entre la locación de “El Argentino”, la Cápsula del Tiempo y las baches por lluvias no habría nada más que afectara la paz de los campechanos. ¡Error! Vaya que sí lo hubo; el atentado se dio esta semana y se dio a nivel literario. Se llamó revista Tierra Adentro, número 148. Si no la conoce, si nunca ha oído hablar de ella, usted es parte del 99.99 por ciento de la población que no la va a tener. El lunes fui a comprar una de esas revistas porque ahí aparece un artículo mío dedicado a Los Simpson. Cuando llegué a la librería y pregunté por la publicación, la encargada me respondió en voz baja: “Pero no lo digas tan fuerte”.“¿Por qué?”, pregunté. En el fondo me sentí como en la adolescencia, adquiriendo mi primera Playboy. “Porque sale un texto llamado ‘Claves para nunca visitar Campeche’”, me dijo la vendedora mientras sacaba del anaquel la mencionada revista, que había sido escondida detrás de unas publicaciones de desnudos artísticos. “¿Y qué tal?”, proseguí. Por supuesto que conocía el texto de Rodrigo Solís que hablaba sobre Campeche, pero quería saber por qué tanto misterio para comprar un ejemplar. “Pues el texto, normal… pero parece que mucha gente se enojó. Les pareció un insulto. Hubo hasta un reclamo gubernamental a Tierra Adentro y toda la cosa. Creo que hasta quieren linchar al autor”.“¿Cómo, tanto así?”“Sí, de hecho, hace rato vino el tal Rodrigo, mirando para todos lados, con la barba crecida y lentes negros. Ah, y una playera del Teletón, dizque para que los francotiradores titubearan antes de disparar”. “Tremendo”, comenté conmocionado. “Pero hasta donde sé, Tierra Adentro no la lee nadie, ¿cómo se pudo haber dispersado el escándalo tan rápido?”. “Ja”, rió como si me hablara de una obviedad, “con lo del escándalo, se ha vendido como nunca. Muchos jóvenes vienen, entran rápido, miran los libros por encima, ojean unas cuantas revistas del anaquel, están un rato por el área infantil y cuando sienten que nadie los mira nos preguntan por la Tierra Adentro. ‘El número sobre Campeche’, nos especifican engrosando la voz”. “Sí, lo entiendo, no vaya a ser que se lleven la revista anterior, donde sale José Emilio Pacheco”. “Jaja, de hecho eso sucedió. Llegó un tipo que estaba tan nervioso que agarró el primer Tierra Adentro del anaquel sin darse cuenta que era otro número”. “¿Cómo sabes que no quería leer sobre José Emilio Pacheco?”“Nadie que lea a José Emilio Pacheco tiene tantas manchas de sudor sobre la camisa”. “Ah, ya. Pero no entiendo”, quise reflexionar, “¿cuál es el motivo de indignación?”“Hasta donde sé, creo que el autor nació en Yucatán”.Comprendí todo de un solo golpe. En este Campeche nuestro, el talón de Aquiles de cualquiera comienza y termina en un Registro Civil. Puedes firmar cien papeles para desviar fondos, pero el único documento que te va a hundir es tu acta de nacimiento. “Pero ese rencor peninsular es absurdo”, me expliqué. “Para ponerlo en términos literarios: es como que celebremos los 150 años de la tragedia de Romeo y Julieta y pensemos que la única manera de sentirnos más Capuletos que nunca es acribillando a nuevos Montescos. ¿Qué demuesta eso? Que no hemos aprendido nada de la Historia”. “Mmm, sí, lo entiendo, aunque, por otro lado no sé… ¿Ya leíste bien el artículo? A lo mejor afecte la imagen que tiene Campeche en materia turística”. “¿Qué?, ¿un artículo de una revista cultural va impedir que los turistas lleguen al estado? ¡Por favor! Lo más al Este que puede llegar Tierra Adentro es Cancún; la Sectur tiene entre Frankfurt y Berlín para escoger”. “Eso”. “Incluso podríamos hacer un curioso ejercicio estadístico: medir cuántos turistas querían venir a Campeche y cuántos desistieron de hacerlo después del artículo de Rodrigo. No obstante, tendríamos que ponderar nuestros cálculos. Como la revista sólo está editada en español sólo atenderíamos turistas hispanohablantes. Pero ¡ojo! la revista únicamente se distribuye en México, así que sólo consideraríamos a los turistas que estén ya dentro del territorio nacional al momento de planear sus viajes. No conformes con ello, el universo poblacional tendría que reducirse a todos los posibles excursionistas que saben de la existencia de las librerías Educal y que estuvieran en una de sus sucursales al momento de pensar en un buen destino para sus vacaciones. ¿Sueles pensar en tus vacaciones dentro de una librería?”.“Si trabajas en una, sí”. “Bueno, entonces comenzaríamos contabilizando a los empleados de Educal”. “Oye, pero ¿no te parece que el contenido es algo explícito? Muestra las partes menos pudorosas de la ciudad: los programas de televisión, los carros veloces del Malecón, Regina, la del arca. Digo regularmente es el tipo de cosas que uno comenta con sus amigas en las despedidas de solteras, pero no es lo que aparecería en una revista de literatura. No, por Dios. Aunque lo de las maravillas es muy gracioso. De hecho, son pocos los campechanos que no piensan que el Palacio Legislativo parece en verdad una sandwichera y que su tapicería interior salió del ropero de Willy Wonka”.“¿Y?”“Pues no es lo mismo que te lo diga un campechano. Mi papá comenta cosas más horribles de la ciudad, pero él nació aquí y ha vivido aquí toda su vida. ¿Qué le puedes rebatir? Incluso si lo hubieras escrito tú, no sé, sería diferente”. “¿Aunque fuera el mismo texto con todos sus puntos y comas?”“No podría decirte si causaría tanto enojo, pero sin duda sería diferente”. “Vaya, qué interesante. Sabes, el problema es que si eres campechano y cuestionas te dicen: ‘¿Hasta cuándo dejaremos los campechanos de apostarle a que las cosas no se hagan? ¡Dios mío!, ¿cuándo dejaremos de ser así?’ Pero, ¡cuidado y no seas campechano y critiques!, porque entonces te dicen: “¡Miserable advenedizo, te abrimos la casa y así nos pagas!’” La vendedora comenzó a reírse.“¿Y sabes cuál es la moraleja de esta historia?”Movió la cabeza para contestar que no. “Ésa precisamente. Que no importa si eres o no eres de Campeche, el chiste es quedarse callado”. “¿Por fin sí te llevas la revista?”, preguntó como para recordar que aún estaba en horas de trabajo. “Te recuerdo que es de las últimas”. “Claro, pero ando en mi etapa ecológica, mejor no me des bolsa”. “Honestamente, yo te recomendaría que no salieras con ella tan a la vista”. Ni siquiera esperó mi respuesta. Envolvió la publicación en papel estraza y luego en una bolsa de nylon oscuro. Salí con el ánimo de quien acaba de adquirir algo que tendrá que disfrutar a escondidas.