lunes, 23 de julio de 2007

Geografía de la Poesía Chiapaneca Reciente (1991-2004)

por: Ignacio Ruiz

(Segunda de varias partes)

II. Geo-grafías: paisaje de la poesía chiapaneca reciente
Según Gustavo Ruiz Pascacio, a partir de la década de los noventa la poesía chiapaneca se define por
la aprehensión del oficio poético concebido como una vocación sustancial por el lenguaje —referida, en ciertos casos, a un ente cósmico dador y convocado; y, en otros, a […] una suerte de autorreferencialidad poética —más allá de las formas discursivas y las constantes semánticas de la inmediatez escénica, el decadentismo paisajista, la queja sentimental y la recurrencia por la poética sabineana, que habían echado sus raíces entre la mayoría de los grupos convencionales de creadores en la entidad (“La poesía finisecular en Chiapas”, 4).
Parte de la “vocación por el lenguaje” se centra en el trabajo y el cuidado del poema, que se resuelve en la búsqueda razonada y consciente de un verso esencial. Esa es una de las constantes de los libros de Marirrós Bonifaz (Comitán, 1957), cuyos textos tienden al minimalismo y a la precisión léxica: nada parece echarse de menos en sus versos, que se caracterizan por lo que me atrevería aquí a llamar una voluntad de poda —estilo y estilete— que linda con el vacío. Desde Preludio y fama para un amanecer (1991) hasta Rebeca junto al pozo (1996) y Compás (2002), la escritora ha hecho de la imagen y de su chispazo fulgurante el epicentro de sus poemas. La poesía de Bonifaz se caracteriza por la experimentación con las palabras, las grafías y los espacios en blanco de la página, la cual se convierte en pauta y suma del artilugio lingüístico. Los textos de Bonifaz se centran en el significado del silencio: no tanto lo que el poema dice en su distribución tipográfica sobre la página, sino acaso lo que pudo o podría haber dicho fuera de ésta. Como ocurre en la música con los sonidos —John Cage dixit—, en el poema, parece decir Bonifaz, los silencios o vacíos son tan significativos como las palabras. Los espacios en blanco significan y forman la sintaxis del poema en contrapunto y diálogo con los márgenes vacíos de la página. Quizá no sea otra la intención que orienta el título del primer libro de la autora. El preludio (música pautada) es inicio, introducción, espacio liminal de la creación, aquello que no es pero que de alguna manera está siendo al ser nombrado o, mejor aún, sugerido en la hoja donde se gestan el poema y la escritura: la flama y el amanecer del acto creativo. De ahí que no sorprenda que la autora acuda constantemente a juegos tipográficos, onomatopeyas y asonancias para dar forma al texto, que se podría definir como poema-río: siempre en posibilidad de ser y en deslizamiento y fragmentación sobre la página que se convierte en topos geográfico y vivencial (experiencia), como se aprecia en uno de los poemas de Preludio y flama para un amanecer:
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El poema es palabra (discurso) y trayectoria (curso) de las grafías, pero también es la muestra visual de una sensación de la que se desea dejar constancia: el paso del tiempo como discontinuidad y el poema como orden gráfico de esa suma de fragmentos. Un volumen como Compás confirma la idea que sostiene buena parte de la obra de la poeta: en primer lugar, señala y resume el recorrido gráfico de una órbita de escritura que es medida y proporción de una parábola: trayectoria ascendente / descendente y trazo figurado (relato) de la creencia en la palabra poética; y, en segunda instancia, relaciona al compás con la división rítmica en partes iguales de una pieza de música. ¿Y no son acaso el verso y el poema música pautada, una disposición de silencios, un orden del caos, como vio Mallarmé? Este aserto aparece respaldado por las distintas menciones en el orden, la estructura y los títulos de varios poemas del volumen. El compás podría verse como una síntesis de la escritura de la propia autora: instrumento de medición y trazo, expresa gráficamente una trayectoria y un orden, pero es en sí mismo un cuerpo que despliega curvas y elipsis en las que se da acogida a un universo poético y a una geografía verbal consciente y reflexiva.

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