Por: Alejandro Aldana Sellschoop
Hablar hoy en día de Supertramp puede remitirnos a muy pocas cosas. A principios de los noventas cuando los gun´s vivían sus últimos años, yo decidí en una más de mis estupideces estudiar derecho, y la tontería fue mayor ya que, por x o y, tuve que quedarme a estudiar un semestre en una escuela patito, efectivamente la escuela era abominable, el profesor de derecho romano no sabía ubicar Roma en el mapa, decía enfáticamente que eso no era necesario, y el de introducción al estudio del derecho nos exigía leer Los Secretos de Sión y el Kibalión, como lecturas complementarias, un compañero que en las tardes trabajaba como curandero, solía entrar en trance cuando pasaba a exponer temas de los más aburridos, para convertirse en la muy divertida Juana de Arco, entre aquella fauna exótica, había un compañero que en su mejor época fue jipi, él me enseñó lo único rescatable de esa triste escuelita. Una mañana mientras la profesora de historia se complicaba la vida queriendo escribir correctamente URSS, mi amigo me pasaba su walk-man con audífonos para escuchar una obra maestra del rock progresivo, el Crime of the Century de Supertramp.
La historia de Supertramp es una de las más extrañas del mundo del rock progresivo. Rick Davies (tecladista) se encontraba tocando con su grupo Joint, y un mecenas holandés casi caído del cielo, Stanley August, se le acercó para ofrecerle el dinero necesario para apoyar su carrera musical. Davies creó un nuevo grupo, al cual llamó Daddy, entre los nuevos miembros se encontraba Roger Hodgson, quien fuera el verdadero cerebro de Supertramp. El primer álbum (1970) fue un rotundo fracaso, aún cuando la música era buena, rebuscada, con amplios segmentos instrumentales, muy a la manera de los grandes grupos de rock progresivo. Su segundo vinilo Indelibly Stamped (1971), fue un nuevo fracaso, causando que Davies y Hodgson se quedaran solos, ya que los demás miembros del grupo desertaron. Nuevamente se dieron a la tarea de reclutar nuevos músicos, el primer gran hallazgo fue el bajista Doguie Thompson, quien llevó al saxofonista John Anthony Helliwell, además ficharon al bataca Bob C. Benberg.
La renovación era total, estaban decididos a encontrar un sonido más puro, equilibrado, sin dejar de sonar progresivo e interesante. Alquilaron una granja del siglo XVII, y se encerraron más de tres meses a componer, sin dudas las ideas eran radicales. Entre febrero y junio de 1974 gravaron lo que sería su obra maestra Crime of Century. De aquella memorable temporada en la granja saldrían los temas para ¡los tres discos siguientes!, las ocho mejores canciones pasaron a formar el álbum Crime of the Century.
El disco es redondo, limpio, una excelente combinación, mezcla, de pop y progresivo, sobresaliendo rolas pegajosas, de buena manufactura como Dreamer rolita que una vez escuchada nunca la olvidarás, o Bloody web right. Supertramp es uno de los grupos más desperdiciados en la historia del progresivo, si estudiáramos toda su carrera (permítanme llamarlo así), tendríamos el corolario de un grupo pop soso, bobo, sin mayores atributos que una que otra minipropuesta musical, sin embargo los muchachos gravaron dos obras fundamentales Crime of the Century y Breaksfast in America, las melodías son perfectas, utilizan muchos recursos sonoros (quién no recuerda el video de Dreamer, lo pueden checar en You Tube, donde tocan copas a medio llenar), además la harmonización de sus voces es un lujo.
En Crimen of the Century (1974), Supertramp logra su sonido representativo, único, alimentado por la sección rítmica compuesta por Bob C. Berenguer y Dougie Thomson, sumándose el sax John Halliwell, quienes perfeccionaron en los arreglos las composiciones de Rick Davies y Roger Hodgson, quien además de tocar la guitarra (sin ser un gran ejecutante) comienza a utilizar el piano, a todo esto se agregaron los efectivos arreglos orquestales de Ken Scott, quien logra enriquecer los temas sin cargarlos, cosa que ocurre con frecuencia en el mundo progresivo.
Si bien el disco es excelente en términos musicales, en la lírica no lo es tanto, sin duda los compositores son músicos y no poetas. Las letras son pesimistas. Aunque es odioso hablar de influencias, pongámonos odiosos, hay pasajes que recuerdan al buen Génesis o en Asylum al The Who Next.
El comienzo del disco es por demás memorable, una armónica blusera dibuja el rumbo del cd, School es una pieza dulce, una de las mejores rolas, hay vacíos, silencios con un fondo de niños que gritan a manera de intro para llegar al ritmo apagado de la lira, los puentes de pianos y una guitarra que repite algunas formas básicas acompañadas de marimbas imprimiendo ese sonido progre del disco, y claro llega a sonar a Pink Floyd. La canción dice: “No hagas esto y no hagas aquello, ¿qué están tratando de hacer? Hacer de ti un buen chico, ¿saben ellos qué es eso? No los critiques, son viejos y sabios, hazlo como ellos dicen, no querrás que el diablo venga y te saque los ojos”.
Sin permitirnos reponernos aparece Bloody web right, con un intro sensual interpretado por el piano eléctrico, en el jam final deja paso al sax tenor, este tema esta del lado del R´n´B, con una voz roquera que contrasta con los arreglos de guitarra, sin menospreciar los excelentes empalmes de coloratura del coro. Hide in your Shell es una balada de melodía fácil, Davies hace buen uso del órgano, pero sin complicaciones, la batería destaca en el estribillo junto a la figura simple del sax. Asylum es otra balada, una de las mejores rolas, incresendo nos coloca en una atmósfera de verdadero vértigo, melancólica, suave, lenta, la orquestación de violines es perfecta, exacta, la voz nos recuerda a Greg Lake, esta es una rola imprescindible, elaborada, majestuosa. Y bueno, posteriormente viene Dreamer, rolita que les abrió las puertas del estrellato, fue el primer sencillo e inmediatamente se colocó en las preferencias de los fans, es de esas canciones que amas u odias, dulce hasta empalagarte, pegajosa, seguro es la rola que todos hemos escuchado alguna vez, incluso sin saber quién carajos la tocaba. Rudy es un tema complejo, va del jazz de salón, hard rock y el sinfónico, el piano es el amo y señor, acompañado de un estilizado arreglo de cuerdas, y sin dudas los cambios de ritmo, tempos y atmósferas la hacen la mejor rola del disco, bueno, con decirles que hasta dibujos de música disco encontraremos, con atisbos del mejor police. If everyone was listening magnifica, una balada, una especie de vals sinfónico. El tema homónimo cierra el disco, una de las mejores rolas, elaborada, con variantes en los tempos y las secuencias rítmicas, los ambientes sombríos y el excelente solo del sax son magníficos, es un tema sublime, música en evaporación, una niebla que gravita sobre los acordes, fragilidad que envuelve, el motivo se repite una y otra vez, hasta obligarnos a embriagarnos del sonido, flotamos hasta perdernos, ahí, en el fade-out se escucha en lo profundo la armónica del inicio. Es pues Crime of the Century una obra maestra del pop-progresivo, muy recomendable.
Hablar hoy en día de Supertramp puede remitirnos a muy pocas cosas. A principios de los noventas cuando los gun´s vivían sus últimos años, yo decidí en una más de mis estupideces estudiar derecho, y la tontería fue mayor ya que, por x o y, tuve que quedarme a estudiar un semestre en una escuela patito, efectivamente la escuela era abominable, el profesor de derecho romano no sabía ubicar Roma en el mapa, decía enfáticamente que eso no era necesario, y el de introducción al estudio del derecho nos exigía leer Los Secretos de Sión y el Kibalión, como lecturas complementarias, un compañero que en las tardes trabajaba como curandero, solía entrar en trance cuando pasaba a exponer temas de los más aburridos, para convertirse en la muy divertida Juana de Arco, entre aquella fauna exótica, había un compañero que en su mejor época fue jipi, él me enseñó lo único rescatable de esa triste escuelita. Una mañana mientras la profesora de historia se complicaba la vida queriendo escribir correctamente URSS, mi amigo me pasaba su walk-man con audífonos para escuchar una obra maestra del rock progresivo, el Crime of the Century de Supertramp.
La historia de Supertramp es una de las más extrañas del mundo del rock progresivo. Rick Davies (tecladista) se encontraba tocando con su grupo Joint, y un mecenas holandés casi caído del cielo, Stanley August, se le acercó para ofrecerle el dinero necesario para apoyar su carrera musical. Davies creó un nuevo grupo, al cual llamó Daddy, entre los nuevos miembros se encontraba Roger Hodgson, quien fuera el verdadero cerebro de Supertramp. El primer álbum (1970) fue un rotundo fracaso, aún cuando la música era buena, rebuscada, con amplios segmentos instrumentales, muy a la manera de los grandes grupos de rock progresivo. Su segundo vinilo Indelibly Stamped (1971), fue un nuevo fracaso, causando que Davies y Hodgson se quedaran solos, ya que los demás miembros del grupo desertaron. Nuevamente se dieron a la tarea de reclutar nuevos músicos, el primer gran hallazgo fue el bajista Doguie Thompson, quien llevó al saxofonista John Anthony Helliwell, además ficharon al bataca Bob C. Benberg.
La renovación era total, estaban decididos a encontrar un sonido más puro, equilibrado, sin dejar de sonar progresivo e interesante. Alquilaron una granja del siglo XVII, y se encerraron más de tres meses a componer, sin dudas las ideas eran radicales. Entre febrero y junio de 1974 gravaron lo que sería su obra maestra Crime of Century. De aquella memorable temporada en la granja saldrían los temas para ¡los tres discos siguientes!, las ocho mejores canciones pasaron a formar el álbum Crime of the Century.
El disco es redondo, limpio, una excelente combinación, mezcla, de pop y progresivo, sobresaliendo rolas pegajosas, de buena manufactura como Dreamer rolita que una vez escuchada nunca la olvidarás, o Bloody web right. Supertramp es uno de los grupos más desperdiciados en la historia del progresivo, si estudiáramos toda su carrera (permítanme llamarlo así), tendríamos el corolario de un grupo pop soso, bobo, sin mayores atributos que una que otra minipropuesta musical, sin embargo los muchachos gravaron dos obras fundamentales Crime of the Century y Breaksfast in America, las melodías son perfectas, utilizan muchos recursos sonoros (quién no recuerda el video de Dreamer, lo pueden checar en You Tube, donde tocan copas a medio llenar), además la harmonización de sus voces es un lujo.
En Crimen of the Century (1974), Supertramp logra su sonido representativo, único, alimentado por la sección rítmica compuesta por Bob C. Berenguer y Dougie Thomson, sumándose el sax John Halliwell, quienes perfeccionaron en los arreglos las composiciones de Rick Davies y Roger Hodgson, quien además de tocar la guitarra (sin ser un gran ejecutante) comienza a utilizar el piano, a todo esto se agregaron los efectivos arreglos orquestales de Ken Scott, quien logra enriquecer los temas sin cargarlos, cosa que ocurre con frecuencia en el mundo progresivo.
Si bien el disco es excelente en términos musicales, en la lírica no lo es tanto, sin duda los compositores son músicos y no poetas. Las letras son pesimistas. Aunque es odioso hablar de influencias, pongámonos odiosos, hay pasajes que recuerdan al buen Génesis o en Asylum al The Who Next.
El comienzo del disco es por demás memorable, una armónica blusera dibuja el rumbo del cd, School es una pieza dulce, una de las mejores rolas, hay vacíos, silencios con un fondo de niños que gritan a manera de intro para llegar al ritmo apagado de la lira, los puentes de pianos y una guitarra que repite algunas formas básicas acompañadas de marimbas imprimiendo ese sonido progre del disco, y claro llega a sonar a Pink Floyd. La canción dice: “No hagas esto y no hagas aquello, ¿qué están tratando de hacer? Hacer de ti un buen chico, ¿saben ellos qué es eso? No los critiques, son viejos y sabios, hazlo como ellos dicen, no querrás que el diablo venga y te saque los ojos”.
Sin permitirnos reponernos aparece Bloody web right, con un intro sensual interpretado por el piano eléctrico, en el jam final deja paso al sax tenor, este tema esta del lado del R´n´B, con una voz roquera que contrasta con los arreglos de guitarra, sin menospreciar los excelentes empalmes de coloratura del coro. Hide in your Shell es una balada de melodía fácil, Davies hace buen uso del órgano, pero sin complicaciones, la batería destaca en el estribillo junto a la figura simple del sax. Asylum es otra balada, una de las mejores rolas, incresendo nos coloca en una atmósfera de verdadero vértigo, melancólica, suave, lenta, la orquestación de violines es perfecta, exacta, la voz nos recuerda a Greg Lake, esta es una rola imprescindible, elaborada, majestuosa. Y bueno, posteriormente viene Dreamer, rolita que les abrió las puertas del estrellato, fue el primer sencillo e inmediatamente se colocó en las preferencias de los fans, es de esas canciones que amas u odias, dulce hasta empalagarte, pegajosa, seguro es la rola que todos hemos escuchado alguna vez, incluso sin saber quién carajos la tocaba. Rudy es un tema complejo, va del jazz de salón, hard rock y el sinfónico, el piano es el amo y señor, acompañado de un estilizado arreglo de cuerdas, y sin dudas los cambios de ritmo, tempos y atmósferas la hacen la mejor rola del disco, bueno, con decirles que hasta dibujos de música disco encontraremos, con atisbos del mejor police. If everyone was listening magnifica, una balada, una especie de vals sinfónico. El tema homónimo cierra el disco, una de las mejores rolas, elaborada, con variantes en los tempos y las secuencias rítmicas, los ambientes sombríos y el excelente solo del sax son magníficos, es un tema sublime, música en evaporación, una niebla que gravita sobre los acordes, fragilidad que envuelve, el motivo se repite una y otra vez, hasta obligarnos a embriagarnos del sonido, flotamos hasta perdernos, ahí, en el fade-out se escucha en lo profundo la armónica del inicio. Es pues Crime of the Century una obra maestra del pop-progresivo, muy recomendable.
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