por: Alejandro Aldana Sellschopp.
El Fet a Méxic, festival de literatura mexicana en Barcelona, permitió conocer el punto de vista de editores tan prestigiosos como Elena Ramires (Seix Barral), Eduardo Rabasa (sexto Piso), Jorge Herralde (Anagrama) Juan Cerezo (Tusquets), Claudio López de Lamadrid (Mondadori), y el de escritores como Álvaro Enrigue, Alma Guillermoprieto, Julián Herbert, Martín Solares entre otros, sobre la situación de la crítica literaria, las políticas editoriales, la relación de las pequeñas editoriales en el mercado del libro, lecturas y vivencias entre escritores, así como la percepción de la literatura mexicana en España.
El Fet a Méxic, festival de literatura mexicana en Barcelona, permitió conocer el punto de vista de editores tan prestigiosos como Elena Ramires (Seix Barral), Eduardo Rabasa (sexto Piso), Jorge Herralde (Anagrama) Juan Cerezo (Tusquets), Claudio López de Lamadrid (Mondadori), y el de escritores como Álvaro Enrigue, Alma Guillermoprieto, Julián Herbert, Martín Solares entre otros, sobre la situación de la crítica literaria, las políticas editoriales, la relación de las pequeñas editoriales en el mercado del libro, lecturas y vivencias entre escritores, así como la percepción de la literatura mexicana en España.
La dinámica del festival estaba diseñada para vincular a escritores, editores y público. La primera actividad se llevo a cabo en el Auditori Caixaforum, la tarde el primero de octubre recibiría a los participantes y el público entusiasta; sin embargo las cosas no resultaron de tal forma, y es que es de llamar la atención que un evento que reunía a excelentes escritores, editores, y algunos poetas, no tuviera la afluencia de asistentes como podría esperarse, el auditorio semi vacío fue la constante en toda la semana de “festival”, se convirtió en un evento de escritores para escritores. Lo cual no pareció importar mucho a los organizadores.
Hace unos años el CONACULTA publicó una serie de video-entrevistas realizadas por Soler Serrano, con aire romántico, en blanco y negro, con música estridente, festiva, un poco ridícula y pasada de moda, mi sorpresa fue que era precisamente una de aquellas entrevistas la que se exhibía en una pantalla, que no dejaba de recordarme el viejo cine de mi pueblo, en varias ocasiones sentí el penetrante olor de los baños.
Ahí estaba Soler Serrano platicando con Juan Rulfo, ahí una época donde se creía en el escritor como alguien de sumo importante, portador de la Verdad, demiurgo, duende que todo lo sabe y avizora, Serrano como siempre dejando ver su admiración desmedida por sus entrevistados, transmitiéndonos a nosotros, espectadores instalados en el siglo XXI, un dejo de simpatía ñoña, cómo habían cambiado los tiempos, cómo la visión de esa literatura hoy en día significaba otra cosa, Rulfo habla con dificultad, cualquiera creería que está borracho, fuma y bebe algo que bien podría ser coca-cola, Rulfo es irónico, juguetón, sus respuestas son entre cortadas, confusas, hasta torpes; deja claro que tiene un rencor vivo con los críticos mexicanos, y algunos escritores que no comprendieron su obra en los recientes años de su publicación, goza ser reconocido en el extranjero, parece que se dedica a ajustar cuentas, quizá por ello ya no escribió más, estaba tan ocupado.
Al finalizar la entrevista, que casi nadie atiende, Serrano pregunta a un Rulfo aburrido “Maestro, ¿le gusta la televisión?”, y Rulfo contesta sonriendo “¿La televisón?, sí claro, me gusta, me gusta mucho”.
Ese día la prensa española decía:
-El festival erótico de Barcelona se despide este fin de semana de su ubicación en La Farga. Habrá homenaje al actor Nacho Vidal y todo el cine erótico para ellos y ellas.
Hace unos años el CONACULTA publicó una serie de video-entrevistas realizadas por Soler Serrano, con aire romántico, en blanco y negro, con música estridente, festiva, un poco ridícula y pasada de moda, mi sorpresa fue que era precisamente una de aquellas entrevistas la que se exhibía en una pantalla, que no dejaba de recordarme el viejo cine de mi pueblo, en varias ocasiones sentí el penetrante olor de los baños.
Ahí estaba Soler Serrano platicando con Juan Rulfo, ahí una época donde se creía en el escritor como alguien de sumo importante, portador de la Verdad, demiurgo, duende que todo lo sabe y avizora, Serrano como siempre dejando ver su admiración desmedida por sus entrevistados, transmitiéndonos a nosotros, espectadores instalados en el siglo XXI, un dejo de simpatía ñoña, cómo habían cambiado los tiempos, cómo la visión de esa literatura hoy en día significaba otra cosa, Rulfo habla con dificultad, cualquiera creería que está borracho, fuma y bebe algo que bien podría ser coca-cola, Rulfo es irónico, juguetón, sus respuestas son entre cortadas, confusas, hasta torpes; deja claro que tiene un rencor vivo con los críticos mexicanos, y algunos escritores que no comprendieron su obra en los recientes años de su publicación, goza ser reconocido en el extranjero, parece que se dedica a ajustar cuentas, quizá por ello ya no escribió más, estaba tan ocupado.
Al finalizar la entrevista, que casi nadie atiende, Serrano pregunta a un Rulfo aburrido “Maestro, ¿le gusta la televisión?”, y Rulfo contesta sonriendo “¿La televisón?, sí claro, me gusta, me gusta mucho”.
Ese día la prensa española decía:
-El festival erótico de Barcelona se despide este fin de semana de su ubicación en La Farga. Habrá homenaje al actor Nacho Vidal y todo el cine erótico para ellos y ellas.
1 comentario:
Es interesante observar que la baja audiencia en estos eventos no sólo se limita a nuestro país. Como dice un amigo, la literatura no es para las masas.
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