sábado, 27 de octubre de 2007

Escribir para corregir la vida. Enrique Vila-Matas

Luz Helena Horita Pérez

Del 29 de septiembre al 8 de octubre pasados se realizó en la ciudad de Barcelona el Festival de Literatura Mexicana Fet a Mèxic (Hecho en México), donde se reunieron escritores mexicanos y españoles en una fiesta dedicada a la difusión y discusión de la literatura de ambos países, su relación y perspectiva del quehacer editorial. Es así que el primer día de actividades estuvo como invitado especial en la mesa dedicada a la Ficció Enrique Vila-Matas, escritor barcelonés cuya literatura se encuentra ligada de forma particular con México.
Enrique Vila-Matas nace en 1948 en la ciudad de Barcelona donde vive hasta 1968 cuando, autoexiliado del gobierno franquista, se muda a París donde la escritora Marguerite Duras le renta un apartamento y trabaja como redactor de la revista de cine Fotogramas. Su labor literaria inicia desde los años setenta con la publicación de su primer libro Mujer en el espejo contemplando el paisaje (1973); a éste le siguen La asesina ilustrada (1977), Impostura (1984), Historia abreviada de la literatura portátil (1985), Suicidios ejemplares (1991), Hijos sin hijos (1993), Recuerdos inventados (1994), entre otros. Sin embargo su obra comienza a ser reconocida a partir de 1999 y a cosechar premios desde 2001, cuando obtiene el Premio Rómulo Gallegos con la novela El viaje vertical. A este reconocimiento le siguen el Premio Ciudad de Barcelona, Prix Fernando Aguirre-Libralire y Prix du Meilleur Livre Étranger (2002), por Bartleby y compañía, y los premios Herralde, Premio Nacional de la Crítica, Prix Médicis Étranger (2003) y Premio Internacional Flaiano de Narrativa (2006), por El mal de Montano. Recientemente su novela Doctor Pasavento ha recibido el Premio José Manuel Lara Hernández (2005) y el Premio Real Academia Española (2007).
No obstante la lista de premios y reconocimientos a su obra, Enrique Vila-Matas es una persona amable, con un sentido del humor particular y discreto, cuya literatura revela a la lectura como un elemento de invención, en algunos casos reconstruyendo la lectura de obras bajo una visión que ha adquirido el título de vilamatiana (tal es el caso de Paris no se acaba nunca, lectura de París era una fiesta, último libro que Ernest Hemingway escribió antes de suicidarse en 1961). Así su escritura se caracteriza por las constantes referencias, citas y aparato enciclopédico que han creado la leyenda de Vila-Matas como escritor erudito, leyenda con la cual el autor juega al inventar citas y colocarlas en voces de personajes reconocidos (como Shakespeare), o bien intercambia de dueño (frases de Flaubert en voz de Laura Esquivel), con la manifiesta intención de desmitificación de la cita literaria como un recordatorio de que “escribir es divertirse”. Una de las citas más recordadas es aquella que puso en voz de Pessoa: viajar, perder países, de la cual comenta “estoy seguro de haberla leído en uno de sus libros, sin embargo al buscarla nuevamente no he podido hallarla”, comentario que nos lleva a recordar el descubrimiento borgiano de Uqbar. Es precisamente este un ejemplo de reconstrucción de realidad donde Vila-Matas establece y fundamenta la necesidad del acto de creación literaria: “escribir es corregir la vida —aunque sólo corrijamos una sola coma al día—, es lo único que nos protege de las heridas insensatas y golpes absurdos que nos da la horrenda vida auténtica”.
A pesar de que la obra de Enrique Vila-Matas tiene sus inicios en los años setenta, ésta es reconocida hasta los noventa principalmente por los lectores de América Latina, particularmente en México con Historia abreviada de la literatura portátil. Sólo después de ese momento España presta atención y reconocimiento a la propuesta del escritor. Al cuestionar sobre las posibles razones de que sus libros hayan sido recibidos con tanto interés en nuestro país, explica que México es un lugar donde la imaginación y libertad creativa está presente de forma natural, lo cual permitió la aceptación de planteamientos y situaciones que en otros contextos hubieran sido considerados absurdos. Fue así como la llamada Conspiración shandy o Sociedad secreta de los portátiles —cuyo blasón era la creación de obras maestras portátiles y el funcionamiento de los creadores como una “perfecta máquina soltera”—, se convirtió en el emblema vilamatiano, originando incluso diversas conspiraciones en la vida real.

Otro de los textos representativos de la obra de Vila-Matas lo constituye Bartleby y compañía, donde aparece el síndrome de Bartleby como una enfermedad o mal endémico de la literatura contemporánea que se manifiesta en creadores que aún con una conciencia literaria exigente no llegan a escribir nunca, o bien escriben una o dos obras y luego renuncian a la escritura (¿les recuerda a alguien?). La estructura de este libro es en forma de notas de pie de página de un texto que no se ha escrito, y que gira en torno a escritores que han dejado de escribir. Su contraparte es considerada El mal de Montano, donde una persona enferma por exceso de lectura, acabando inutilizado por la misma felicidad que le proporciona el leer.
En Desde la ciudad nerviosa, Vila-Matas hace una recopilación de crónicas periodísticas en las que recorre y redescubre su ciudad natal, Barcelona, bajo la tesis “uno deja el barrio y va más allá de los límite, es entonces cuando se realizan los hallazgos extraordinarios dentro de la propia ciudad”. En este libro explora con mirada nueva los espacios desplazando la ficción hacia una crónica más realista, echando mano de la experiencia periodística adquirida durante su trabajo en la revista Fotogramas.


Aunque sus obras más representativas son novelas, actualmente está regresando a la escritura del cuento. Sin embargo en lo que a lectura se refiere, prefiere la poesía y el ensayo a la ficción “Si uno está escribiendo narrativa, resulta muy complicado leer la narrativa de los demás. Por una sencilla razón: si el libro que eliges es mejor que el tuyo, y si encima es de un escritor amigo o contemporáneo y resulta que es mejor, entonces, claro, tengo la tendencia a querer hacer lo que hace el otro. Por lo tanto tengo que abandonar el que estoy haciendo […] Y si es más malo, tiene el problema como narrativa, de que me puede contagiar y rebajar lo que estoy haciendo.”

La obra de Enrique Vila-Matas está traducida al francés, inglés, alemán, italiano, ruso, portugués, esloveno, chino, polaco, danés, lituano, búlgaro, checo, eslovaco, finlandés, croata, japonés, griego, serbio, sueco, holandés, húngaro, hebreo, brasileño, turco, noruego y rumano: 27 idiomas en total, convirtiéndolo en uno de los escritores más conocidos a nivel internacional.



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Recuerdo haber sido el barman que en Lisboa inventó el cocktail Janelas Verdes Dream, pero yo diría que también fui ese personaje que, a costa de inventarse un pasado como en un juego de ilusionismo en el que se ejercitara el estilo, llega a la escritura. Se trataba, si no recuerdo mal, de un personaje marginado, que intentaba decir que existía, y lo que hacía era decirlo a través de la escritura, reconstruyendo y hasta inventando una identidad que nunca tuvo, pero que se hacía cierta una vez escrita: pues el personaje no pedía la palabra, sino que la tomaba, y lo hacía escribiendo, inventando su propia historia.

Recuerdos inventados.
E. Vila-Matas



· Vila-Matas, E. “Historia abreviada de la literatura portátil”. Editorial Anagrama. Barcelona. 4ª Edición en Compactos, mayo 2007. España.
· Vila-Matas, E. “Recuerdos inventados. Primera antología personal”. Editorial Anagrama. Barcelona. 3ª Edición, diciembre 2006. España.
· Villoro, J. “Literatura y crítica. Una conversación con Enrique Vila-Matas.” La Tempestad. No. 54. Mayo-Junio 2007. México.
· Escribir es dejar de ser escritor: Enrique Vila-Matas. Artículo electrónico disponible en: http://www.barcelonareview.com/23/s_escribir.htm. Consultado 20/oct/07
· Tejeda, A. Enrique Vila-Matas: “El canon literario español está dictado por las mafias”. Babab. No. 6. Enero 2001. Disponible en
http://www.babab.com/06/index.htm Consultado 20/oct/07

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