por:Alejandro Aldana Sellschopp.
Las recientes criticas a Elena Poniatowska abrieron una interesante veta para la discusión sobre las campañas electorales y políticas culturales. ¿Qué visión tienen los candidatos del arte?, ¿cuál es su concepto de cultura?, ¿cuentan con un programa cultural?, ¿cómo piensan fortalecer y transparentar los estímulos del FONCA, FODEMUC, PACMYC, etc?
Al día de hoy, todos los aspirantes a la presidencia de la república no han tocado el punto, prefieren perderse en el marasmo de descalificaciones personales, que únicamente demuestran falta de convicciones ideológicas y un pragmatismo de poca monta.
Durante el siglo XX la mayoría de los intelectuales mexicanos tuvieron una participación importante en la vida política de México. Mariano Azuela, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Agustín Yánez, Carlos Pellicer, Xavier Villaorrutia, Octavio Paz, todos los hermanos Revueltas, Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Oscar Oliva, Juan Bañuelos, entre muchos más, han manifestado su aprobación o repudio a políticas gubernamentales, incluso participaron como funcionarios públicos.
Ninguno de los posibles precandidatos o candidatos en Chiapas se han destacado por su interés por la cultura. A nivel nacional, quizá el único que intentó algo más o menos serio fue Andrés Manuel López Obrador; sin embargo su proyecto no logró consolidarse, tuvo tres secretarios de cultura, despidiendo de manera vergonzosa al historiador Enrique Semo.
En los últimos días un spot de televisión en donde Elena Poniatowska toma posición por uno de los candidatos, provocó una reacción por demás “ejemplar” del Partido Acción Nacional. por llamarlo de alguna manera.
El PAN mostró a los ciudadanos y posibles electores, cuál es la posición de la derecha frente a la cultura, no en relación con los intelectuales, eso sería reducir el espectro, sino con respecto a las diferentes expresiones culturales, y sobre todo su posición frente al pensamiento, el mundo de las ideas y la inteligencia.
Los dichos, o podríamos llamarles argumentos, de Espino evidencian no sólo una completa ignorancia de la vida cultural de México, sino además, y es lo más preocupante, pone de manifiesto francas actitudes de autoritarismo, censura, desprecio por el uso del cerebro, ceguera política, torpeza y estupidez. Dudar de la capacidad intelectual de Carlos Montemayor, Fernando del Paso, Carlos Monsiváes, nos hace pensar, recordando a Sartre, que Espino es el idiota de la familia.
Todos sabemos que el gobierno de Fox no se destacó por su interés por la cultura, comenzando por colocar a Sara Bermúdez como la damita estrella de la intelectualidad, mujer que no tiene más merito que beber café con la jefa. Este es uno de los gobiernos más surrealistas, ganándole por mucho a las películas del Santo; pero sin llegar a compararse con los grandes maestros del género: Hugo Chaves, Bush, Evo Morales, Berlusconi o el inolvidable Luis Echeverría. Esté, es el gobierno de los Borgues, el mismo que transformó a Tagore en una respetable y frígida señora de Polanco.
A nivel estatal la situación se observa igual de oscura. Hasta el momento ningún partido se ha pronunciado con respecto a sus políticas culturales, simplemente no les interesa, quizá por que la cultura no vende, no implica votos; pero sobre todo por que les falta visión, no han entendido cuales son los preceptos de la cultura, su importancia social y humana.
Convertir en Secretaria a CONECULTA, cómo vincular sus actividades con los municipios, ya que vivimos un centralismo atroz, cómo crear una verdadera red de casas las culturas, en las cuales realmente se trabaje por un sentido humanista, democrático, antirracista y dejen ser chambas placenteras para incompetentes. Cómo hacer efectivo el precepto de Un País de Lectores, cuando los libros de la supuesta biblioteca popular no se distribuyen. ¡Cuidado!, distribuir no significa únicamente dejarlos en las bibliotecas públicas. Bibliotecas públicas es otro rubro pendiente, cómo profesionalizar el servicio, “los bibliotecarios” en los municipios son taqueros, choferes, mecánicos, sin conocimientos de literatura o biblioteconomía. Indudablemente la creación de la Biblioteca Virtual es un gran acierto del gobierno actual. Cómo rescatar y fortalecer los programas efectivos. Los convenios FODEMUC es otro proyecto que arroja buenos resultados, sobre todo cuando el proyecto estaba bajo la dirección de Francisco Mayorga, atendiendo las condiciones locales de la promoción cultural en Chiapas, supo adaptar un modelo federal a nuestro estado; gente muy valiosa como Rocío Portillo permitió una excelente relación con los Consejos Ciudadanos de Cultura; sin embargo actualmente con el cambio de director las cosas han cambiado.
Es importante decir que Chiapas está pasando por un muy buen momento en su vida cultural, más allá de las estructuras del gobierno, hay toda una generación de jóvenes destacando en varias expresiones artísticas y el CONECULTA no ha sabido, si es que está enterado, promocionarlos, ofrecerles espacios, gente como: Balam Rodrigo, Víctor Avendaño, Ulises Córdova, Luis Reyna, Fernando Trejo, Damaris Disner, Rolando Mazariegos, Luz Horita, Enrique Olvera, Juan Álvarez, Juana Karen Peñate, Alexis Días, Pedro Faro, Luis Daniel Pulido, Nadia Villafuerte, Ruperta Bautista, Alexis de Ganges, David Andrade, Raúl Lainert, entre muchos más, el periodismo cultural por primera vez tiene un rostro digno co paralelo 16, sin destacar la labor de Valeria Valencia, Indira Trujillo, Ánelica Altuzar.
En fin el líder nacional del PAN, Manuel Espino, muestra su posición frente a la cultura cuando dice que duda de la integridad moral de Carlos Montemayor, Monsiváes, Fernando del Paso, ; llama la atención que no dude de su producción literaria, quizá por que no los ha leído, sino que pone en duda la calidad ¡moral!, y agrega que tienen una actitud sospechosa; lo que nos hace pensar en los regímenes totalitarios, sean de izquierda o derecha. Manuel Espino dice en un parlamento vodevil: “¡Los carambazos para que no se vuelvan a poner tan gallón!”
La escritora y crítica de arte Raquel Tibol apuntó: “Cualquier intelectual que pone su imagen para defender una causa justa debe ser calificado como un valiente social”. “Ni el PAN, ni su presidente, ni su candidato tienen calidad moral para golpear con imágenes armadas a Elena Poniatowska. Para suerte de la cultura mexicana, la calidad intelectual, moral y pública de Elena hace que todas las suciedades del PAN se le resbalen”. Y es que debemos decir que gracias a Espino, los intelectuales alzaron la voz, cosa muy necesaria en medio de estas campañas de chachalacas, tepocatas, y bats de béisbol para agredirse.
En los exabruptos de Espino, Juan Bañuelos, un chiapaneco por demás excelente, fue también injuriado. A lo cual el poeta dijo: “Espino es un ignorante, parece que está en el siglo XVI o XVII, es una persona que no está al tanto de lo que pasa en el país. Es uno de esos curitas retrasados, ignorantes, que tuvieron cierto prestigio en su escuelita y creen que todo el país es una escuelita”.
Las recientes criticas a Elena Poniatowska abrieron una interesante veta para la discusión sobre las campañas electorales y políticas culturales. ¿Qué visión tienen los candidatos del arte?, ¿cuál es su concepto de cultura?, ¿cuentan con un programa cultural?, ¿cómo piensan fortalecer y transparentar los estímulos del FONCA, FODEMUC, PACMYC, etc?
Al día de hoy, todos los aspirantes a la presidencia de la república no han tocado el punto, prefieren perderse en el marasmo de descalificaciones personales, que únicamente demuestran falta de convicciones ideológicas y un pragmatismo de poca monta.
Durante el siglo XX la mayoría de los intelectuales mexicanos tuvieron una participación importante en la vida política de México. Mariano Azuela, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Agustín Yánez, Carlos Pellicer, Xavier Villaorrutia, Octavio Paz, todos los hermanos Revueltas, Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Oscar Oliva, Juan Bañuelos, entre muchos más, han manifestado su aprobación o repudio a políticas gubernamentales, incluso participaron como funcionarios públicos.
Ninguno de los posibles precandidatos o candidatos en Chiapas se han destacado por su interés por la cultura. A nivel nacional, quizá el único que intentó algo más o menos serio fue Andrés Manuel López Obrador; sin embargo su proyecto no logró consolidarse, tuvo tres secretarios de cultura, despidiendo de manera vergonzosa al historiador Enrique Semo.
En los últimos días un spot de televisión en donde Elena Poniatowska toma posición por uno de los candidatos, provocó una reacción por demás “ejemplar” del Partido Acción Nacional. por llamarlo de alguna manera.
El PAN mostró a los ciudadanos y posibles electores, cuál es la posición de la derecha frente a la cultura, no en relación con los intelectuales, eso sería reducir el espectro, sino con respecto a las diferentes expresiones culturales, y sobre todo su posición frente al pensamiento, el mundo de las ideas y la inteligencia.
Los dichos, o podríamos llamarles argumentos, de Espino evidencian no sólo una completa ignorancia de la vida cultural de México, sino además, y es lo más preocupante, pone de manifiesto francas actitudes de autoritarismo, censura, desprecio por el uso del cerebro, ceguera política, torpeza y estupidez. Dudar de la capacidad intelectual de Carlos Montemayor, Fernando del Paso, Carlos Monsiváes, nos hace pensar, recordando a Sartre, que Espino es el idiota de la familia.
Todos sabemos que el gobierno de Fox no se destacó por su interés por la cultura, comenzando por colocar a Sara Bermúdez como la damita estrella de la intelectualidad, mujer que no tiene más merito que beber café con la jefa. Este es uno de los gobiernos más surrealistas, ganándole por mucho a las películas del Santo; pero sin llegar a compararse con los grandes maestros del género: Hugo Chaves, Bush, Evo Morales, Berlusconi o el inolvidable Luis Echeverría. Esté, es el gobierno de los Borgues, el mismo que transformó a Tagore en una respetable y frígida señora de Polanco.
A nivel estatal la situación se observa igual de oscura. Hasta el momento ningún partido se ha pronunciado con respecto a sus políticas culturales, simplemente no les interesa, quizá por que la cultura no vende, no implica votos; pero sobre todo por que les falta visión, no han entendido cuales son los preceptos de la cultura, su importancia social y humana.
Convertir en Secretaria a CONECULTA, cómo vincular sus actividades con los municipios, ya que vivimos un centralismo atroz, cómo crear una verdadera red de casas las culturas, en las cuales realmente se trabaje por un sentido humanista, democrático, antirracista y dejen ser chambas placenteras para incompetentes. Cómo hacer efectivo el precepto de Un País de Lectores, cuando los libros de la supuesta biblioteca popular no se distribuyen. ¡Cuidado!, distribuir no significa únicamente dejarlos en las bibliotecas públicas. Bibliotecas públicas es otro rubro pendiente, cómo profesionalizar el servicio, “los bibliotecarios” en los municipios son taqueros, choferes, mecánicos, sin conocimientos de literatura o biblioteconomía. Indudablemente la creación de la Biblioteca Virtual es un gran acierto del gobierno actual. Cómo rescatar y fortalecer los programas efectivos. Los convenios FODEMUC es otro proyecto que arroja buenos resultados, sobre todo cuando el proyecto estaba bajo la dirección de Francisco Mayorga, atendiendo las condiciones locales de la promoción cultural en Chiapas, supo adaptar un modelo federal a nuestro estado; gente muy valiosa como Rocío Portillo permitió una excelente relación con los Consejos Ciudadanos de Cultura; sin embargo actualmente con el cambio de director las cosas han cambiado.
Es importante decir que Chiapas está pasando por un muy buen momento en su vida cultural, más allá de las estructuras del gobierno, hay toda una generación de jóvenes destacando en varias expresiones artísticas y el CONECULTA no ha sabido, si es que está enterado, promocionarlos, ofrecerles espacios, gente como: Balam Rodrigo, Víctor Avendaño, Ulises Córdova, Luis Reyna, Fernando Trejo, Damaris Disner, Rolando Mazariegos, Luz Horita, Enrique Olvera, Juan Álvarez, Juana Karen Peñate, Alexis Días, Pedro Faro, Luis Daniel Pulido, Nadia Villafuerte, Ruperta Bautista, Alexis de Ganges, David Andrade, Raúl Lainert, entre muchos más, el periodismo cultural por primera vez tiene un rostro digno co paralelo 16, sin destacar la labor de Valeria Valencia, Indira Trujillo, Ánelica Altuzar.
En fin el líder nacional del PAN, Manuel Espino, muestra su posición frente a la cultura cuando dice que duda de la integridad moral de Carlos Montemayor, Monsiváes, Fernando del Paso, ; llama la atención que no dude de su producción literaria, quizá por que no los ha leído, sino que pone en duda la calidad ¡moral!, y agrega que tienen una actitud sospechosa; lo que nos hace pensar en los regímenes totalitarios, sean de izquierda o derecha. Manuel Espino dice en un parlamento vodevil: “¡Los carambazos para que no se vuelvan a poner tan gallón!”
La escritora y crítica de arte Raquel Tibol apuntó: “Cualquier intelectual que pone su imagen para defender una causa justa debe ser calificado como un valiente social”. “Ni el PAN, ni su presidente, ni su candidato tienen calidad moral para golpear con imágenes armadas a Elena Poniatowska. Para suerte de la cultura mexicana, la calidad intelectual, moral y pública de Elena hace que todas las suciedades del PAN se le resbalen”. Y es que debemos decir que gracias a Espino, los intelectuales alzaron la voz, cosa muy necesaria en medio de estas campañas de chachalacas, tepocatas, y bats de béisbol para agredirse.
En los exabruptos de Espino, Juan Bañuelos, un chiapaneco por demás excelente, fue también injuriado. A lo cual el poeta dijo: “Espino es un ignorante, parece que está en el siglo XVI o XVII, es una persona que no está al tanto de lo que pasa en el país. Es uno de esos curitas retrasados, ignorantes, que tuvieron cierto prestigio en su escuelita y creen que todo el país es una escuelita”.
3 comentarios:
Excelente,hacen falta espacios como estos en Chiapas.
Ah, no, no soy el primer comentario.
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