lunes, 18 de junio de 2007

Los Imprescindibles


Achtung Baby: oda musical al nihilismo


Por: Alejandro Aldana Sellschopp.



Hoy que todo mundo habla de música norteña, cuando la radio programa lo duranguense como lo cool, y el mejor evento de rescate de la cultura musical es vanagloriar a Pedro Infante o a Armando Manzanero, he decidido inaugurar, dentro de mi espacio en este periódico, una sección dedicada a la música, así que escribiré sobre literatura y cultura musical. La sección la dedicaré a los discos imprescindibles, que según mi humilde opinión son los acetatos (perdón), los CD´s que todo melómano debe tener en el IPOD, o computadora, o en la repisa.
Comenzaré con un disco formidable Achtung Baby (Cuidado, nena), de U2. He de confesar que fui de los que aborrecieron el disco cuando el 19 de noviembre de 1991, salió al mercado, mi grupo de amigos, con quienes teníamos un grupo de hevy metal llamado Bazofia, tocábamos precisamente una suerte de basura pretendidamente satánica y dura, en realidad éramos un conjunto de chavos clasemedieros adoradores de The Beatles, The Doors, Pink Floyd, etc, y entre nuestros dioses musicales se encontraban los irlandeses U2, y es que a finales de los ochentas ¿quién no escuchó a U2?
Mi generación había disfrutado de los primeros discos de este grupo, llegando al paroxismo con la obra maestra The Joshua Tree, excelentes canciones, letras con fuerte contenido político, que los identificaba como el brazo musical del IRA, siglas del Ejército Republicano Irlandés, quienes buscaban su “independencia” con el Reino Unido; sin embargo, en realidad ver a U2 como parte de este movimiento independentista era una ilusión, sobre todo de intelectuales de izquierda, quizá hoy suene sorprendente decir que U2 en los ochentas fue una banda consentida de escritores, artistas, líderes de izquierda, imaginemos sus rostros hoy cuando los conciertos de U2 se llenan de yuppies, clase media alta, chavos que igual escuchan a RBD que ha Molotov.
Regresando a 1991, cuando Achtung Baby salió el desconcierto fue mayúsculo, ya que los irlandeses habían transformado a U2, el sonido era totalmente distinto, y el peor pecado fue el beat de las percusiones de Larry, eran bailables, “que se queden sentados los intelectuales”, diría Silvio Rodríguez.
Después del éxito de The Joshua Tree los miembros del grupo se enfrentaron a un verdadero dilema: ¿qué hacer con su carrera? La tentación de repetir la formula que los había colocado como el mejor grupo del mundo, con millones de discos vendidos, localidades abarrotadas donde se presentarán, era muy grande o bien desintegrarse (cosa que se pensó en más de una ocasión), o renovarse, negarse a sí mismos hasta cierto punto. Afortunadamente optaron por esto último. Ellos mejor que nadie, sabían que en el trayecto perderían a muchos seguidores, esos (como nosotros) que querían más de lo mismo.
Buscan al genio Brian Eno (Roxy Music), un cerebro creador inmenso en la historia del rock, y al no menos talentoso Daniel Lanois (entre otras cosas colaborador de Peter Gabriel), así el nuevo U2 abandona el sonido clásico, el blues, folk y rock and roll, ahora experimentan con sonidos, usan consolas, pedales, el estudio se convierte en un instrumento más, el resultado se conoció el otoño de 1991, ¿qué había sucedido? ¿dónde estaban los “verdaderos” U2?, ahora el sobrio The Edge aparecía tocando guitarras distorsionadas, usando el slay con distorsiones psicodélicas, sumándose a los coros, y Bono parece haber olvidado su papel de cura del rock, abandonando sus tediosos sermones sobre los pobres y demás, cosa que regresaría con el tiempo, ahora se disfraza de hombre-mosca, que utiliza su voz sintetizada en algunos cortes.
Aquella reacción creativa tenía una raíz, cuando U2 lanzó Rattle & Hum, las críticas vinieron hasta de los fans, Bono dijo: “estábamos descubriendo la música americana, el blues, el gospel... y queríamos rendirle un homenaje a una cultura tan interesante. Pero jamás imaginamos que la gente se iba a enfadar de aquel modo”. El shock fue tal, que deciden “escapar” a Berlín, para encerrarse en los estudios Hansa Ton. ¿El resultado?: un extraordinario disco con doce pistas, desde el título nos pone en guardia Achtung Baby (cuidado nena), y en el primer corte Zoo Station anuncian: “Estoy listo, listo para la risa descontrolada, estoy listo, listo para lo que sigue”. El sonido limpio y casi cristalino de The Joshua Tree, sobriedad que se aprecia incluso en la portada en blanco y negro, los miembros del grupo en un desierto con algunas cactáceas, es abandonado para experimentar un sonido sucio, que recuerda el estilo de Neil Young, esa característica marcara a los grupos de los noventas, ahora las letras siguen siendo dominio de Bono; pero ya no hablan de una sociedad sometida por el capitalismo, ahora el tema central es el amor, visto desde una perspectiva cínica, diabólica, caminando por el lado salvaje.
La banda se burla del mundo, y sobre todo de ellos mismos, para ello han creado el personaje The Fly, irreverente, loco, pedante, que se convertiría en el actor principal de una ópera llamada ZooTV, la gran gira de promoción del disco, así nació el extraordinario espectáculo de U2, el espectáculo más grande del mundo, cambiaron el sonido del pop de los noventas, y además revolucionaron la magia de los conciertos.
El CD comienza con Zoo Station con un prólogo musical, las guitarras sucias, la excelente batería de Larry, y después del intro la melódica voz de Bono distorsionada con sintetizadores, el título del track proviene de la estación Zoologischer Garden del metro de Berlín, que es un símbolo del paso del tiempo. Cuando Bono canta “estoy listo para el gas de la risa”, anunciaban también el fin de la seriedad, esa seriedad de monasterio que los caracterizaba hasta ese momento. Even Better That The Real Thing (incluso mejor que el original), una crítica a quienes prefieren la televisión a la realidad, tiene un fiff de guitarra que se convertirá en distintivo, imitado hasta la saciedad, el slay se apodera del sólo de The Edge, que hay que decirlo no es un gran guitarrista, pero sabe aprovechar sus cualidades. One una de las mejores canciones de U2, incluso fue votada como la mejor canción de todos los tiempos en rock, inmediatamente se convirtió en un himno, ¿cuánta gente que la ha escuchado la entiendo?, ¡qué importa!, ahí es cuando estamos frente a una obra maestra, ¿quién puede ser tan soberbio para decir que entiende a Rimbaude, Ezra Pound, Rilke?, sin embargo nos gustan, nos encantan. Se han realizado muchas interpretaciones, y quizá por ello se hicieron tres videos de la misma rola, algunos la leen como un tema sobre el SIDA, otros las relaciones de odio-amor de las parejas y la que más me atrae en términos de poética, la sinuosa relación de Bono con su padre, incluso el Papá del cantante aparece en uno de los videos, y después se quejó por que no le pagaron su participación.
Until The End Of The Word (Hasta el fin del mundo), impresionante, el riff tiene un común denominador, en realidad es lo que permite la atmósfera diabólica, desenfrenada, nihilista del disco, la lírica es bellísima, digna del mejor estilo inglés, bueno, irlandés, con ese lado críptico, versos cortos, muy a lo Joyce, habla de la relación entre Jesús y Judas, perfecta rola para corazones traicionados, “Me sedujiste con esos ojos inocentes, y sabes que me gustan las sorpresas. En el jardín, jugueteaba contigo. Te besé en los labios y te rompí el corazón. Tú, tú actuabas como si fuera el fin del mundo”, sublime, musicalmente creo que es de las mejores rolas, el solo de guitarra en el cambio de atmósferas es único, en los conciertos Bono besa a The Edge, representando el beso de Judas. Who´s Gonna Ride Your Wild Horses (¿Quién va a montar tus caballos salvajes?), una de mis favoritas, simplemente nos habla de un amor perdido, “Eres peligrosa porque eres sincera. Eres peligrosa porque no sabes lo que quieres. Dejaste mi corazón vacío como la nada. A merced de cualquier espíritu”, sin dudas es un track para tocar y corear en concierto. Cuando tratas de tomar un respiro, aparece So Cruel (Demasiado cruel), nuevamente el Sr. Bono nos sorprende con las letras: “Vamos a la deriva. Pero seguimos flotando. Sólo sigo aferrándome, para ver como te hundes Amor mío”, una rola con un ritmo cargado de silencios, barras de vacío, que la vuelven asfixiante, y tremendamente depresiva, el motivo del piano nos envuelve para sumergirnos en una pesadilla sonora, el beat de las percusiones hacen contrapunto para acentuar la languidez, la voz casi llanto de Bono nos recuerda “Corazón dulce, eres tan cruel”.
The Fly (La Mosca), el primer sencillo del disco, el personaje nos embarra en la jeta la podredumbre de este mundo, una nueva y energética forma de retomar los temas políticos desde el cinismo: “No es un secreto que la conciencia es a veces una carga. No es un secreto que la ambición muerde las uñas al éxito. Que cada artista es un caníbal, cada poeta un ladrón. Todos matan su inspiración y luego cantan su dolor”. El riff de la lira regresa a formas de las primeras rolas, consiguiendo una continuidad temática desde los sonidos. Mysterious Way (De modo misterioso), la rola para bailar, y cantar sin esperar mucho más, destacan la línea de bajo y la bataca, esta canción se bailo en los lugares más insospechados, en las luces y sonidos de cualquier barrio. Tryin´ To Throw Arms Around The Word (Intentando abrazar el mundo), pulida, sobria, quizá el disco pierde sustancia, fuerza y dinamismo alcanzado hasta ahora. Ultra Violet (Ultra violeta), comienza con una intro que recuerda a Peter Gabriel, el ponch de la guitarra retoma su estado de explosión. Acrobat (Acróbata), una pieza para enfrentar a enemigos del pasado, Bono abiertamente los encara, Larry muestra una estupenda secuencia de batería, el punteo de la lira al tiempo que canta Bono le imprime un sentimiento melancólico de locura, quien piense que este disco es un trabajo feliz, no sabe lo que dice, detrás de la vitalidad de las rolas, hay un tremendo desconsuelo, nihilismo puro. Quizá por ello, sus antiguos seguidores, los izquierdistas, los criticaron tanto, ser nihilista es ser antirrevolucionario. El material cierra con Love Is Blindness (El amor es ciego), comienza con un órgano, profundo, lento, después una línea de bajo intermitente, acompañado de claves y una distante guitarra acústica, escuchamos también una guitarra eléctrica haciendo figuras de sonidos psicodélicos, muy a la Pink Floyd, el broche de oro es una pieza “sencilla”, sumamente triste, recordándonos que U2 además de grandes hombres del show, son músicos.

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